Dani Ceballos está muy poco a poco superando el túnel en el que está atrapado desde el pasado 22 de julio, cuando el egipcio Mohamed le pisó el tobillo en el tramo final de la primera mitad del duelo que enfrentó a España y Egipto en la primera jornada de la fase de grupos de los Juegos Olímpicos de Tokio. La entrada la sufrió a los 41 minutos y tuvo que ser sustituido por Moncayola. El de Utrera todavía no lo sabía, pero había puesto punto final a la cita olímpica y a su año futbolístico. Ya no se va a volver a vestir de corto para jugar en encuentro en un 2021 que nunca olvidará.
Durante más de cuatro meses se está recuperando de una lesión mal diagnosticada que se ha complicado más de lo deseable. En Tokio la delegación española pensó que sufría un esguince de grado II con un edema óseo, lo que siempre dejó viva la posibilidad de que llegase a jugar las semifinales o la final. Finalmente, el dolor era tan insoportable que su participación en alguno de los dos partidos fue imposible. De vuelta a la capital de España, los servicios médicos del Real Madrid le evaluaron llevándose la desagradable sorpresa de que la dolencia era mucho mayor. Las pruebas revelaron que realmente padecía un esguince de grado III, con una rotura completa del ligamento peroneo-astragalino anterior y del peroneo-calcáneo, además de un complicado edema óseo. Posiblemente, los esfuerzos que hizo por volver a jugar en Japón agravaron la lesión.
Durante todos estos meses ha sufrido en silencio para tratar de regresar a los terrenos de juego lo antes posible. El edema óseo no se terminaba de reabsorber, lo que le provocaba mucho dolor. Llegó a pedir segundas opiniones tanto en Barcelona como en Sevilla, pero finalmente parece que su calvario está llegando al final. En las últimas semanas ya está tocando balón sobre el césped de los campos 1 y 2 de Valdebebas, aunque fuentes cercanas al vestuario del Real Madrid aseguran que el “túnel todavía es largo”.
El objetivo de Ceballos es que vuelva a entrenarse con normalidad antes de que finalice el año, aunque salvo milagro está descartada su participación en algún partido antes del 22 de diciembre, día en el que los hombres de Carlo Ancelotti jugarán el último encuentro de 2021 ante el Athletic en San Mamés. 2022 ya será otra historia y si no hay algún contratiempo sí debería estar listo para jugar. Eso sí, quién sabe si en el Real Madrid o en otro equipo si termina saliendo en el mercado de invierno, algo que en estos momentos parece complicado que suceda por su estado físico.
