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Tribunales

La recaudafondos de Moncloa amiga de Begoña Gómez será llamada a declarar por el juez Peinado

La instrucción sobre el 'caso Begoña Gómez' continuará a lo largo de 2025

Cristina Álvarez, la recaudafondos del máster de su amiga Begoña Gómez que trabaja para la Secretaría de Presidencia en Moncloa, será llamada a declarar por el juez Peinado. Fuentes consultadas aseguran que se acordará una nueva batería de testificales en el marco de la investigación en las que también se citará a empresas como Indra, que comercializaron el software de los estudios universitarios que puso en marcha la mujer de Pedro Sánchez. El caso Begoña continúa y se prevé que la instrucción se alargue también en el nuevo año al existir indicios de delito, según las fuentes jurídicas consultadas por OKDIARIO.

El Juzgado de Instrucción número 41 puso en marcha la pasada primavera la investigación sobre Begoña Gómez a raíz de una denuncia interpuesta por el sindicato Manos Limpias. El juez investiga a la mujer del presidente del Gobierno por tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo laboral. El sumario ya acumula cientos de folios e indaga sobre la Cátedra de Transformación Social Competitiva que la Complutense otorgó a Begoña Gómez sin tener titulación oficial y que se gestó en Moncloa. El actual rector de la universidad, Joaquín Goyache, está también investigado en el procedimiento.

El sumario revela irregularidades en torno a la obtención de esta cátedra. En concreto, llama la atención que una asesora adscrita al Ministerio de Presidencia, que dirige Félix Bolaños, buscara financiación para sostener los estudios de Begoña. Se trata de Cristina Álvarez, una compañera de trabajo con la que estuvo compartiendo oficina durante más de ocho años. Tras ello se pasó al mundo universitario, en concreto, a la escuela de directivos IDE-CESEM, centro en el que Begoña Gómez hizo un curso para engordar su currículum.

Posteriormente, cuando Pedro Sánchez llegó a La Moncloa en 2018, la ficharon para trabajar en el Complejo Presidencial. Fue nombrada directora de Programas, sin embargo, se ha dedicado a gestionar los asuntos universitarios de la mujer de Sánchez utilizando hasta su cuenta de correo electrónico corporativa para ponerse en contacto con empresas colaboradoras. Cristina Álvarez enviaba la adenda económica a las compañías y organizaba eventos para los patrocinadores en los que se invertían recursos públicos, entre otros trabajos para la cátedra.

Begoña Gómez en Inmark

Cristina Álvarez y Begoña Gómez coincidieron trabajando en la consultora Inmark. Begoña Gómez era su jefa, ya que era gerente y socia de Task Force Inmark. En concreto, fuentes de la empresa aseguran que la mujer de Sánchez se encargaba de gestionar a los equipos comerciales, formados por una serie de personas que, a pie de calle, trataban de captar personas para financiar empresas del tercer sector. «No tenía mucho conocimiento sobre ONGs, sólo captaba socios a través de un equipo», explican las mencionadas fuentes. Cristina Álvarez, por su parte, se dedicaba a dirigir los equipos. Fuentes internas aseguran que a veces perdía los nervios y que gestionaba mal al personal a su cargo.

Esta compañía de empleo temporal también fichó a Pedro Sánchez tras perder su escaño antes de ser presidente del Gobierno. «Hay que ayudar al marido de Begoña Gómez, tiene contactos en Europa», ordenaron desde la dirección de Inmark para tratar de expandir el negocio de la consultora por el viejo continente. Fue entonces cuando Pedro Sánchez comenzó a dirigir un proyecto vinculado a la Comisión Europea y a conseguir negocios para Inmark en el extranjero. Fuentes consultadas aseguran que estuvo trabajando en esta empresa privada al menos tres meses.

El presidente oculta en su trayectoria laboral que estuvo en esta empresa, pero sus ex compañeros le recuerdan. Le fichó el entonces presidente Jesús López Aparicio, que tenía una excelente relación con Begoña Gómez. En el breve tiempo que estuvo trabajando allí, Pedro Sánchez fue enviado al evento de Bick Consortium, en el que se concursaba en proyectos europeos junto con otras empresas internacionales. Cada empresa realizaba una labor distinta en función del proyecto que hubiera ganado y Sánchez iba en nombre de Inmark.

La mujer de Pedro Sánchez trabajó casi 20 años en esta empresa que fue creada en el siglo XX. Durante los años 2008 y 2009, la compañía sufrió una profunda crisis al tener deudas con distintos bancos y estuvo a punto de hundirse. Pero llegó el milagro y una quita de deuda permitió a Inmark sobrevivir. Ahora, la empresa ha sido vendida a un grupo árabe.