Internacional

El nuevo Gobierno de Libia se enfrenta al voto de confianza del Parlamento 

Libia se encuentra un poco más cerca de la ansiada estabilidad política y de poner fin al conflicto bélico que lleva desangrando al país africano desde la caída del dictador Muamar Gadafi en 2011. En contra de los deseos de la población libia, la caída de Gadafi no trajo la ansiada democracia, ni una mejora de la situación económica que los jóvenes, y no tan jóvenes, que tomaron las calles de Trípoli y de otras muchas ciudades.

Actualmente el conflicto libio se encuentra en un punto de inflexión histórico, que puede dar por concluido está etapa tan cruel en la historia de este país, y que se ha eternizado durante una década. Diputados libios ha empezado a llegar a la ciudad costera de Sirte para llevar a cabo una histórica sesión de confianza del nuevo Gobierno Nacional del Unidad (GNU), fruto del mecanismo de reconciliación no electo impulsado por Naciones Unidas (ONU) y que deberá conducir, finalmente al país, a unas elecciones legislativas previstas para el próximo 24 de diciembre.

El primer ministro interino de Libia, Abdul Hamid Dbeiba, entregó a finales de febrero la composición de su Gobierno al Parlamento designado, con la esperanza de obtener el voto de confianza de los diputados. El reparto de carteras sigue siendo confidencial y poco o nada se sabe de la composición del nuevo Gobierno, que posee la difícil tarea de sustituir tanto al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) de Fayez al-Sarraj como a las autoridades rivales situadas en el este lideradas por Jalifa Haftar.

Esta discreción es considerada de vital importancia en un país desgarrado por las luchas internas. Dbeiba, ya ha presentado su lista definitiva de miembros del gabinete para su confirmación por el Parlamento. Aunque la lista oficial aún no se ha hecho pública, ya se han producido numerosas filtraciones que afirman que la lista está compuesta por 27 ministros, 6 ministros de Estado y 2 adjuntos.

La votación tiene lugar en medio de una gran polémica sobre un posible caso de corrupción y compra de votos durante el diálogo interlibio, que tuvo lugar un mes después de la firma en octubre de un acuerdo de alto el fuego entre las partes rivales, según revela un informe aún confidencial de la ONU.

El informe apunta a que la candidatura de Abdul Hamid Dbeiba habría comprado votos durante las reuniones celebradas en Túnez. Como consecuencia a la filtración de este informe, un grupo de 42 legisladores, a su llegada a Sirte para la votación, ha respaldado una declaración en la que piden que la reunión se aplace una semana, fecha en la que está previsto que se publique el controvertido informe del Panel de Expertos.

Por su parte, Dbeiba defiende la “integridad del proceso”, y la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (UNSMIL) rechaza el aplazamiento de esta votación y niega que se produjera dicha irregularidad.

Además, el nuevo Gobierno también tendrá que hacer frente al incumplimiento de la cuota de mujeres pactadas por la UNSMIL, establecida en un 30%, así como las dudas sobre la cartera de Defensa, ya que la lista no aclara quien será el ministro de Defensa, un cargo de vital importancia para conseguir unificar el país y procurar la estabilidad.

El nuevo Gobierno aún presenta muchas dudas, y esta jornada se prevé decisiva para conseguir unificar al pueblo libio, así como aportar un nuevo halo de confianza. Antes del 19 de marzo, Dbeiba debe ganarse la confianza del Parlamento electo para su Gobierno. Además, hoy tendrá lugar una sesión parlamentaria centrada en el voto de confianza, donde se debatirá qué constituye un quórum legítimo y qué mayoría se necesita para conferir dicha confianza.

Si el gobierno interino de Libia no consigue la confirmación de la Cámara de Representantes en el plazo asignado, el voto de confianza pasará a los miembros del Foro de Diálogo Político Libio.