Cómo influye la falta de sueño en nuestra alimentación
Una investigación realizada por expertos del King’s College London desveló que aquellas personas que no dormían bien de noche tenían más opciones de ingerir más calorías durante la jornada siguiente. Para llegar a esta conclusión fue preciso analizar los resultados de distintos estudios que se habían realizado con anterioridad. En esta ocasión vamos a entrar más en profundidad y te mostraremos cómo influye la falta de sueño en nuestra alimentación.
Se llegó a la conclusión de que aquellos que presentaban problemas para descansar correctamente por la noche consumían al día siguiente 385 calorías más, una cantidad que supone lo equivalente en calorías a 4,5 rebanadas de pan.
Este trabajo se publicó recientemente en ‘European Journal of Clinical Nutrition’ y en él se combinaron once investigaciones con la participación de 172 personas. El estudio introdujo evaluaciones que compararon una intervención de restricción del sueño de manera parcial con una intervención de control sin restricciones de descanso, midiendo a lo largo del siguiente día el consumo energético de los voluntarios.
Un problema de obesidad
Entre otras cosas comprobaron que la privación parcial del sueño no implicaba un efecto significativo en la energía consumida durante las siguientes 24 horas. La cantidad neta de energía ganada ascendía hasta las 385 calorías diarias. Los encargados de realizar el estudio comprobaron, además, que la dieta que seguían las personas que dormían bien por las noches y los que no presentaban bastantes diferencias. Estos últimos consumían una cantidad de grasas más alta proporcionalmente y más baja en cuanto a proteínas, sin que se apreciasen grandes diferencias en cuanto a los hidratos de carbono.
La investigadora de la División de la Nutrición y Diabetes del King’s College London, Gerda Pot, asegura que el principal responsable de la obesidad “es un desequilibrio entre el consumo de calorías y el gasto”, pero en este informe también se le añaden otros factores como la falta de sueño, que podría ayudar a conseguir esa inestabilidad. “Encontramos que la privación parcial de sueño dio paso a un incremento neto de la energía consumida de 365 calorías por día”, por lo que a largo plazo esos problemas de sueño podrían ir aumentando la ingesta calórica, contribuyendo a ganar más peso.
Sin lugar a dudas, los problemas de descanso nocturno suponen unos de los grandes problemas para la salud. Advierten la necesidad de estudiar más sobre el caso para comprobar la importancia que tiene con el tiempo la privación parcial del sueño como factor de riesgo para la obesidad. Ampliar el tiempo de descanso nocturno sería un buen método para prevenir el sobrepeso, añade la investigadora.
Con anterioridad se había realizado un estudio con 26 personas en donde se llegó a la conclusión de que la privación parcial del sueño ocasionaba una mayor activación de las zonas del cerebro vinculadas con la recompensa cuando la gente estaba expuesta a la comida. Esto significa que las personas que no lograban un descanso adecuado en cierta manera intentaban resarcirse a través del consumo de alimentos, que por lo general suelen ser ricos en grasas y azúcares.
También barajan la posibilidad de que haya una interrupción del reloj corporal interno que podría alterar la regulación de las hormonas del hambre y de la saciedad, que son la grelina y la leptina, respectivamente. La alteración del sueño cambió entre los estudios, en donde unos participantes dormían entre 3,5 y 5,5 horas por la noche, mientras que los del grupo de control hacían los propio entre 7 y 12 horas.
En cualquier caso, los encargados de este trabajo reconocen que se precisan más investigaciones en torno a este tema para poder sacar más conclusiones. Además del ejercicio y la dieta como responsables del incremento de peso, también encuentran un tercer factor como es el sueño. El autor principal del estudio, Haya Al Khatib, explica que en estos momentos desarrollan un ensayo controlado y aleatorio en adultos que duermen pocas horas por la noche para analizar los “efectos de la extensión del sueño en los indicadores de incremento de peso”.
Sin lugar a dudas, dormir mal por las noches tiene consecuencias negativas para nuestra salud mental, pero también para el físico. Ganar unos cuantos kilos de más es lo más normal entre los que sufren insomnio, según este informe.
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