Ousmane Dembélé está a punto de convertirse de forma oficial en jugador del Paris Saint-Germain después de que el club parisino ejecute su irrisoria cláusula de 50 millones. Curiosamente, el extremo francés llegará al PSG a petición de Kylian Mbappé. Eso sí, lo hará con un año de retraso porque el delantero pidió el verano pasado el fichaje de su compañero de selección, pero los dueños qataríes del club no quisieron contratar a Dembélé y eso que quedaba libre.
Ahora Dembélé llega demasiado tarde para Mbappé, porque el PSG está resuelto a traspasarle este verano ante la negativa de Kylian de renovar con el club parisino. Salvo que desde Qatar se dé orden a Luis Enrique de reincorporar a Mbappé a la dinámica del equipo, no podrán coincidir en el campo los dos jugadores, íntimos amigos desde que se conocieron en la selección francesa.
El fichaje de Dembélé fue una de las promesas incumplidas del PSG a Mbappé pero no la única. Conseguida la llegada de Luis Campos a la dirección deportiva del club en sustitución de Leonardo, Kylian había pedido la llegada de Zidane al banquillo del Parque de los Príncipes, pero no fue posible. El club de Al-Khelaifi apostó por otro francés, Galtier, que venía del Niza. Tampoco hizo caso el PSG a Mbappé en su deseo de fichar a un delantero centro que le permitiera arrancar desde la banda. Kylian habló con Lewandowski pero el PSG ni lo intentó.
Las promesas incumplidas del PSG
Ni Zidane, ni Dembélé, ni Lewandowski, ni la salida de Neymar. El PSG no dejó de incumplir todas las promesas que hicieron a Mbappé, que un par de meses después de su renovación se dio cuenta del tremendo error que había cometido al traicionar al Real Madrid e incumplir su palabra.
Así que ahora, con Dembélé a punto de enfundarse la camiseta del PSG, Mbappé tiene las maletas listas para volar a Madrid. Resulta curioso que ambos futbolistas, cuya química en el campo es innegable, se hayan pasado años tratando de jugar juntos y en el momento de poder hacerlo, sus carreras vuelvan a separarse otra vez.
