OKDIARIO caza al nº 2 del Polisario visitando a Ghali en el hospital en plena crisis con Marruecos

Salem Lebsir
Salem Lebsir, número dos del Frente Polisario, sentado a cinco metros de la habitación de Brahim Ghali.

El líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, está acompañado de manera permanente por su mano derecha: Salem Lebsir. Después de una ardua investigación, OKDIARIO ha descubierto al número dos de la formación saharaui visitando al militar árabe en una habitación ‘secreta’ del Hospital San Pedro de Logroño, donde se encuentra ingresado recuperándose del coronavirus. Esta revelación se produce en medio de la mayor crisis diplomática de la democracia entre España y Marruecos.

Se trata de un dato desconocido por la Audiencia Nacional, ya que Salem Lebsir no figura entre los viajeros que llegaron a bordo del avión medicalizado que aterrizó en Zaragoza. Tal y como consta en la documentación judicial remitida por la Policía Nacional al juez Santiago Pedraz, Ghali sólo estaba acompañado de dos personas: un doctor argelino y un familiar. Es decir, el delfín del líder del Polisario llegó a España tras su hospitalización sin ser detectado por las autoridades.

La mano derecha de Brahim Ghali vistiéndose con un bata desechable en la puerta de la habitación donde está hospitalizado.
La mano derecha de Brahim Ghali vistiéndose con una bata desechable en el hospital.

Salem Lebsir es uno de los fundadores del Frente Polisario y forma parte de su cúpula desde 1980. En la actualidad, es la mano derecha de Ghali y ocupa el cargo de ministro de Reconstrucción y Repoblación. Anteriormente ostentó los cargos de ministro del Interior y presidente del Parlamento Saharaui. Es sobrino de Mohamed Bassiri, histórico dirigente de la Organización Avanzada para la Liberación del Sáhara (OALS).

La prensa marroquí asegura que Lebsir fue testigo de los “crímenes, secuestros y detenciones ordenadas por Ghali contra los saharauis en los campamentos de Tinduf en territorio argelino”. De la misma manera, le acusan de ser uno de los incitadores de la agresión contra Marruecos y España al recibir millones de dólares del régimen argelino. Esta dotación económica, según los medios oficialistas árabes, es destinada a “reclutar niños y obligarlos a tomar las armas y luchar”, en flagrante violación de los pactos y tratados internacionales en materia de protección infantil.

La habitación secreta

La consigna que el Gobierno de La Rioja, que preside la socialista Concha Andreu, ha dado a la dirección del centro hospitalario desde que el líder del Polisario llegó a Logroño es tajante: silencio total. Nadie sabe nada. Ni en qué habitación se encuentra, ni en qué planta ni mucho menos el contenido de su ficha médica. Un hermetismo que va más allá, ya que entre las directrices de esta enóloga reconvertida en política, de la máxima confianza de Pedro Sánchez, también está la de dar la voz de alarma si cualquier persona pregunta por Ghali.

El ambiente que hay en el ala del Hospital San Pedro es totalmente gris. Los pasillos están iluminados con una luz extremadamente tenue, huele a desinfectante y hace frío. Hay un silencio sepulcral de vez en cuando interrumpido por el trasiego de los médicos y enfermeras, el ir y venir de los celadores y el sonido de los carritos de las encargadas de la limpieza. Entre ellos no hablan, susurran. Quizá porque son conscientes de que a pocos metros de donde se encuentran tienen al polémico protagonista de la semana que ha provocado la llegada masiva de inmigrantes ilegales a las ciudades de Ceuta y Melilla.

Puerta de la habitación de Brahim Ghali en el hospital San Pedro de Logroño.
Puerta de la habitación de Ghali en el hospital San Pedro de Logroño.

Desde que Ghali fue ingresado en este hospital, tres vigilantes de seguridad custodian el acceso a las habitaciones en turnos de ocho horas. Comprueban que cualquier persona que quiera acceder lleve el documento que acredita que cuenta con un familiar ingresado. De lo contrario, el paso está totalmente restringido. Sin embargo, en la puerta de la habitación del líder del Polisario no hay ningún tipo de vigilancia. Tampoco presencia policial, ni agentes uniformados ni de paisano. Nada que pueda llamar la atención y haga que su localización pueda ser descubierta.

Terraza de la habitación  donde está ingresado Brahim Ghali.
Terraza de la habitación  donde está ingresado Brahim Ghali.

El dormitorio está justo en frente de un control de enfermería. Su interior, de poco más de seis metros cuadrados, cuenta con una cama, un baño y un balcón con vistas a un pequeño jardín que se encuentra dentro de las instalaciones del hospital. Estas terrazas, una por habitación, son usadas a diario por los enfermos para tomar el aire y ver la luz del sol. Sin embargo, Ghali no la usa por temor a que alguien pueda verle desde el exterior. Su presencia en el hospital es invisible y roza lo fantasmal.

Una misteriosa reunión

El pasado sábado, OKDIARIO interceptó una reunión entre la mano derecha de Ghali y el delegado del Frente Polisario en La Rioja, Abdalahe Hamad, afincado en España desde hace varios años. Un señor mayor de aspecto amable, sin pelo en la cabeza y con una larga y característica barba blanca. Ese mismo día, ambos mantuvieron una reunión a las 10.40 horas de la mañana en un conocido hotel ubicado en la Gran Vía del centro de la ciudad de Logroño. Concretamente, en una estancia discreta próxima al vestíbulo.

El encuentro tuvo lugar en una zona recogida dotada de un elegante sofá de estilo chester con cojines rojos, una pequeña mesa de cristal y dos butacas marrones. Todo ello cercado por un enorme ventanal -tapado con cortinas para evitar que nadie les viera desde la calle- y una vitrina con varias macetas que hacía las veces de biombo. De esta manera se aseguraban una privacidad total.

La mano derecha de Brahim Ghali saliendo de la reunión que tuvo con Abdalahe Hamad, delegado del Polisario en La Rioja.
La mano derecha de Brahim Ghali saliendo de la reunión que tuvo con Abdalahe Hamad, delegado del Polisario en La Rioja.

La cita, que duró apenas 30 minutos, acabó bajo el mismo halo de secretismo con la que había arrancado. Al terminar, se despidieron y salieron del establecimiento con la peculiaridad de que lo hicieron por separado y con un intervalo de cinco minutos. El objetivo de esta maniobra era que nadie pudiera relacionarlos. Seguidamente, se quedaron merodeando por las calles aledañas usando los escaparates de una cafetería y una farmacia como espejo para ver si alguien les seguía, una técnica usada por profesionales de la seguridad para detectar seguimientos. Pero era tarde. OKDIARIO ya había descubierto el encuentro.

El día anterior de la misteriosa reunión, este periódico se reunió con Hamad, el delegado del Frente Polisario en La Rioja. Le preguntamos si había alguna posibilidad de que Lebsir, la mano derecha de Ghali, estuviera en España, como este periódico ya había podido comprobar. “Es imposible. Las fronteras con Argelia llevan varios meses cerradas”, nos dijo. “¿Seguro?”, le insistimos. “Te estoy diciendo la verdad. No tenemos nada que ocultar”, zanjó. Sin embargo, su versión nada tenía que ver con la realidad.

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