La Ley Trans de Petra Sánchez

Pedro Sánchez

Ya no hay palabra que se pueda creer ni reputación que se pueda respetar a los miembros de este Gobierno tan corrupto. Por lo tanto, parece lógico que triunfe la obsesión ciudadana de convocar elecciones, cuanto antes, aprovechando que las encuestas pronostican la próxima hecatombe del sanchismo. La gente sueña con vivir en paz, prosperar y librarse de esa morralla que acaudilla un grillado. El muy iluso cree que, con difamar -non stop- Feijóo, Ayuso y Abascal, le va a bastar para enrocarse de por vida en La Moncloa. También cuenta, como bala de recambio, con el apoyo de los nobles socios etarras y de los fieles golpistas catalanes, tribus bien conocidas, por dejar tirado a cualquier compinche. España y el ansia de poder del déspota, están en las peores manos.

Son miles los comentaristas que piensan que el desacreditado Gobierno actual, tan inútil, como tramposo y ruinoso, será reemplazado por otro digno y eficiente. El futuro nos debe la desaparición del farsante Pedro Sánchez, bicho que nos hizo sufrir con sus decisiones tiránicas. Cuando desaparezca del mapa político, España volverá a ser la gran nación que fue. Hasta entonces, olvídense de ese bulo jaleado por la cínica ministra Calviño, sobre la recuperación económica y prepárense a que muchas naciones nos tomen por idiotas, pues permitimos ser liderados por un psicópata integral. Millones de ciudadanos, hartos de tanto atropello, depositarán sus últimas esperanzas en las urnas para sacar a este mal bicho de su madriguera.

Narciso Michavila, presidente de GAD3, sociólogo y genio, que siempre acierta y cuadra las encuestas, ha declarado en Trece TV que: «Lo siento por Tezanos, pero su partido va a perder las próximas elecciones. La derecha está sacando más de 10 puntos a la izquierda». Michavila predice que no hay vuelta atrás: «Las alianzas de Sánchez le han penalizado». Mientras la inestabilidad de este autócrata enloquecido, siga polarizando la opinión del votante, no habrá cambio de voto. «El que polariza, siempre pierde los comicios», asegura el siempre lúcido Michavila. Así que podemos dar por muerto al iluso y agradecer a sus depravados socios comunistas que, por fin, le hayan quitado el sueño.

Entre la ley de sólo sí es sí e Irene, que suelta a violadores a mansalva y la ley trans de Petra Sánchez, que va a arruinar la vida de muchos menores, según la opinión unánime de la comunidad científica, poca diferencia hay, entre tales leyes, pues ambas son nefastas. Que hablamos de leyes liberticidas, totalitarias e irracionales. Ya solo nos falta saber, si el zafio impostor de las mil caras, también va a cambiar de género, pues tratándose de Pedro Sánchez, todo es posible. ¿Verdad que sí, camaleónica Petra?

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