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Artrosis de rodilla: ¿debo pasar por quirófano? ¿cuándo?

En España, la artrosis afecta en torno al 30% de los españoles mayores de 40 años, mientras que la cifra asciende hasta el 80% para los mayores de 65 años, según apunta la Fundación Española de Reumatología. De todos los puntos afectados de nuestro cuerpo, son las rodillas y las manos las que más sufren la artrosis, seguido de las caderas.

La artrosis de rodilla –u osteoartritis– consiste en el desgaste y la degeneración del cartílago en la articulación. Los síntomas son el dolor y la inflamación, dos factores que hacen que los pacientes vean mermados sus movimientos y en fases más avanzadas causa deformidad de la articulación. Además, los especialistas señalan que se trata de una patología que está aumentando mucho debido a la alta esperanza de vida que experimentamos en la actualidad, que se prevé que continúe alargándose.

El tratamiento de la artrosis de rodilla ha mejorado significativamente en los últimos años; las cirugías son menos invasivas, la recuperación es más rápida y la colocación de una prótesis es más precisa y con mejores resultados con ayuda de las nuevas tecnologías. Pero, sobre todo, en este momento hay tratamientos no quirúrgicos para intentar retrasar el proceso degenerativo y disminuir los síntomas durante un tiempo y así retrasar el paso del paciente con artrosis por el quirófano.

Las terapias biológicas no garantizan la necesidad de reemplazo articular en fases avanzadas de la artrosis

Hoy, afortunadamente, hay mucha investigación sobre las nuevas terapias biológicas – como células madre, factores de crecimiento o implantación de condrocitos autólogos–, pero eso no quiere decir que los resultados positivos y satisfactorios sean permanentes y, hoy por hoy, no consiguen parar el proceso de desgaste (en ocasiones retrasarlo y mejorar síntomas) por lo que los especialistas no pueden asegurar que con esos tratamientos no vaya a necesitar una operación de rodilla en un futuro para un reemplazo articular

Sobre ello, la Dra. Inmaculada Gómez Arrayás, traumatóloga especialista en cirugía de reemplazo articular, rodilla y cadera del Hospital Ruber Internacional, explica que con el fin de «intentar retrasar la colocación de la prótesis en los procesos de osteoartritis, disminuir el dolor, la inflamación y la sintomatología durante un periodo de tiempo, nos apoyamos en tratamientos no quirúrgicos como pueden ser las infiltraciones de factores plaquetarios (PRP), de corticoides, ácido hialurónico, etc.».

Sin embargo, añade, «cuando esos tratamientos ya no son resolutivos y el paciente pierde calidad de vida por su dolor e incapacidad funcional, actualmente, la única solución eficaz es la sustitución de la articulación dañada por una prótesis».

La importancia de la cirugía de reconstrucción articular 

La cirugía de reconstrucción articular o artroplastia es una de las técnicas ortopédicas con más éxito en el mundo y, además, en manos expertas se obtienen mejores resultados al aumentar la supervivencia del implante. Una cifra que puede estar, según la especialista, alrededor de los 20 años.

«La correcta colocación y orientación de los implantes es muy importante para retrasar el desgaste del mismo y asegurar, de esta forma, su larga duración. Y no sólo una correcta orientación, sino también un buen balance de los ligamentos y partes blandas de la rodilla, para que, durante el recorrido en flexión y extensión, el eje se mantenga y las presiones que se ejerce en la superficie del implante estén correctamente repartidas», apunta la Dra. Gómez Arrayás.

Y añade: «Todo ello evita un desgaste precoz y ayuda a una mejor dinámica de la nueva rodilla, consiguiendo más movilidad de forma precoz, con mucho menos dolor».

Equipos con experiencia

Hay también algunos aspectos a tener en cuenta cuando hablamos de una cirugía de rodillas óptima: la experiencia y la precisión de los cirujanos en artroplastia de rodilla.

Son imprescindibles unas manos experimentadas, así como el uso de herramientas actuales (Sistemas de Navegación y Robótica) que guíen al cirujano para conseguir una colocación exacta de la prótesis. También son importantes los protocolos antes, durante y después de la operación, ya que de todo ello va a depender la calidad y velocidad de la recuperación.

La Dra. Gómez Arrayás comenta que con el sistema de navegación quirúrgico del Hospital Ruber Internacional la operación es muy precisa, puesto que tienen la ayuda de un ordenador. «Mediante sensores infrarrojos colocados en el fémur y en la tibia del paciente durante la cirugía se realiza una evaluación dinámica (en extensión y flexión) de la deformidad de la pierna y su cinemática».

De este modo, destaca, «tenemos información de la orientación de cada corte óseo que realizamos durante la cirugía y la ventaja de poder hacer correcciones intraoperatorias. Gracias a ello, también realizamos solo la liberación de partes blandas y ligamentos que necesitamos, según esta información, que es muy variable de unas rodillas a otras. Esto permite colocar una prótesis más estable en todo el recorrido de extensión a flexión. Con esta técnica, además, disminuye el sangrado postoperatorio, no requiere dejar drenajes ni transfusión».

Alerta, además, que la inestabilidad de la rodilla junto con la infección son las causas más frecuentes de recambio precoz de prótesis de rodilla.

En 24-48 horas los pacientes se van a casa

Explica también la Dra. Gómez Arrayás que gracias a la aplicación de programas para pacientes sometidos a cirugía de sustitución articular de rodilla como el protocolo Rapid Recovery consiguen optimizar la analgesia pre, intra y postoperatoria. «De este modo, el paciente operado de prótesis comienza con una movilización temprana, a las pocas horas de la intervención y con un dolor posoperatorio mínimo», señala.

Y es que a las 24-48 horas de la intervención el paciente puede irse de alta hospitalaria, caminando con ayuda de dos bastones y habiendo iniciado ya el proceso rehabilitador. «Al movilizar pronto evitamos adherencias y eso beneficia mucho la fisioterapia posterior», concluye.