Feijóo o la apuesta por la mejor España: la del régimen del 78
La entrevista de OKDIARIO al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, sirve para hacerse una idea de las voluntades políticas de quien cuenta con las mayores posibilidades de convertirse en el próximo presidente del Gobierno de España. Feijóo apunta una idea clave: dado que, según coinciden en señalar todas las encuestas, es el único que puede aspirar a un Ejecutivo monocolor, el candidato de los populares no oculta su intención de -con permiso de la aritmética parlamentaria- formar un Ejecutivo en solitario, pero deja claro que con Vox «se puede gobernar y se puede pactar porque respeta la Constitución». Rompe así de raíz el relato político-mental de una izquierda que sigue agitando el fantasma de la ultraderecha, tratando de demonizar cualquier aproximación a los de Santiago Abascal.
Feijóo tiene claro que el objetivo a combatir es el sanchismo, concepto que va más allá de la oposición concreta al jefe del Ejecutivo. Derogar el sanchismo es poner fin a una forma de ejercer la jefatura del Gobierno basada en la imposición sectaria de la ideología socialcomunista, entendida como una palanca de acoso permanente a los sectores críticos de una sociedad que pretenden moldear a su antojo. Frente a eso, Feijóo está decidido a acabar con las leyes ideológicas del actual Gobierno -Ley Trans, Ley de Memoria- para liberar a la sociedad española de esa tupida red desplegada por la izquierda con el apoyo de las formaciones autoproclamadas enemigas del régimen del 78. Ese es el propósito de Feijóo: devolver a España los mejores valores, compartidos entonces por todos, de aquella época en la que se cimentó la libertad que el socialcomunismo pretende hoy maniatar.
Sólo la resistencia de instituciones y sectores comprometidos con la unidad nacional, además de millones de ciudadanos concernidos con el marco constitucional, han evitado que el socialcomunismo lograra su propósito. Feijóo tiene ante sí un reto que va más allá del mero cambio de Gobierno, porque su misión es de más hondo alcance: deberá devolver a la sociedad española los espacios de libertad que ocupó el sanchismo, en una doble dirección: levantando la losa fiscal con la que la izquierda sepultó la libertad económica y, al tiempo, levantando la losa de la dictadura ideológica de quienes durante años han sembrado la semilla del enfrentamiento en la sociedad española.
Que Feijóo pretenda gobernar en solitario es una aspiración comprensible, pero para ello deberá convencer a los españoles de que su proyecto necesita de un último impulso en las urnas. Porque no es Feijóo contra Sánchez o viceversa. Es la España abierta y sensata, la España constitucional frente al gueto en el que pretende confinarnos el socialcomunismo con el apoyo de los enemigos de España.
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