Economía
Líneas aéreas

Air France y Lufthansa presionan a Bruselas para que Iberia ceda más rutas de Air Europa si se fusionan

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La fusión de Iberia y Air Europa se complica por momentos en Bruselas. A las reticencias de la Comisión Europea para aprobar la operación, adelantadas por OKDIARIO, se suma el incremento de la presión ejercida por los gigantes Air France-KLMLufthansa para que Iberia tenga que ceder más rutas de las que ha propuesto, algo que acabaría con la rentabilidad de la compra para la filial de IAG.

Fuentes conocedoras de la situación aseguran que «Air France-KLM y Lufthansa están apretando a Europa para que la cesión de rutas a terceros sea brutal, mayor de la que ha ofrecido Iberia. Y eso puede provocar que renuncie a la fusión y que Air Europa siga en solitario».

Hay que recordar que Iberia y Air Europa renunciaron a su primer intento de fusión en diciembre de 2021 precisamente porque las condiciones que iba a imponer la Comisión Europea a la operación hacían que esta fuera inviable para IAG, que prefirió pagar a Globalia (el holding de la familia Hidalgo, propietaria de Air Europa) 75 millones a seguir adelante.

Ahora podría repetirse esta situación si, de nuevo, Bruselas establece unas cesiones de rutas (lo que se conoce como remedies) que anulen la rentabilidad de la operación. Que es lo que están pidiendo Air France-KLM y Lufthansa en estos momentos. Y no es nada descartable que lo haga porque las autoridades europeas también han mostrado su disgusto con este segundo intento.

Como también informó este medio, la aerolínea franco-neerlandesa y la alemana ya indicaron desde el principio que no se iban a oponer a la fusión, pero que sí exigían quedarse con numerosas rutas de las que ahora operan Iberia y Air Europa. Lo mismo dijo posteriormente Ryanair, que está especialmente interesada en los vuelos desde la Península a Baleares y Canarias.

Negociación con Bruselas

Ahora, los dos gigantes están haciendo lobby para que esa cesión de rutas sea mayor de la ofrecida por IAG a la Comisión Europea, siempre según las fuentes. Curiosamente, Lufthansa también tiene paralizado en Bruselas su incremento de participación en ITA, la antigua Alitalia, si bien las implicaciones para la competencia de esta operación serían menores que las de la fusión Iberia-Air Europa al tener menos duplicidades.

Dicha presión llega en plena negociación del grupo con Bruselas para fijar estas condiciones, después de que las autoridades comunitarias dijeran que la fusión de Iberia y Air Europa «supone un riesgo para la competencia» en abril.

Dentro de estas negociaciones, la comisaria europea de Competencia, la danesa Margrethe Vestager, se ha reunido esta misma semana con los presidentes de IAG, Luis Gallego, y de Iberia, Marco Sansavini, según han informado varios medios.

El proceso se está acelerando y se espera una decisión en las próximas semanas, aunque la Comisión no tiene un plazo determinado para tomarla. La única fecha tope es el 23 de febrero de 2025; si para entonces no hay una resolución de Bruselas, la operación quedará anulada y Globalia recibirá una indemnización de 50 millones de IAG.

El Gobierno se desentiende

En este proceso, el Gobierno español se ha puesto de perfil y se limitará a respetar el trabajo de la Comisión. Hasta ahora, el Ejecutivo de Pedro Sánchez había mostrado un apoyo entusiasta a la operación porque crearía un campeón español a la altura de los grandes de Europa y porque potenciaría el hub de Barajas frente a los principales aeropuertos del continente.

Pero ahora se muestra mucho más tibio. Algo que puede obedecer a varias razones. Por un lado, a la mejora de los resultados de Air Europa en el último año gracias a la recuperación del turismo, lo que le permite hacer frente a la deuda y continuar en solitario sin problemas; es decir, ya no necesita a Iberia para sobrevivir.

Otro factor es la propia coherencia del Gobierno, que se opone a la toma de control de otras empresas españolas por inversores extranjeros: ahí están los ejemplos de Telefónica con la saudí STC o de Talgo con la húngara Magyar Vagon. El principal accionista de IAG es el Gobierno de Qatar con un 25,4% del capital. Por tanto, chirriaría bastante que aplauda la compra de una empresa española por un grupo controlado por un Gobierno extranjero y rechace otras similares.