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‘Lo de Évole’: Rosa María Sardá, muy sincera con su enfermedad

Rosa María Sardá, invitada en 'Lo de Évole¡

Jordi Évole estrena la sexta edición del programa ‘Lo de Évole’ que creó a raíz de la cuarentena por el estado de alarma. En él ha conducido entrevistas con algunas de las personas que están sufrimiento el coronavirus en primera persona y algunos artistas nacionales como Rosalía.

En el último programa el 26 de abril entrevistó a la actriz Rosa María Sardá que aportó una versión realista pero negativa de la situación actual. Se preguntó a sí misma durante la entrevista con el periodista catalán: “¿Saldremos mejores de esto?”, una cuestión que los expertos se preguntan desde el comienzo del confinamiento.

La hermana de Xavier Sardá fue contundente: “No, lo siento Jordi. No saldremos mejores. Seguirán vendiendo armas, seguirá la explotación del hombre por el hombre, seguiremos recibiendo pateras de gente que no quiere nadie, seguirán existiendo campos de refugiados”.

La actriz muy comprometida con la justicia social no cree que sea posible un cambio. Citó al director español Fesser: “lo contrario de la pobreza no es la riqueza, es la justicia” y sentenció que “mientras no haya justicia social no habrá paz”. En su desconsuelo alegaba: “No sé cómo los que tienen más de dos duros pueden dormir tranquilos”

“El cáncer es invencible” fueron las tajantes palabras que se quedaron marcadas en los oídos de los espectadores. “Es cuestión de los que se ocupan de ti acierten con las medicaciones, pero no es un ‘match’ a ver quién gana, el cáncer siempre gana”.

Jordi Évole no estuvo de acuerdo con la afirmación, pero siguió adelante con la entrevista para preguntarle su opinión sobre el estado de la cultura ahora que se avecina una crisis económica: “Yo desde que me metí en todo esto ya estaban en crisis. El cine el teatro todo estaba en crisis. Ahí seguimos. Seguiremos en crisis”. Un mensaje de positividad que consigue concluir con buen sabor de boca la entrevista: “No todo está perdido si alguien de verdad pone hilo a la aguja si de verdad arrimáramos el hombro”.