Champions League Femenina: Real Madrid-París FC

Weir rescata al Real Madrid en la última jugada salvando un punto ante el París FC en Champions

Caroline Weir acude al rescate del Real Madrid de forma épica y con ayuda de Mylene Chavas con un gol en el 98'

Azzaro adelantó a un sólido París FC desde el punto de penalti pero el muro francés cayó en la última jugada

El Real Madrid mantiene vivo el sueño de los cuartos de final

Caroline Weir, Real Madrid, París FC
Caroline Weir celebra con Misa el gol ante el París. (EFE)

Caroline Weir tumba el muro en el 98′. En la última jugada del partido, cuando todo estaba perdido, la escocesa, como en sus mejores noches, apareció para rescatar al Real Madrid, que perdía contra el París FC. Con la dosis de épica que conlleva una competición como la Champions en este club, las blancas encontraron la justicia en el marcador al final, ya con tiempo cumplido, salvando un punto. No pudieron prorrogar el pleno de victorias en la máxima competición, pero resolvieron la papeleta in extremis, con un gol que llegó con cantada incluida de Chavas.

La portera aguantó ante sus ex en su regreso a Valdebebas. Tras aguantar a la sombra de Misa dos años, regresó por la puerta grande al Di Stéfano con el conjunto galo, pero no pudo culminar su venganza. El disparo de la escocesa se coló por debajo del brazo de la guardameta, que acabó regalando un punto a las madridistas. Azzaro había hecho el gol parisino de penalti en la primera parte.

No tuvieron su mejor día de cara a puerta las madridistas ante un conjunto francés que supo desconectarlas completamente por momentos. Si las madridistas habían sido de lo más efectivas en los partidos anteriores de esta Champions, mostrando su lado más maduro, el que aplicó a rajatabla ese pragmatismo en Valdebebas fue el París. Una roca atrás, que se acercó poco, pero que rascó un penalti que les permitió manejar el partido. Hasta que se les escapó en un descuento infinito, motivado por sus constantes pérdidas de tiempo.

El Real Madrid iniciaba su Tourmalet particular en Valdebebas, ante el París. El conjunto galo, tercer mejor club de su liga tras el Olympique de Lyon y el PSG, llegaba al Di Stéfano con la necesidad de puntuar, puesto que sólo habían rascado un empate en las dos jornadas previas, ante el Leuven belga. Las blancas, por su parte, necesitaban mantener esa dinámica positiva que las ha llevado a sumar siete triunfos seguidos y 11 en los últimos 12 encuentros, antes de encarar los duelos ante el Barcelona en Montjuic y ante el Arsenal en Londres.

Por ello, Quesada se dejaba de rotaciones y ponía el mejor once posible, contando con las lesiones de Frohms, Bruun, Silva y Toletti. Este era el que formaba con Misa bajo palos, una línea de cuatro con Eva, Lakrar, Méndez y Holmgaard en defensa, mientras que en el centro del campo aparecían Angeldahl y Dabritz en el doble pivote. De ahí para arriba, un once de lo más ofensivo con Weir como enganche, Linda y Feller en los costados y Redondo en punta.

Pese a ello, el conjunto blanco no estuvo en ningún momento cómodo. Sí que comenzó con oportunidades para abrir el marcador, por medio de Redondo y, sobre todo, de Linda Caicedo. La colombiana, tras una jugada marca de la casa, la mandó al travesaño. Le negó el gol la madera después de culminar un auténtico jugadón. Fue de lo último del conjunto blanco en la primera parte, pese a que no se había llegado al ecuador.

A partir de ahí, el partido cambió. Sheika Scott entró por Picard, revolucionando el encuentro. El París empezó a ordenarse mucho atrás y comenzó a buscar los ataques en carrera de sus futbolistas. Así fue como llegó la acción que derivó en el gol. La perdió Dabritz en el centro del campo, reclamando falta, y montó la contra el conjunto galo. Scott entró en el área y, cuando fue a girarse, le arrolló Angeldahl.

El penalti fue claro y Azzaro lo transformó. Se les ponía cuesta arriba a las de Quesada, que se veían obligadas a remontar para mantener el pleno de triunfos en esta Champions. Sobre todo, de cara a lograr un triunfo fundamental para encarrilar la clasificación, a sabiendas de que se tienen que medir aún a Arsenal y Wolfsburgo.

En la segunda parte, Holmgaard se quedaba en el vestuario, dando entrada a Yasmin en el carril izquierdo y el conjunto blanco comenzaba a apretar. Athenea e Iris Ashley eran las siguientes en entrar, por Feller y Redondo, que no habían estado muy finas. La sensación de mejora de las blancas era evidente, pero aún les costaba un triunfo acabar con el muro montado atrás por las francesas.

Weir y Chavas salvan al Real Madrid

Pudo derribarlo, quién sino, Linda. Combinó con Athenea en el interior del área para que la cántabra le devolviera el balón y la dejara en una posición inmejorable. Pero mejor fue la estirada de Chavas, que se lucía en su regreso a Valdebebas, donde pasó sin pena ni gloria dos temporadas a la sombra de Misa. Por las botas de ambas pasaban las esperanzas de remontada del conjunto blanco.

Entraron Gálvez y Keukelaar en el tramo final para buscar la machada. Era mucho remar, con un París que trataba de amarrar los tres puntos como fuera. Cada jugada que acababa, llevaba consigo unos segunditos arañados por las francesas, que se recreaban rebozándose sobre el césped. Otro fútbol con el que intentaban sacar de quicio a las madridistas y certificar su triunfo.

Pero la insistencia madridista tuvo premio. Al igual que las pérdidas de tiempo constantes. La colegiada dio seis de añadido, pero se jugaron ocho. Y en ese último minuto, Mylene Chavas, que por fin había acaparado el protagonismo en Valdebebas después de apenas jugar en los últimos dos años en Madrid, no era capaz de detener un disparo teóricamente sencillo de Caroline Weir. La escocesa la pegó desde la frontal, detuvo la meta, pero salió mordida y se coló por debajo de su cuerpo. Un empate que hacía algo de justicia a lo visto durante el partido y derribaba el muro parisino.

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