El Real Madrid dio un baño al Levante en la piscina en la que los granotas habían convertido a propósito el césped del Ciutat de Valencia. Otro primer tiempo primoroso del equipo de Xabi Alonso, que levantó un poco el pie en la segunda mitad con la vista puesta en el derbi del sábado. Mbappé firmó un doblete, mientras que Vinicius y Mastantuono abrieron el marcador con dos golazos imponentes. El Madrid visitará el Metropolitano con un pleno de victorias en sus seis primeros partidos de Liga.
Las rotaciones para Xabi Alonso son como las trolas para Pedro Sánchez: las lleva en el ADN. El entrenador del Real Madrid, fiel a su librillo –electrónico, por supuesto–, dio descanso para el derbi a Carvajal y Militao, cuyas rodillas aún están tiernas, y a Tchouaméni, uno de sus intocables que lo había jugado todo. Hasta ahora. Laterales nuevos, Asencio y Fran García, igual que la pareja de centrales: el reinsertado Huijsen tras su injusta sanción y el multiusos Álvaro Carreras reconvertido a central de emergencia. En el centro del campo Ceballos hacía migas con Fede Valverde y Güler, mientras que arriba repetían Mastantuono, Vinicius y Mbappé.
Muchos focos para Vini en el otro estadio de Valencia. El brasileño, que no ha terminado un partido oficial con el Real Madrid en este arranque de temporada, necesitaba un partido con el que reivindicarse precisamente en el Ciutat de Valencia y ante el Levante, el sitio donde empezó todo hace ya cuatro años. Allí empezó a ser titular, a sacudirse los fantasmas de fallagoles y a convertirse en una leyenda del Real Madrid y en un (casi) Balón de Oro.
Da salida apretó el Levante ante un césped altísimo y encharcado, además de espoleado por su bullicioso público. A los tres minutos la lio Güler en su intento de despejar dentro del área y se la dejó muerta a Vencedor, que se la dio en bandeja a Iván Romero. El delantero la dio de primeras y se le fue por unos centímetros a la derecha de Courtois.
Piscina en Valencia
El césped estaba como si hubiera caído una DANA y sólo había sido que al jardinero se le había ido la potencia de los aspersores. Artimaña del Levante muy propia de una Liga de granjeros. Trató de recomponerse el Real Madrid del susto inicial y edificó su juego sobre la pelota. No era fácil combinar entre charcos pero los de Xabi Alonso lo intentaron sobre la pelota. Mastantuono, con un tiro cruzado y venenoso, dio el primer aviso del equipo madridista.
Volvió a dar un susto el Levante en el minuto 12. Fue a la salida de un córner y el cabezazo de De la Fuente se perdió a la izquierda de Courtois. El Real Madrid estaba más pendiente de flotar entre chacos que de jugar a la pelota. En el 20 Mastantuono estrelló contra el larguero un disparo a puerta vacía como hubiera hecho su compatriota Higuaín. La jugada nació de un despeje de Ryan a un tiro de Vinicius que tenía más mala leche que María Jesús Montero.
Ryan sacó dos manos seguidas a Valverde primero y a Vini después. El Real Madrid había puesto en marcha la máquina de presionar. Se veía venir el 0-1 y vino antes de la media hora. Lo marcó Vinicius, conectadísimo y ubicuo, en una jugada que nació de un robo de Güler en la presión alta. El brasileño, asistido por Fede Valverde, recibió la pelota en el pico del área grande y, para no darla de zurda, se sacó un golpeo imposible con el exterior de la diestra que se coló, tras dibujar una parábola de Disney, junto al palo derecho de Ryan.
El Real Madrid, ya con viento a favor, cercó el área del Levante. Fran García era un puñal por la izquierda y Vinicius estaba inspiradísimo. Sólo chirriaba el ansia de Mastantuono por meter un gol. Mbappé también se mantenía emboscado entre los centrales granotas a la espera de que le cayera una en su zona de influencia.
La máquina de Xabi
Hubo que esperar al 37 para que el fútbol hiciera justicia con Mastantuono. Vinicius comandó la estampida a la contra del Real Madrid. Condujo con el exterior y asistió con una diagonal perfecta a Franco. El argentino, salvó el charco, controló la pelota y se metió al área. La pelota se le quedó en la derecha pero, en vez de dudar, armó la pierna y la puso por arriba ante la media salida de Ryan. Pues nada, 0-2 y por fin Mastantuono estrenaba su casillero como goleador del Real Madrid.
Los de Xabi Alonso seguían desatados en su presión y en su fútbol vertical. Entre Vinicius y Mastantuono perdonaron el 0-3 porque Ryan volvió a hacerse gigante en la portería del Levante. El primer tiempo del Real Madrid había sido primoroso. Presión, recuperaciones, juego vertical y un porrón de ocasiones para haberse ido al intermedio con un set en blanco a favor. Una máquina que empieza a estar engrasada. Y a dar miedo.
Arrancó la segunda parte sin cambios en el equipo madridista. Siguió presionando el Madrid como si fuéramos 0-0. A este equipo, como diría Alfonso Guerra, no le reconoce ni la madre que lo parió. Sin embargo, el Levante no se rindió y logró lo imposible: acortar distancias. Fue una jugada que cocinó Carlos Álvarez, que se aprovechó de que Carreras abandonó su posición para descargar la pelota. El centro llovido al área pilló dormido a Asencio, que se quedó mirando la pelota y se olvidó de marcar a Eyong. Tampoco estuvo muy vivo Courtois, que no atinó a despejar la pelota bajo los palos y acabó encajando el 1-2.
Mbappé saca su fusil
Reaccionó el Real Madrid, que volvió a quedarse con la pelota. Pero el Levante había revivido. Pero Elgezabal, que cometió un penalti de benjamín, decidió por su cuenta y riesgo poner otro clavo en el ataúd de su equipo. La pena máxima la ejecutó Mbappé, víctima de la acción del central granota. El francés lo ejecutó a lo Panenka para firmar el 1-3.
Y tras el tercero llegaría el cuarto. Lo marcó, quién sino, Mbappé. Corrió al espacio para aprovechar el pase de Güler, sentó a su par, se plantó ante Ryan y le batió como quien se lava los dientes. Con el 1-4 Xabi se apresuró a meter dos cambios de golpe: Bellingham y Tchouaméni por Mastantuono y Fede Valverde. Mbappé seguía en el campo. Mal hecho.
El francés, desatado y feliz con espacios, pudo hacer el hat-trick pero se cruzó la pierna de Toljan en su camino. Bellingham había salido con ganas de estar en todos los sitios como Gonzalo Miró en la tele. Se iba agotando el duelo y Xabi Alonso aún mantenía a Mbappé en el campo. Lo quitó en el 81 cuando hizo un triple cambio: Alaba por Carreras, Camavinga por Ceballos, y Rodrygo por Kylian.
Eran ya los minutos de la basura porque el partido estaba resuelto. El Real Madrid llevaba tiempo pensando en el derbi y el Levante en sus cosas. Los blancos duermen en la atalaya de la clasificación con doce puntos de ventaja sobre el Atlético, que recibe este miércoles al Rayo, y cinco sobre el Barcelona, que visitará el jueves al Oviedo.