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Economía
Vivienda

«Es tirar el dinero»: un experto en inversión destapa el error garrafal que cometes al comprar casa en la playa

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Tener una casa en la playa o en la montaña es un sueño compartido por millones de españoles. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el análisis de Inmobiliarias Encuentro en 2024, España cuenta con cerca de tres millones de hogares que tienen una segunda residencia. Sin embargo, lo que a simple vista parece un símbolo de bienestar y éxito personal, para muchos expertos financieros constituye un error desde el punto de vista económico.

Carlos Galán, especialista en inversiones y creador de la cuenta @libertad_inmobiliaria, advierte sobre los riesgos financieros de adquirir una segunda vivienda: «Comprar una casa en la playa o en la montaña es uno de los mayores errores que podrías cometer. Puede que sea uno de tus mayores sueños, pero es un error financiero», señala.

No cometas este error al comprar una casa en la playa

A simple vista, la compra de una segunda residencia puede parecer una inversión segura, pero Galán advierte de que no siempre se tienen en cuenta todos los gastos asociados a su mantenimiento: impuestos, seguros, reformas, comunidad de vecinos… Según el experto, si adquieres una vivienda valorada en 150.000 euros, cada día que pasas allí te puede costar entre 200 y 300 euros, una cifra que incluye gastos fijos y variables.

Lo más preocupante, añade Galán, no es sólo el gasto diario, sino la oportunidad perdida. «Ese dinero no puede ser destinado a inversiones mucho más rentables. Podrías estar generando rendimientos significativos en otros activos, como alquileres, fondos de inversión o incluso negocios locales, en lugar de inmovilizarlo en una propiedad que apenas usarás durante el año».

Perfil del comprador

El mercado de segundas residencias representa un sector relevante dentro del ámbito inmobiliario. Pero, ¿quiénes son los compradores habituales de estas viviendas? El informe de Fotocasa ofrecen pistas claras sobre sus características.

En primer lugar, se trata mayoritariamente de hombres de mediana edad pertenecientes a clase media-alta. En cuanto al uso de la propiedad, la mayoría de los compradores (71%) adquiere la vivienda para uso personal, disfrutándola en familia o como refugio vacacional, mientras que solo un 22% la destina al alquiler de larga duración y un 7% al alquiler de corta estancia.

Por último, la seguridad es un factor crucial. Según el Observatorio de Securitas Direct, más del 68% de los propietarios se preocupa por la seguridad de su segunda vivienda, y cerca del 46,8% considera que el riesgo ha aumentado en los últimos años.

Alternativas inteligentes

Carlos Galán comparte su estrategia: «prefiero hacer inversiones en inmuebles que alquilo. Con los beneficios que obtengo, puedo permitirme alojarme en hoteles o alquilar apartamentos cuando lo desee. Así disfruto de libertad, flexibilidad y diversificación financiera sin estar atado a un solo inmueble».

Este enfoque, según el experto, permite optimizar la rentabilidad del capital y reducir riesgos. Una segunda vivienda implica riesgo de depreciación, ausencias prolongadas que generan gastos sin ingresos y la responsabilidad de mantenimiento constante. En cambio, invertir en propiedades para alquilar ofrece liquidez e ingresos regulares.

El factor emocional

Uno de los errores más frecuentes, señala Galán, es dejarse llevar por los sentimientos a la hora de invertir. «Muchas personas compran casas en lugares turísticos porque es un símbolo de estatus o porque sienten nostalgia de vacaciones pasadas. Sin embargo, las emociones no deben guiar las decisiones financieras. Es fundamental separar los deseos del corazón de las oportunidades objetivas de inversión».

Cómo tomar decisiones más inteligentes

«Muchos piensan que el alquiler vacacional es la opción más rentable, pero lo realmente importante es revisar los números con detalle. Es fácil dejarse deslumbrar por las ganancias que puede generar el verano, pero si no se hace un análisis frío, se corre el riesgo de obtener menos beneficio del esperado. Un ejemplo lo tengo con un alumno que evaluaba alquilar su propiedad a profesores durante el curso y sacarle un extra en verano con alquiler vacacional. Lo hizo bien: planteó ambos escenarios y los introdujo en la calculadora. Al final, aunque el vacacional generaba algo más de ingresos, al no poder aplicar la reducción fiscal del alquiler habitual terminaba con menos beneficio neto. Además, hay que considerar el factor tranquilidad: más rotación, más gestión y más complicaciones. Por eso, la decisión sólo compensa si los números de verano son realmente buenos. La clave está en no guiarse por intuiciones ni por lo que se lea en foros, sino en tomar decisiones basadas en datos, haciendo suposiciones realistas y comparando escenarios con cabeza. Al final, el Excel no se enamora de ninguna idea, y tú tampoco deberías».

La conclusión de Galán es contundente: la compra de una segunda residencia puede cumplir un sueño, pero desde un punto de vista financiero, es un error frecuente. «Recuerda que no es bueno dejarse llevar por el ego a la hora de invertir. Deja a un lado los sentimientos e invierte inteligentemente», aconseja.