Los ricos son así
La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha atacado a OKDIARIO por publicar que ha borrado de su currículum que trabajó en una cadena de electrodomésticos. Cree que la información responde al hecho de que nos molesta que alguien que ha sido cajera en una tienda llegue a ministra. En absoluto, más bien todo lo contrario. Quien parece arrepentirse de su pasado es ella, que borró su experiencia laboral de su currículum. Si no hay nada de lo que arrepentirse y le sirvió para su actual cargo de ministra, será Irene Montero la que tenga que explicar las razones que la llevaron a no mencionar sus primeros trabajos en su currículum oficial.
OKDIARIO cree en el esfuerzo y en la actitud personal como instrumentos fundamentales para la realización profesional y considera que no es ninguna deshonra, sino todo lo contrario, que Irene Montero desempeñara un puesto de cajera en una cadena de electrodomésticos. Ese no es el problema. El problema es que Irene Montero arrastra una extraña reticencia a que se conozca públicamente su pasado laboral. ¿Qué desdoro hay en trabajar en una tienda? ¿Cuál fue la razón última que llevó a la ministra a borrar su pasado? ¿O será que Irene Montero, una vez adquirido un estatus económico superior al de la mayoría de la gente de su edad, ha sido víctima de un arrebato clasista que la lleva a no querer recordar sus comienzos profesionales?
Tal vez el hecho de que haya subido de categoría social la lleve a comportarse como una nueva rica que reniega de sus dignos orígenes. Si OKDIARIO ha publicado que Irene Montero borró de su currículum el paso por una tienda de electrodomésticos no es, como ella asegura, porque nos moleste que alguien que es hija de un mozo de mudanzas y de una maestra haya llegado a lo más alto en política, sino porque nos extraña que un trabajo tan digno como el que desempeñó haya sido borrado de un plumazo.
Si quería adornar su currículum, más le habría valido hacer hincapié en el tiempo que pasó trabajando como cajera que subrayando sus notas académicas. Es ella, y no OKDIARIO, la que parece molestarse por el trabajo que desempeñó hace años. Es ella la que hizo desaparecer esa actividad de su currículum. Y es por eso que OKDIARIO entendió que el olvido era revelador de una forma de ser y de una actitud personal más propia de quién, una vez disfrutado de las mieles del éxito, sufre un inesperado ataque de amnesia.
Si tan orgullosa está, como asegura, de sus orígenes no hay razón alguna para no hacerlos destacar como sí hicieron en su día Alfonso Escámez o en la actualidad Amancio Ortega, que siempre se sintieron orgullosos de sus inicios. Es muy posible que Irene Montero lo haya hecho precisamente porque considerase que, su actual estatus, no podía verse manchado por el pasado. Y eso es lo que nos parece criticable. Porque eso es la demostración más palmaria de un comportamiento propio de los nuevos ricos.
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