Clásico de la Liga: Real Madrid-Barcelona

El Clásico se queda en casa

Victoria merecida y corta del Real Madrid en el Clásico ante un Barcelona demasiado lastrado por las bajas

Mbappé, que falló un penalti, y Bellingham hicieron los goles del equipo de Xabi Alonso y Fermín marcó por los azulgranas

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El Real Madrid ganó 2-1 al Barcelona en el Clásico.

El Clásico se quedó en casa. Lo ganó merecidamente el Real Madrid, que pudo haber goleado a un Barcelona demasiado lastrado por las bajas. Xabi Alonso dibujó un partido de intensidad en la presión y le salió bien. Mbappé marcó un gol, le anularon otro y falló un penalti. Bellingham, que firmó un partidazo, hizo el segundo para levantar el empate que había logrado Fermín. Vinicius montó un pollo al ser sustituido y Lamine Yamal fue invisible en el Clásico.

Real Madrid y Barcelona llegaban al Clásico con bajas pero, al revés de lo que ocurre con las Copas de Europa, el Barça tenía más. A Xabi Alonso le faltaba Rüdiger y llegaban justos Carvajal, Trent y Ceballos, pero es que Hansi Flick, el de las butifarras, no tenía a Joan García, Gavi, Dani Olmo, Raphinha ni Lewandowski. Demasiadas lesiones para un equipo cuyos jugadores han tenido un verano normal, con su Ibiza y su pretemporada.

En el rincón del Real Madrid Xabi Alonso debía retratarse con la elección del socio de Tchouaméni. Eligió a Camavinga. Todo dicho. Vale que Ceballos llegaba al Clásico recién salido de una lesión pero la apuesta por el francés –casi un calco de Fede Valverde en esa posición– echaba cierto tufillo a canguelo o a una decisión de llevar el partido a emparejar en el centro del campo: Camavinga sobre Pedri, Tchouaméni sobre Fermín y Bellingham sobre De Jong. Veríamos. El resto de la alineación salía de corrido porque Fede Valverde era otra vez lateral derecho muy a su pesar y Güler partía por delante en ese costado con la intención de asomarse al área y asociarse con Mbappé.

En la esquina azulgrana Flick no tenía demasiado donde elegir. Araujo era el único suplente fiable a una alineación del Barcelona en la que las habas estaban contadas. El viejo Szczesny bajo los palos, con una línea de cuatro por delante en la que comparecían Koundé, Cubarsí, Eric García y Balde. El centro del campo se lo repartían De Jong, Pedri y Fermín, mientras que los tres puestos de arriba eran, de izquierda a derecha, para Rashford, Ferran Torres y el bocachancla de Lamine Yamal, genio con los pies y patán con la lengua.

El Clásico lo dirigía Soto Grado, así que ni tan mal. Colegiado recto aunque rayano en lo chuleta que ya lleva en su historial las expulsiones de los violentísimos Mbappé y Vinicius. Pero, a fuer de ser sinceros, podemos convenir en que los hay peores. Pero un Real Madrid-Barcelona es mucho partido para cualquiera.

Salida en falso del Madrid

Con el Bernabéu repleto y techado y con un tifo más bonito que intimidatorio, echó a rodar la pelota en plena hora de la siesta. Arrancaba el Clásico. El Real Madrid salió como si no se hubiera dado cuenta del cambio de hora. Especialmente nervioso Huijsen, que perdió dos balones fáciles en el primer minuto. Pero para nervioso Lamine Yamal, que entró al suelo a los pies de Vinicius y se jugó el penalti. Lo pitó Soto Grado pero el VAR le llamó raudo porque fue el brasileño el que impactó en el delantero del Barça y no al revés. Se hizo justicia y se deshizo la pena máxima. El Bernabéu se quedó compuesto y sin penalti.

A los ocho minutos apareció Lamine pero donde hace daño: cerca del área del Madrid. Carreras aguantó pero le concedió un disparo combado que se marchó desviado a la derecha de Courtois. El Clásico transitó de genio a genio. Eso sí, Mbappé no perdonó. Corría el minuto 11 y Fermín se durmió en un control con el muslo. Se la rebañó Arda Güler en línea de tres cuartos y la puso para Mbappé. El francés se sacó una media volea que se comió Szczesny. Soto Grado dio el gol pero el VAR lo anuló por cuarto y mitad de oreja. Es una vergüenza cómo se está aplicando la tecnología para anular este tipo de jugadas.

Pues nada, penalti y gol interruptus para el Real Madrid. Entre polémica y polémica ya nos habíamos comido 20 minutos de Clásico. Y en el 21 volvió a aparecer Mbappé. Esta vez le asistió Bellingham con un pase maravilloso. Kylian, en línea con Cubarsí como en la jugada del gol anulado, le ganó la espalda sin darse importancia, se plantó ante Szczesny y le batió por bajo. Revisó el VAR, puso el pulgar hacia arriba y, a la tercera, el gol del Madrid subió al marcador.

Mbappé vale por dos

Llegaron después dos aproximaciones de Fede Valverde, culminadas con sendos disparos altos. Presionaba bien el Real Madrid y lo hacía con mucha gente arriba. El Barcelona se miraba al espejo y no se reconocía. Bellingham era Di Stéfano. Jugaba de todo y todo lo hacía bien. Szczesny hizo sus dos primeras paradas en el Clásico a Mbappé primero y a Huijsen después. Sufrían los azulgrana.

En el 33 la tuvo Ferran pero su disparo desde la frontal de la grande salió tan suave y tan centradito que Courtois no tuvo problemas en atraparla. Luego perdonó Vinicius tras asistencia de Mbappé. El disparo del brasileño le salió tan blandito que hasta Szczesny pudo pararla. El Clásico era del Real Madrid, que encerró al Barça. En el 37 fue Bellingham el que disparo raso y flojito desde fuera. Paró Szczesny.

Y justo cuando mejor estaba el Madrid llegó el 1-1. Fue una cagada de Arda Güler en la zona donde está prohibido cagarla. Cerca del área propia. Su durmió, se la birló Pedri, que abrió para Rashford. El inglés se la puso al punto de penalti a Fermín, que atacó el área y batió por bajo a Courtois. Pues nada, Clásico nuevo y el que quedaba tocado ahora era el Real Madrid.

Y Bellingham también

Silenciado el Bernabéu creció el Barcelona. Huijsen sacó bajo palos un centro chut azulgrana a la salida de un córner. Y de ahí como por ensalmo cayó el segundo del Real Madrid. Fue una jugada de Vinicius con un centro llovido al segundo palo. La pelota, alta y combada, acabó en la cabeza de Militao en el segundo palo. El brasileño la devolvió a la otra punta del área pequeña y allí estaba Bellingham, sólo como si le olieran los pies, para marcar el 2-1 a placer.

Volvió a crecerse el Real Madrid, que estaba comodísimo cada vez que se asomaba a la defensa del Barcelona. En el 45 otra vez a Mbappé le anularon un gol, aunque esta vez su posición de fuera de juego era muy clara. Así que con el 2-1 en el marcador y el Barça vivo en el Bernabéu nos fuimos al descanso. Del que regresamos sin cambios y con una parada de Courtois a un disparo desde la frontal de Fermín.

Respondió Szczesny con una buena mano abajo a Vinicius en un punterazo dentro del área que se envenenó tras tocar en Koundé. Luego Soto Grado dejó sin sanción una mano de Eric García tras una acción dentro del área que tocó en la rodilla de Bellingham. El VAR le avisó y no tuvo más remedio que irse al punto de penalti. La pena máxima la ejecutó Mbappé y Szczesny metió la mano del siglo para firmar el paradón del Clásico.

El Barcelona gastaba otra de sus siete vidas en el Clásico. El Real Madrid desperdiciaba otra bala. Por suerte le quedaban más. Preparaba entonces Xabi Alonso la entrada de Brahim cuando se echó al suelo Fede Valverde. El uruguayo dijo que aguantaba un poco más, así que el hispano-marroquí entró al césped por Arda Güler, cuyo fuelle no pasa de la hora de partido.

Vinicius se enfurece

Marcó Bellingham en el 68 en una jugada en la que Brahim y Mbappé estaban en fuera de juego en el inicio de la jugada. En el 70 Valverde dijo basta. Entró por él Carvajal, igual que Rodrygo sustituyó a un Vinicius, que se fue con un rebote del quince. Brazos extendidos, enfado monumental y retirada al borde de las lágrimas. Se fue tan mosqueado que no se quedó ni en el banquillo y, enfurecido, se fue directo al vestuario. Xabi Alonso se hizo el ciego y el sordomudo.

Con el incendio Vinicius aún sin sofocar, Flick metió a Casadó y Araujo por Ferran y Eric. Por cierto, alguien le leyó la cartilla a Vini, que regresó al banquillo minutos después de su espantá. Entraría luego Bardghji por Cubarsí. Con el Barcelona ya roto, Mbappé tuvo en sus pies el tercero, pero la pegó picuda dentro del área. Le quitó después Xabi para meter a Gonzalo igual que a Bellingham para meter a Ceballos.

Nueve minutos de añadido se dieron en el Bernabéu, así que el Clásico se fue a los 104 minutos. Sobrevivió el Real Madrid, que incluso pudo hacer el tercero ante un Barcelona roto. Pedri se fue al vestuario después de una entrada fea sobre Tchouaméni. El canario se resbaló pero, lejos de encoger el pie, lo estiró. Hubo una tángana posterior en la que todos se pegaron con todos. Las tuvo Rodrygo para hacer el tercero pero no atinó, así que los blancos se llevaron el Clásico y dejan los azulgranas a cinco puntos en la Liga, que empieza a ser ya una ventaja importante.

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