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El número dos de Podemos en La Rioja coloca a su mujer con sueldo como contable del partido

Nazaret Martín ya fue secretaria de Organización de Podemos junto a su marido

Un juez suspende las primarias de Podemos en La Rioja por la exclusión de una candidatura

Kiko Garrido, secretario general de Podemos en La Rioja, ha contratado como contable del partido a su mujer, Nazaret Martín. La elección es especialmente polémica porque se produce después de que ella dimitiera tras hacerse pública una queja en la que se la incluía por insultar a un militante.

Hace dos años la cúpula de Podemos en La Rioja se tambaleó tras la denuncia de una militante que aseguraba haber sido insultada en una asamblea del partido por tres compañeros. Uno de ellos era Nazaret Martin que, según la denuncia, “insultó con tono amenazante” y “propinó dos manotazos” a un militante que se inmiscuyó en la pelea.

El incidente no ha echado atrás a Kiko Garrido, número dos de la delegación del partido y marido de Nazaret, para colocarla como responsable contable de la formación y otorgarle el sueldo correspondiente: unos 28.000 euros anuales.

Garrido tiene, como secretario general, la posibilidad de designar a un número entre «10 y 20 personas elegidas por el Consejo Ciudadano Autonómico de entre sus propios miembros”. Por lo tanto, la normativa de Podemos permite estos nombramientos a dedo a pesar de presumir de ser un partido basado en la participación ciudadana.

Crisis generalizada

Como a nivel estatal, Podemos también atraviesa una enorme crisis en La Rioja. Hace un año se expulsó al portavoz en Parlamento de La Rioja, Germán Cantabrana, y un juez anuló su despido. No obstante, Cantabrana no ha sido readmitido y el partido vive un caso de excepcionalidad que dura ya varios meses.

El partido acusó a su portavoz de «comportamientos no regulares”. Meses después un juzgado anuló su despido y confirmó el «acoso constante y continuado» que había sufrido por parte de la dirección autonómica de Podemos, «con el apoyo» de la nacional.

El fallo judicial constataba que el despido disciplinario de Cantabrana carecía «de justificación suficiente al no haberse acreditado por parte de la empresa las causas y conductas que se imputan al trabajador en la carta de despido».