Neumonía bilateral

El médico del Papa confiesa que tuvieron que «elegir entre dejarlo ir o el riesgo de poner el tratamiento»

"Aquella tarde fue terrible, él sabía, como nosotros, que quizá no sobreviviera a aquella noche"

"Hay prescripciones que se deben observar, como evitar el contacto con grupos de personas"

Papa Francisco
El Papa Francisco en el hospital Gemelli.
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

Fact checked

×

Este artículo de OkSalud ha sido verificado para garantizar la mayor precisión y veracidad posible: se incluyen, en su mayoría, estudios médicos, enlaces a medios acreditados en la temática y se menciona a instituciones académicas de investigación. Todo el contenido de OkSalud está revisado pero, si consideras que es dudoso, inexacto u obsoleto, puedes contactarnos para poder realizar las posibles modificaciones pertinentes.

El 14 de febrero de 2025, el Vaticano comunicó la noticia que conmocionó al mundo: el Papa Francisco había sido ingresado en el hospital Gemelli de Roma debido a una infección respiratoria que requería tratamiento y observación. Aunque inicialmente se hablaba de una situación bajo control, nadie imaginaba la magnitud de lo que vendría después.

El médico que trató al Papa Francisco durante su delicada enfermedad, Segio Alfieri, ha revelado los detalles de una de las decisiones más difíciles de su carrera. En una entrevista conmovedora, ha relatado cómo, en un momento crítico, el equipo médico tuvo que enfrentarse a una elección desgarradora: «Tuvimos que elegir entre dejarlo ir o intentarlo todo». La tensión, la incertidumbre y el peso de esa decisión marcaron uno de los momentos decisivos del actual papado.

El médico del hospital Gemelli que se ha ocupado de Francisco durante su hospitalización, Sergio Alfieri, explica que hubo un momento «en el que se tuvo que decidir entre parar y dejarlo ir o probar con todos los medicamentos y terapias posibles, corriendo un riesgo muy alto», en una entrevista publicada este martes en el diario Corriere della Sera.

Alfieri, que ya operó a Francisco, de 88 años, en pasadas ocasiones, afirma en esta entrevista que en ese momento «Francisco sabía que podía morir» y «los que estaban a su alrededor tenían lágrimas en los ojos» y él mismo dijo: «Esto es malo».

La incertidumbre en el aire era palpable en los primeros días. No sólo estaba en juego la vida del líder de la Iglesia Católica, sino también la de una figura venerada por millones de personas en todo el mundo. Los médicos se reunieron, sopesando las opciones: intentar medidas más invasivas y riesgosas para salvar al Papa, o reconocer la posibilidad de que su salud ya no pudiera soportar más esfuerzos.

Episodio de broncoespasmo

El peor momento de los 38 días que el pontífice argentino ha pasado en el hospital por una infección respiratoria que derivó en una neumonía bilateral fue el 28 de febrero, cuando tuvo un episodio de broncoespasmo.

Hay que recordar que un broncoespasmo se produce cuando las vías respiratorias se contraen y, por lo tanto, se reduce el paso de aire, estamos frente a un broncoespasmo. Si esto ocurre se siente como que el pecho nos presiona, seguido de episodios de tos. Cuando las vías respiratorias están muy obstruidas y la respiración comienza a ser muy dificultosa por la falta de oxígeno.

El Vaticano, en silencio, pero con un profundo respeto por las decisiones médicas, guardaba la evolución. Las horas parecían eternas, y la tensión entre el médico personal crecía a medida que el Papa luchaba por su vida. La decisión de continuar con los tratamientos más agresivos fue tomada con una determinación rotunda, con la esperanza de que la voluntad del Papa y su resistencia pudieran superar las circunstancias más sombrías.

«Por primera vez vi lágrimas en los ojos de algunas personas a su alrededor. Personas que, según he podido entender durante este periodo de hospitalización, lo quieren sinceramente, como a un padre. Todos sabíamos que la situación había empeorado aún más y que existía el riesgo de que no lo lográramos», desvela Alfieri.

Y explica: «Tuvimos que elegir entre parar y dejarlo ir o forzarlo y probar todos los medicamentos y terapias posibles, corriendo el riesgo muy alto de dañar otros órganos. Y al final tomamos este camino».

Tomó la decisión, revela el doctor del Gemelli, «Massimiliano Strappetti, su médico personal, que conoce perfectamente los deseos del papa», quien dijo: «Inténtalo todo, no te rindas. Eso es lo que todos pensábamos también. Y nadie se rindió».

Señala que el papa se dio cuenta de que podía morir «porque incluso cuando su condición empeoró, estaba completamente consciente».

«Aquella noche fue terrible, él sabía, como nosotros, que quizá no sobreviviera a aquella noche. Vimos al hombre que estaba sufriendo. Pero desde el primer día nos pidió que le dijéramos la verdad sobre sus condiciones», añade.

«Durante días corrimos el riesgo de dañar los riñones y la médula ósea, pero seguimos adelante, luego el organismo respondió a los tratamientos y la infección pulmonar mejoró», describe.

Segundo momento crítico

Después llegó el segundo episodio en el que el papa estuvo a punto de morir: «Estábamos saliendo del momento más duro, mientras el papa comía, vomitó y aspiró. Fue el segundo momento verdaderamente crítico porque en estos casos, si no se rescata con prontitud, existe el riesgo de muerte súbita además de complicaciones en los pulmones que ya eran los órganos más comprometidos. Fue terrible, realmente pensamos que no lo lograríamos».

Recuerda Alfieri que hubo un momento particular: «Cuando, en el momento más difícil, me cogió la mano durante unos minutos como buscando consuelo».

También destaca el buen humor del papa durante toda su estancia en el hospital y cuenta: «En cuanto empezó a sentirse mejor, pidió dar una vuelta por la sala. Le preguntamos si quería que cerráramos las habitaciones de los pacientes, pero en lugar de eso miró a su alrededor en busca de la mirada de los otros pacientes. Se desplazaba en silla de ruedas, un día salió de la habitación cinco veces, quizá más».

Rumores de que había fallecido

Y explica que una tarde «le entregó el dinero a uno de los colaboradores y ofreció pizza a quienes lo habían ayudado ese día». Sobre el regreso al Vaticano, a su residencia en Santa Marta, Alfieri comenta que una mañana le dijo: «Sigo vivo, ¿cuándo nos vamos a casa?». Y sobre los rumores de que había fallecido, explica que el papa «siempre estaba informado de lo que ocurría y siempre reaccionaba con su ironía habitual».

Respecto a la nueva etapa de convalecencia, destaca que «hay prescripciones que se deben observar, como evitar el contacto con grupos de personas o con niños que puedan ser vehículo de nuevos contagios. Cuando se fue conversamos y prometimos no desperdiciar el esfuerzo que habíamos realizado». «Pero él es el papa, no somos nosotros los que podemos dictar el comportamiento», añade.

La hospitalización del Papa no sólo fue un capítulo de su vida, sino una lección de resistencia, fe y el impacto profundo que tiene la vida de este hombre sobre el mundo. En sus palabras, el Papa agradeció profundamente a su equipo médico y a todos aquellos que estuvieron orando por él, reafirmando que, a veces, lo más importante es la fuerza de la esperanza y la fe.

Historial del Santo Padre

El Papa Francisco ha sido especialmente vulnerable a las infecciones respiratorias a lo largo de su vida. Sufrió un grave episodio de neumonía que le obligó a someterse a la extirpación de parte de uno de sus pulmones. Esta intervención dejó secuelas en su salud pulmonar, que ha incrementado con el paso de los años.

En 2021, su salud se vio nuevamente afectada por un problema en el colon. Los médicos le realizaron una intervención quirúrgica para extirpar parte de su colon debido a una diverticulitis, una condición que puede causar inflamación e infecciones en esa área del aparato digestivo.

En 2023, la salud del Pontífice se volvió un verso comprometido cuando fue hospitalizado debido a una bronquitis. En los últimos meses, también ha sufrido dos caídas que le provocaron contusiones en la barbilla y lesiones en el brazo, el cual tuvo que ser inmovilizado con un cabestrillo.

Lo último en OkSalud

Últimas noticias