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Economía

Fedea asegura que «no se cumplirán los objetivos de las renovables» y pide no «cerrar las nucleares»

El ‘think tank’ reclama adaptar el calendario al “interés general” y critica la fiscalidad que pesa sobre las centrales

  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha instado este lunes a revisar “lo lógico y sensato”: el protocolo de cierre de las centrales nucleares pactado en 2019, que prevé el apagado progresivo del parque atómico español entre 2027 y 2035. En opinión del investigador asociado Diego Martínez, la situación actual justifica una modificación de esa hoja de ruta para adaptarla “a las condiciones reales” y posponer los cierres, al menos hasta 2030, de los dos grupos de la central de Almaraz (Cáceres), los primeros en la lista.

Durante la presentación del primer número del Observatorio para el seguimiento de los indicadores del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, Martínez ha defendido que el cambio no tendría gran dificultad normativa: “Básicamente es modificar una orden ministerial”, ha dicho. Según ha argumentado, no responde a intereses particulares, “sino por el interés general”, al evitar que la pérdida de potencia nuclear se supla “sí o sí” con mayor generación por ciclos combinados.

La revisión del calendario de cierre, no obstante, está directamente relacionada con cuestiones fiscales. Martínez ha señalado que gravámenes como el impuesto a la generación, “que se traslada automáticamente al consumidor”, ya no tienen justificación tras haberse resuelto el déficit de tarifa. También ha puesto sobre la mesa el impuesto especial a la electricidad, cuya rebaja sería “perfectamente factible”. Sobre la tasa de Enresa, el analista de Fedea ha asegurado que “nadie pone en duda” que debe recaer en las centrales, pero ha recordado que el sector nuclear “siempre ha estado sometido a dobles y triples fiscalidades”, tanto a nivel nacional como autonómico, algo que urge “alguna solución”.

Riesgo de parálisis solar y alarmas por el hidrógeno

Fedea también ha emitido una contundente advertencia sobre la evolución de las energías renovables en el marco del PNIEC. A pesar de que el objetivo oficial es que en 2030 el 81% de la electricidad provenga de renovables, a cierre de 2024 la cifra apenas alcanza el 56,8%. Aunque la fotovoltaica lleva una buena trayectoria y se ve factible llegar a los 76,4 gigavatios previstos para la década, el futuro inmediato depende de la evolución de los precios. Según Martínez, si los precios siguen bajando desde los 45 euros por MWh actuales y cruzan el umbral de rentabilidad de 42 euros por MWh, se podrían frenar nuevas inversiones, especialmente en plantas no obligadas a estar en servicio antes de 2027.

El panorama es más sombrío para la eólica. Fedea no prevé que se cumpla el objetivo de alcanzar 62 GW instalados en 2030, principalmente por las trabas administrativas que ralentizan los proyectos. Martínez ha subrayado la necesidad de reducir las barreras burocráticas, especialmente en los procesos de repotenciación, y ha reclamado que se acelere la primera subasta de eólica flotante, al considerarla esencial para disponer de una capacidad mínima a final de la década.

Otro punto crítico señalado por el informe es el almacenamiento energético, que Fedea considera “un elemento clave” para sostener el crecimiento de renovables. Sin embargo, la situación actual va “muy tarde” en comparación con el objetivo de más de 22 GW en 2030.

Tampoco se vislumbra factible el despliegue del hidrógeno renovable. Fedea califica de “imposibles” los 12 GW de electrolizadores previstos en el PNIEC para 2030 y sitúa las primeras plantas funcionales en torno a 2028. Ante ello, Martínez ha abogado por centrar los esfuerzos en estimular la demanda industrial de hidrógeno, lo que requerirá profundas transformaciones en sectores manufactureros y un marco regulatorio adecuado.

Finalmente, Fedea también ha puesto en duda el cumplimiento de los objetivos en biogás, a pesar de que la evolución en este sector es, por ahora, “más positiva”.