Economía
Divisas

El euro cumple 20 años: dos décadas de luces y sombras en España

El euro ha supuesto para España estabilidad económica y capacidad de crecimiento, aunque en estas dos décadas también ha tenido sombras, como las notables alzas de precios que trajo consigo al entrar en circulación o su incapacidad para amortiguar la crisis financiera que lo puso en jaque.

Los expertos creen que el resultado para España es netamente positivo, dado que ha propiciado un marco de estabilidad cambiaria y monetaria que ha favorecido la capacidad de crecimiento y el avance en la convergencia con la Unión Europea (UE). «El balance me parece extremadamente positivo y más en una etapa en la que hemos tenido que vivir catástrofes como la crisis financiera de 2008 y posteriormente la crisis provocada por la pandemia en los últimos dos años. Hubiera sido todo muchísimo más complicado si hubiéramos estado fuera del euro», explica Juan Ignacio Crespo, analista financiero.

En esa misma línea opina, Joan Tugores, catedrático de Economía de la Universidad de Barcelona. «El euro ha sido un factor de estabilidad por la red de protección que supone compartir moneda con el resto de socios, algunos de ellos más poderosos que nosotros», comenta. «Si España hubiera tenido que afrontar en soledad monetaria primero la crisis financiera y luego la crisis del coronavirus, seguramente la devaluación de la peseta habría sido traumática y la capacidad para hacer frente a estas difíciles situaciones habría sido bastante más reducida».

No obstante, el profesor de Empresa y Economía de la Universitat Abat Oliba CEU, Albert Guivernau, cree que todas las ventajas del euro no sirvieron para amortiguar la crisis financiera «que impactó de forma muy similar en el conjunto de países de la UE, formaran parte o no de la eurozona». Entre las principales carencias del área del euro, Guivernau señala las diferencias entre las estructuras productivas de los países miembros y la falta de movilidad de los trabajadores -frente a la amplia movilidad de capitales-, así como la incompleta unión bancaria y la inexistencia de integración fiscal.

Sin embargo, desde la llegada del euro el PIB de España ha aumentado un 60%, de los 700.993 millones de euros de 2001 a los 1,12 billones de 2020, con un avance de la renta por habitante del 40%, de 17.200 a 23.693 euros, aunque todavía por debajo de los 33.260 euros de media de la unión monetaria. Para el profesor de EAE Business School, Javier Fernández-Pacheco, a nivel europeo la moneda única «ha ayudado de manera determinante a facilitar el comercio intracomunitario», algo que ha beneficiado a España, cuyos principales mercados de exportación son Francia y Alemania.

«A nivel nacional tener una divisa con el Banco Central Europeo (BCE), alejado del poder político, nos ha permitido tener una inflación baja a lo largo de los últimos años y eso es muy positivo para la economía. Además, permite acceder a una financiación internacional mucho más barata y como la deuda es en euros no hay peligro de que se devalúe», añade Fernández-Pacheco.

«La inflación desde que entramos al euro se ha mantenido muy moderada gracias al soporte del euro y del Banco Central Europeo», apunta Gloria Claudio, profesora de Economía de la Universidad Francisco de Vitoria. «Es verdad que los salarios hasta la crisis de 2008 sí que suben en España y suben por encima de la productividad, pero desde la crisis lo que se hace es intentar subir la productividad bajando los costes laborales», explica esta experta, que constata que «el salario medio ahora está más o menos en el mismo nivel que en 2000 y mucho menor que en 2008. La capacidad adquisitiva de los salarios ha disminuido».

Subida de los precios

Su entrada en circulación supuso una subida de los precios de consumo que elevó la inflación del 2,7 % de diciembre de 2001 al 4% en diciembre de 2002, si bien la ciudadanía percibió que el incremento fue mayor y es que en muchos casos el cambio aplicado fue de 1 euro por cada 100 pesetas.

Así lo denunció la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que reveló que entre las subidas más destacadas no solo había precios privados, sino también públicos, ya que los mayores incrementos se dieron en las tarifas de correos, el pan, el cine, el billete de diez viajes de metro o autobús, y el menú del día de algunos restaurantes. El entonces secretario de Estado de Economía, Luis de Guindos, también reconoció que la entrada del euro había provocado alzas en los precios, pero destacó que la nueva moneda había permitido crecer al país por encima del 2% y crear empleo en un momento de desaceleración.

Pérdida de autonomía en la política monetaria

En aquel momento también preocupaba la pérdida de autonomía monetaria y que el Banco de España se quedara sin la posibilidad de devaluar la moneda nacional como herramienta para impulsar la economía en caso de que fuera necesario. «Aunque hayamos perdido autonomía es bueno si lo que sucede es el desarrollo económico a mayor velocidad que ha experimentado España del que se habría dado si no hubiéramos estado en el euro», destaca Crespo, que cree que el Banco de España nunca habría podido dejar los tipos de interés a cero, como ha hecho el BCE.

«Si no hubiéramos estado dentro del euro hubiéramos estado pagando tipos de interés más altos (…) El proceso de bajada de tipos de interés hasta cero ha significado una transferencia de rentas enorme de quienes tenían ahorro a quienes no lo tenían. Es negativo para quienes tenían ahorro pero positivo para quienes tenían deuda», añade el analista.

Pesetas

Con la llegada del euro el Banco de España abrió un periodo para canjear los billetes y monedas de peseta, en circulación entre 1868 y 2002, que se ha prolongado durante casi 20 años. A su finalización, el pasado 30 de junio, se habían canjeado el 96,8 % de las pesetas que había en circulación en diciembre de 2001, 48.750 millones de euros, la mayor parte de ellos en los primeros seis meses de vida de la moneda única. El monto de pesetas sin canjear, que se prevé que ahora tengan solo valor como objeto de colección o de recuerdo, asciende a 1.575 millones de euros.