Sánchez, la economía y la CEOE
Esta semana, el presidente del Gobierno en funciones se reunió con patronal y sindicatos dentro de la ronda de contactos que ha decidido iniciar para explicarles sus proyectos de cara a lo que sería su acción de gobierno en el caso de que, finalmente, lograse sacar adelante la investidura, cosa que hasta el momento no ha logrado en ninguna de las ocasiones en las que ha sido propuesto por S.M. el Rey como candidato a la presidencia del Gobierno, ya que perdió las votaciones de investidura en 2016 y en 2019. Si es presidente del Gobierno fue por aquella moción de censura que derivó en destructiva, pues más que apoyar a un candidato, quienes votaron a favor de la misma, en realidad votaron contra el Gobierno anterior, por el odio que tienen hacia el centro-derecha.
Ahora bien, Sánchez parece dispuesto a todo, más que nunca -y eso es muchísimo- para ser investido presidente. De ahí su acuerdo con Podemos en menos de 48h desde la celebración de las elecciones y su cortejo a los independentistas, cuyos principales líderes están o en la cárcel, condenados por el intento de golpe de Estado bajo la tipificación de sedición, o huidos de la Justicia, por mucha inmunidad que los tribunales europeos esgriman. Por eso, que Sánchez logre formar gobierno sigue siendo la opción más probable, el escenario central en el que tenemos que movernos, sabiendo que, no obstante, puede suceder cualquier cosa.
Pues bien, si se confirma ese escenario central y Sánchez forma gobierno, su programa político es terrible, y, dentro del mismo, la parte económica es aterradora. El pacto con Podemos encerrará, a buen seguro, una política radical de izquierdas, que ya se avanzaba en el proyecto de Presupuestos fallido: salario mínimo estratosférico que enviará al paro a muchas personas, especialmente a las menos cualificadas, derogación de lo esencial de la reforma laboral, aumento de gasto que elevará déficit y deuda peligrosamente y una subida de impuestos que esquilmará a los contribuyentes. Todo ello, supone un grave riesgo para la actividad económica y el empleo.
A la CEOE, para disimular, Sánchez le ha dicho que no tocará el salario mínimo sin hablar con los agentes sociales y que no entregará ningún ministerio económico a Podemos. ¿De verdad la CEOE va a creer esto? Cuando subieron el salario mínimo en la anterior ocasión, Sánchez no consultó con nadie, y cuando repasaron los puntos que quería derogar de la reforma laboral, se reunió con los sindicatos, pero no preguntó a la CEOE. La patronal debería tener claro que Sánchez no es de fiar. Una cosa es que por respeto institucional se reúna con él, lo escuche y atienda, lógicamente, pero debe aprovechar esas reuniones para expresarle su rechazo frontal, firme y rotundo a todas esas potenciales medidas que Sánchez y Podemos pueden llegar a aplicar, rechazo que deberían también escenificar en sus comparecencias ante la prensa tras dichas reuniones, porque si no lo hacen, si no son firmes y van a tratar de ser comprensivos, el daño a la economía será mucho mayor, porque el Gobierno aplicará esas medidas dañinas, pero hasta que se vea su efecto tratará de vender que incluso tienen el consenso de la patronal. La CEOE sabrá muy bien qué es lo que tiene que hacer, por supuesto, y decidirá qué posición adoptar, pero si no se muestra firmemente en contra de este intervencionismo económico radical, las consecuencias que sufrirá toda la economía española serán todavía peores que las que ya de por sí veremos con este futuro Gobierno.
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