El Real Madrid debuta en la Liga el próximo domingo ante un recién ascendido como es el Almería. Un equipo que tratará de celebrar su regreso a la máxima categoría del fútbol español dando la campanada ante el vigente campeón. Por ello, los hombres de Carlo Ancelotti han hecho reflexión tras ganar la Supercopa de Europa el pasado miércoles ante el Eintracht de Frankfurt en Helsinki: “Lo difícil empieza ahora”. Ese es el mensaje que se ha transmitido en el vestuario madridista.
Los hombres de Ancelotti ganaron con una solvencia impropia de un 10 de agosto al Eintracht. El equipo está hecho y a punto físicamente para comenzar la temporada. Eso sí, en la caseta madridista se ha querido dejar claro que “la Supercopa era una obligación”. Nadie por Valdebebas contemplaba perder el primer título del año. Antes de poner rumbo a la capital finlandesa, el propio Ancelotti advirtió a sus jugadores de que debían tener “cero confianza”. Tenían que ganar sí o sí a los alemanes. Y así lo hicieron. Mostrando una gran superioridad y, sobre todo, seguridad. Pero la conclusión a la que ha llegado la plantilla horas después de levantar el título en Helsinki ya se dejó ver sobre el césped del estadio Olímpico.
El árbitro pitó el final y los jugadores lo celebraron sin grandes euforias. Se abrazaron en el centro del campo, consolaron a sus rivales, levantaron la copa y se acercaron al fondo de la afición madridista para hacerles partícipes de unos festejos que no tuvieron la euforia de otros, como aquel del 28 de mayo en París tras ganar la Decimocuarta. Luego, en el vestuario la celebración fue de lo más normal. Ni una cerveza, ni una botella de champán. En el avión más de lo mismo. Total normalidad. Lo más significativo fue la camiseta que Florentino Pérez entregó a Benzema tras marcar en la Supercopa y superar a Raúl como segundo máximo goleador de la historia del Real Madrid.
El Real Madrid llegó a la capital de España sobre las 7:00 horas. Desde el aeropuerto de Barajas pusieron rumbo a Valdebebas, donde recogieron sus vehículos. El jueves tuvieron el día libre para descansar. Alguno, como Vinicius, lo aprovechó para ver en directo el amistoso que enfrentó a España y Grecia de baloncesto. No ha sido hasta el viernes cuando han vuelto al trabajo y donde han mantenido una charla muy significativa. Si la Supercopa era una obligación, los hombres de Ancelotti son plenamente conscientes de que “lo difícil empieza ahora”. Los blancos saben que sus rivales se han reforzado, especialmente el Barcelona, y entienden que la superioridad demostrada en Liga el año pasado será difícil de repetir. Por ello, los tres puntos de Almería son el principal reto que ahora mismo se ponen por delante. No hay otra distracción.
