Lotería de Navidad
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La razón por la que la Lotería del Niño se llama así

El 6 de enero a las 12:00 horas se celebra el Sorteo de la Lotería del Niño

Todos los premios que reparte la Lotería del Niño

La Lotería del Niño, que se celebra el 6 de enero, es una tradición profundamente arraigada que complementa la emoción del Sorteo de Navidad. Su nombre proviene del Día de Reyes, una festividad que honra al Niño Jesús, lo que refuerza su conexión con el espíritu de esperanza y generosidad típico de las fiestas navideñas. Desde su creación en 1941, este sorteo ha sido un símbolo de nuevos comienzos, ofreciendo a millones de personas la oportunidad de transformar el inicio del año en un momento inolvidable.  En su edición de 2024, la Lotería del Niño reparte un total de 770 millones de euros en premios.

El primer premio otorga 2 millones de euros por serie (200.000 euros al décimo), mientras que el segundo y tercer premio ofrecen 750.000 y 250.000 euros a la serie, respectivamente. Además, hay premios por aproximaciones, coincidencias en centenas, y extracciones de tres y dos cifras, así como miles de reintegros. Ésta generosa distribución, sumada al significado simbólico del sorteo, hace de la Lotería del Niño un evento que no sólo promete grandes alegrías a los afortunados, sino que también refuerza la unión  familiar en torno a la ilusión compartida de comenzar el año con una sonrisa.

La razón por la que la Lotería del Niño se llama así

El Sorteo de la Lotería del Niño, una tradición que combina ilusión y esperanza, tiene un origen marcado por la solidaridad. Este sorteo, que se celebra cada 6 de enero coincidiendo con el Día de Reyes, no sólo es un evento festivo que culmina las celebraciones navideñas, sino que tiene una historia ligada a la necesidad de ayudar a los más desfavorecidos. Aunque su formato actual data de 1941, su antecedente más antiguo se remonta al siglo XIX, cuando España atravesaba momentos difíciles. En 1879, se buscaban métodos para recaudar fondos y aliviar la pobreza; entre ellos, la lotería surgió como una solución práctica y eficaz.

El nombre de «Lotería del Niño» está estrechamente relacionado con el Hospital Niño Jesús de Madrid, fundado en 1877 por María del Carmen Hernández y Espinosa de los Monteros. Esta filántropa española, conmovida por las carencias de recursos médicos para los niños de familias pobres, impulsó la creación de este centro de salud y se convirtió en su principal benefactora. Sin embargo, mantener en funcionamiento el hospital requería fondos constantes, lo que llevó a María del Carmen a organizar rifas y sorteos, precursores de lo que más tarde sería la Lotería del Niño.

El sorteo, concebido originalmente como un mecanismo para financiar el hospital, se convirtió en un éxito inmediato. A medida que se recaudaban más fondos, la iniciativa comenzó a ser más popular. Con el tiempo, el sorteo adquirió carácter nacional y dejó de estar vinculado exclusivamente al hospital. Sin embargo, su propósito benéfico permaneció, ya que una parte significativa de los ingresos generados por la venta de décimos se destinaba a proyectos sociales, obras públicas y asistencia a los más necesitados.

En la actualidad, aunque la organización del sorteo ha evolucionado y está bajo el control del Estado, su espíritu solidario perdura. La Lotería del Niño reparte una gran cantidad de premios, pero también garantiza ingresos para las arcas públicas, que se utilizan en diferentes áreas de bienestar social. Este aspecto es un recordatorio del origen altruista del sorteo y de cómo la tradición ha logrado adaptarse a los tiempos sin perder su esencia.

El hecho de que el sorteo coincida con el Día de Reyes no es casualidad. Esta festividad, cargada de simbolismo, resalta la figura del Niño Jesús y la generosidad de los Reyes Magos al llevar regalos al recién nacido. Así, la Lotería del Niño adopta una dimensión especial al representar una especie de regalo colectivo para quienes adquieren sus boletos con la esperanza de ganar. Además, su capacidad para repartir más premios en comparación con el Sorteo de Navidad lo hace especialmente atractivo para los participantes.

Aunque hoy en día su nombre no es tan conocido, el legado de María del Carmen Hernández y Espinosa de los Monteros sigue vivo a través de la Lotería del Niño. Lo que comenzó como un esfuerzo para salvar el Hospital Niño Jesús ha crecido hasta convertirse en una de las tradiciones más queridas de España. Su visión de utilizar la lotería como un medio para apoyar a quienes más lo necesitan ha trascendido generaciones, adaptándose a las necesidades de cada época.

La historia de este sorteo es un ejemplo de cómo la solidaridad y la tradición pueden ir de la mano. Cada año, cuando los bombos empiezan a girar y los números son cantados, se revive el espíritu de ayuda que impulsó su creación. Así, el Sorteo de la Lotería del Niño no solo ofrece la posibilidad de ganar premios, sino que también mantiene viva la memoria de un esfuerzo colectivo por hacer del mundo un lugar más justo y generoso.