Consejos para evitar los ahogamientos en las piscinas este verano
Los menores de hasta cuatro años de edad son los que más riesgo tienen de ahogamiento en piscinas
En época estival, las piscinas, playas, pantanos y ríos son sinónimo de diversión y descanso. Sin embargo, en las piscinas y otros espacios también se producen ahogamientos, que tienen lugar de forma rápida y silenciosa, sobre todo cuando se trata de menores de edad. En los últimos días, hemos visto desenlaces fatales en Valencia, Barcelona o Mallorca. No hace falta mucho tiempo para perder la vida en este tipo de sucesos. Generalmente, sólo con perder de vista al bañista durante cinco minutos. A continuación te ofrecemos una guía con las claves sobre cómo prevenir ahogamientos en piscinas y otros lugares.
¿Cómo prevenir los ahogamientos?
La mejor fórmula para evitar los ahogamientos es no someterse a situaciones de riesgo. Todavía así, hay que tener en cuenta que para prevenir los ahogamientos en piscinas y otros espacios hay que
trabajar en la formación de los bañistas, mejorando sus competencias básicas en el medio acuático, las cuales se pueden empezar a trabajar desde el ámbito escolar hasta aquellos segmentos de población con mayor riesgo como personas mayores y con movilidad reducida. Hay que tener en cuenta que los flotadores, manguitos y otros elementos de flotación no son sustitutos de socorristas o cuidadores.
En ocasiones los padres se relajan porque su hijo cuenta con algún sistema de ayuda a la flotación. A esto hay que añadir que los socorristas tampoco son cuidadores de los niños. Las piscinas hinchables también tienen riesgo. Mientras, además, también hay que tener en cuenta la posible peligrosidad del efecto de la succión de los sumideros que se encuentran en el fondo de las piscinas.
¿Dónde se producen los ahogamientos?
El informe de la Federación Española de Salvamento y Socorrismo revela que durante el primer semestre de este año 2023, un total de 169 personas ha fallecido por ahogamiento en espacios acuáticos españoles, una cifra superior a la del mismo período del año anterior en 29 víctimas. Desde la citada federación, se estima que de seguir el mismo ritmo se podría llegar a los 400 fallecidos anuales en 2023. En el mismo documento, se subrayan las piscinas, principalmente particulares, donde más se producen ahogamientos cuando se trata de niños de hasta cuatro años de edad. Unos ahogamientos que tienen lugar, en la mayoría de las veces, por falta de supervisión y después de comer. En el caso de los adolescentes, donde más muertes se producen es en espacios mayores como playas, pantanos y ríos.
¿Qué hace en caso de ahogamiento?
Generalmente, el mejor consejo para prevenir los ahogamientos en piscinas o espacios más amplios es evitar los comportamientos que acarreen riesgos, como se ha citado anteriormente. En caso de que no se puedan evitar, hay que avisar al socorrista. Si no se encuentra disponible, hay que acercarse a la víctima por la espalda para que no nos pueda atrapar. Después tirar de la persona que necesita ayuda con patada remolque y acercarnos a la orilla o al borde de la piscina.
Primeros auxilios en caso de ahogamiento
La posición del ahogado es básica. Al sacar a la víctima del agua, hay que procurar que tenga la cabeza, el cuello y la columna alineados. Después hay que recostar a la persona boca arriba. Hay que comprobar si la víctima respira. Para ello verifica si su pecho se infla o no. También, se puede verificar al acercarse a la boca.
En caso de que la persona respire de forma normal, hay que colocarla en posición lateral. Es una medida de seguridad para que no se asfixie, en caso de que empiece a vomitar.
Si la víctima no respira y no tiene pulso. Hay que hacer reanimación cardiopulmonar (RCP) básica hasta que llegue la ayuda médica. En este caso, es muy importante conseguir que las vías respiratorias expulsen el agua que ha ingresado. Para conseguirlo, hay que colocar ambas manos a la altura del esternón (parte delantera del tórax) y presionar en repetidas ocasiones (dos presiones por segundo).
Respiración boca a boca. Recostar a la persona boca arriba, con la cabeza inclinada hacia atrás y el mentón levantado. Posteriormente, hay que apretar la nariz y expirar aire dentro de su boca hasta que su pecho se infle. La idea es llevar a cabo esta maniobra cada 20 presiones de RCP. Si empieza a toser, significa que está consciente. Entonces, se debe acostar a la víctima de lado, con el rostro hacia abajo. Esto conseguirá que expulse el líquido que tiene en sus vías respiratorias.
Si no reacciona, hay que realizar dos ciclos de masaje cardíaco y respiración boca a boca durante un minuto y pide auxilio. Pero, seguir llevando a cabo estas técnicas de primeros auxilios hasta la llegada de los profesionales de salvamento.
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