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Las impactantes fotografías de Sheila Devil que han escandalizado a las redes: así está la hija de Camilo Sesto

Camilo Blanes se hace llamar Sheila Devil y hay mucha gente preocupada por él

El heredero del artista está atravesando un momento complicado, pero no se da cuenta

Sheila Devil cuenta con el apoyo de su madre, la mexicana Lourdes Ornelas

La exposición pública de Sheila Devil, antes conocida como Camilo Blanes, ha vuelto a desatar un intenso debate en redes sociales. La figura del hijo de Camilo Sesto ha sufrido una transformación tan profunda en los últimos años que resulta irreconocible para quienes lo conocieron en etapas anteriores. Sus últimas publicaciones han encendido todas las alarmas sobre su estado actual. En OKDIARIO hemos seguido la situación desde el primer momento y tenemos novedades.

Camilo Blanes, hijo único del legendario cantante Camilo Sesto, fue durante un tiempo presentado como su sucesor natural en el mundo de la música. Sin embargo, esa expectativa terminó siendo una losa más que un impulso. Lejos de seguir el camino de su padre, con el paso de los años su imagen pública fue virando hacia un terreno completamente distinto. El peso de llevar un apellido tan icónico no fue fácil de sostener. La exigencia implícita de estar a la altura, unida a las comparaciones constantes, podrían haber contribuido a su alejamiento tanto del foco musical como de una vida estructurada. Desde entonces, el cambio ha sido paulatino pero constante, hasta llegar a la actual encarnación como Sheila Devil.

Sheila Devil se pone el bikini

En su perfil de redes sociales, especialmente en Instagram, Sheila comparte contenidos que despiertan tanto fascinación como inquietud. La transformación física que ha experimentado ha ido acompañada de una estética deliberadamente transgresora, con looks provocativos y actitudes que desafían cualquier convencionalismo. Pero son las últimas imágenes en bikini las que más han dado que hablar.

Sheila Devil en bikini. (Foto: Instagram)

Las instantáneas, tomadas aparentemente en su domicilio, muestran a Sheila posando con total naturalidad y una actitud despreocupada. Para algunos seguidores, resulta llamativa su confianza y su forma de mostrarse sin filtros. Para otros, son fotos que reflejan una preocupante desconexión con la realidad y una caída progresiva en conductas que podrían poner en riesgo su bienestar físico y psicológico.

El eco de estas imágenes ha sido inmediato. Las redes se han llenado de mensajes tanto de apoyo como de crítica. Algunos seguidores destacan su atrevimiento, su libertad personal y su autenticidad, defendiendo que cada quien debe vivir su identidad como lo desee. Otros, en cambio, ven en estas publicaciones un grito de ayuda velado y alertan sobre los signos visibles de deterioro. Frases como «necesita ayuda urgente» o «no parece estar bien» se mezclan con halagos a su figura, su valentía y su estilo único. Este contraste evidencia hasta qué punto Sheila Devil se ha convertido en un personaje que no deja indiferente a nadie. El debate sobre los límites de la libertad individual y la responsabilidad emocional con quienes observan desde fuera se hace cada vez más presente.

La familia está muy preocupada

Ante esta exposición tan controvertida, la postura de su madre, Lourdes Ornelas, ha sido siempre de discreción y preocupación. Aunque en algunas ocasiones ha manifestado su inquietud, también ha recordado que su hijo es mayor de edad y responsable de sus decisiones. Esa impotencia se ha hecho más evidente con el paso del tiempo, ya que parece haber pocos recursos legales o afectivos para intervenir directamente. La situación recuerda a otros casos de hijos de grandes figuras públicas que han tenido dificultades para construir una identidad propia lejos del legado familiar. El caso de Sheila Devil es especialmente singular por el grado de exposición mediática y la transformación tan marcada que ha asumido como parte de su vida cotidiana.

Una de las pocas personas de su entorno que ha hablado abiertamente sobre su situación es Christina Rapado, quien mantuvo una relación con él en el pasado. En unas declaraciones recientes, defendió el derecho de Sheila a vivir como desee y aseguró que, en el fondo, se siente feliz en este estilo de vida. Según Rapado, todo forma parte de una excentricidad artística y no de un cambio de género como muchos han especulado.

El estado de Sheila Devil hace saltar las alarmas

Sin embargo, más allá del discurso sobre libertad personal o expresión artística, hay factores que no pasan desapercibidos. El deterioro físico visible en algunas de sus apariciones, el tono errático de ciertos vídeos y la sensación general de aislamiento preocupan a muchos de sus seguidores. Incluso quienes lo defienden señalan que sería conveniente un entorno más estable y protector.

El cambio de nombre, la estética agresiva, la ruptura total con el pasado familiar y el rechazo a seguir una carrera convencional pueden interpretarse como síntomas de una identidad en conflicto. En este contexto, no faltan quienes alertan sobre posibles adicciones o problemas de salud mental no atendidos. Aunque nada ha sido confirmado, las sospechas crecen al ritmo de sus publicaciones cada vez más provocadoras.

Sheila Devil se ha convertido en una preocupación para muchos. En su situación se unen tensiones entre tradición y ruptura, fama heredada y necesidad de libertad, vida privada y exposición constante. Su imagen pone en evidencia cómo las redes sociales pueden ser, al mismo tiempo, un refugio y un escenario de juicio público.