Crisis de Afganistán

Tres diplomáticos y el embajador relevado por Sánchez, héroes sin uniforme para los afganos en Kabul

Diplomáticos afganos
El embajador Gabriel Ferrán y su segunda, Paula Sánchez, permanecen en Kabul.
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

El pasado 13 de agosto el Ministerio de Exteriores anunciaba que tras el grave deterioro de la situación en Afganistán se iniciaban los preparativos para evacuar al personal de la embajada de España en Kabul. Esa repatriación debía incluir a todo el personal español, los compatriotas que se encontraran en el país por cualquier motivo y que desearan volver a España y los colaboradores locales que durante años han trabajado con los militares. Según las fuentes de la diplomacia española los afganos pendientes de rescate el 13 de agosto rondaba el millar de personas y para asegurar su traslado a España los diplomáticos españoles decidieron no abandonar el país hasta el último momento para ayudar a los afganos. Y allí siguen, el embajador recién cesado por el presidente Sánchez, Gabriel Ferrán, y su segunda, Paula Sánchez, la joven diplomática que cada día sale a las pistas del aeropuerto con un chaleco antibalas varias tallas más grande de la que le correspondería. Prestan ayuda y atienden a los afganos que los militares y los policías españoles han conseguido introducir a salvo en el aeródromo.

Como ni el embajador ni Paula tuvieron la menor duda en permanecer en tierras afganas hasta el último momento, el Ministerio de Exteriores ha mandado dos trabajadores diplomáticos más para ayudarles en la ardua tarea de localizar, orientar, trasladar o guiar a los afganos colaboradores hasta el aeropuerto para después poder cribarlos y atenderles antes de volar a España.

Paula Sánchez llegó a Afganistán en agosto de 2020, hace ahora un año, y ni una sola vez ha mostrado temor o ha titubeado en su misión diplomática. Tras unos días de prácticas en Marruecos se dedicó de lleno a su primer destino, Afganistán. Desde sus redes sociales Paula realiza un seguimiento exhaustivo a todas las informaciones que desde el Ministerio de Exteriores y Naciones Unidas se han ido difundiendo sobre las labores de evacuación. La joven diplomática ha mostrado en esas mismas redes su profunda preocupación por las mujeres y niñas afganas por encima del resto de la población con la llegada de los talibanes al poder.

Pero antes de esta crisis Paula también escribía sobre el país en el que lleva el último año trabajando, en el que un grupo de españoles llegaron a hacer una paella para el personal diplomático. Las medidas antiCovid y la difusión de informaciones diplomáticas ocuparon el resto del tiempo en las redes de Paula hasta el pasado día 13 de agosto. El día que algunas delegaciones diplomáticas dejaron tirados a sus colaboradores y personal afgano.

Guiar a los afganos al aeropuerto

Los medios de comunicación nos hemos fijado mucho en los más de 130 militares que están haciendo posible la evacuación de Kabul vía Dubái. También hemos hablado de los 20 policías, del GEO y las UIP, que salen a diario a las puertas del aeropuerto buscando afganos al grito de “¡España!” para poder introducirlos y asegurarlos en el aeródromo. Pero toda esa ayuda a los afganos, sin el trabajo de los diplomáticos, no hubiera sido posible.

Hace unos días el Ministerio del Interior decidió reforzar la presencia de policías nacionales en el aeropuerto de Kabul con el envío de tres agentes más del GEO. La Policía Nacional hizo oficial el anuncio usando la fotografía de uno de esos agentes en el aeropuerto afgano. Lo que pasó desapercibido en la foto fue que en un segundo plano aparecía una mujer menuda y rubia, exactamente igual que la diplomática Paula Sánchez, ataviada con un chaleco antibalas muy grande y pendiente de los ciudadanos afganos sentados en el suelo del aeropuerto.

Fuentes diplomáticas consultadas por OKDIARIO explican desde España la importancia del trabajo de Paula, el embajador y los refuerzos enviados para ayudarles. “Ellos se encargan de realizar listados, localizar a los afganos que han colaborado con España y los guían hasta el aeropuerto, o hasta dónde pueden llegar. Cuando los soldados o los policías consiguen traerlos desde el perímetro exterior los diplomáticos son quienes los atienden, los entrevistan y los criban. Les facilitan todo lo que necesiten hasta que son seleccionados para volar hacia España”.

Los talibanes ya han anunciado que no permitirán que la evacuación de afganos más allá del 31 de agosto y esa es la fecha límite que se han puesto en el calendario el embajador Ferrán y su segunda, Sánchez, porque pese a que uno lleva días cesado de su puesto por el presidente del Gobierno y la otra podía haber subido sin objeciones al primer avión que voló hacia España, ambos hicieron realmente bueno eso de que no piensan dejar a nadie atrás.

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