El Real Madrid sacó su artillería pesada para llevarse el primer asalto contra el Arsenal. Dos golpes en sendos contragolpes permitieron a las madridistas encarrilar bastante el pase a semifinales de la Champions League. Linda Caicedo en la primera mitad y Athenea en la segunda fueron las encargadas disparar la ilusión de un equipo que llegaba con muchas dudas a esta eliminatoria. Decidirá el Emirates, pero las blancas se llevan un buen botín tras un encuentro en el que demostraron que están a la altura de los grandes de Europa.
En un Di Stéfano castigado por las incesantes lluvias, el Real Madrid volvía a soñar en Europa, jugando los segundos cuartos de final de su historia. Lo hacían con un Arsenal liderado por un tridente temible con Mead, Russo y la ex culé Mariona. Atrás quedaba la mala racha de las últimas semanas, con dolorosas derrotas ante el Barcelona o con el empate ante el Deportivo que prácticamente reducía a cero cualquier opción de pelear por la Liga. El reto que tenían ante las londinenses era mayor a todo eso.
Para el partido, Alberto Toril prescindía de una de las estrellas del equipo. Athenea del Castillo se quedaba en el banquillo de inicio, puesto que la prioridad del técnico cordobés pasaba por reforzar el centro del campo. El once estaba formado por una indiscutible Misa bajo palos, una línea de cuatro atrás de la que se caía Antonia y que componían Shei, Méndez, Lakrar y Olga, con Toletti y Leupolz a los mandos y Angeldahl como acompañante y un tridente ofensivo con Weir, Linda y Signe Bruun.
Y no les costó a las madridistas hacerse con el dominio del balón. Amasaban el balón, impidiendo que se aproximara al área de Misa, por muy difícil que resultara, debido al estado del césped, mover el esférico de un lado a otro. Buscaban las cosquillas a la defensa gunner tratando de filtrar balones a la espalda que llegaran a Linda Caicedo y Bruun, aunque sin excesivo éxito.
El plan del Madrid parecía claro y, aunque no conseguían poner en aprietos aún a Zinsberger, se las veía bastante cómodas sobre el verde. Al Arsenal no le duraba apenas el balón una vez pasaban del centro del campo, aunque estuvieron a punto de hacer el primero por medio de Blackstenius, que obligó a Misa a estirarse para evitar el tanto.
La presión londinense era cada vez mayor en salida de balón, pero una vez consiguieron las blancas superar líneas, consiguieron adelantarse en el marcador. Buscaron la espalda de la zaga y, cuando por fin encontraron hueco, Linda Caicedo no perdonó. La colombiana adelantó a las blancas en el 22′. Bruun metió un balón ante el que falló Williamson y dejó el balón muerto para que la veloz extremo madridista iniciara la carrera. Pese al intento de Fox por detenerla, cruzó el balón y puso un 1-0 que levantó a Valdebebas.
El gol sólo llevó a las blancas a crecerse, apretando en busca del segundo ante un pasivo Arsenal que era incapaz de trazar más de tres pases seguidos. La árbitra perdonó una clara cesión de Catley sobre Zinsberger que sólo protestó Bruun. Trataron de reaccionar las inglesas en el tramo final de la primera mitad, pero las de Toril supieron contenerlas bien, sin darles opciones reales de empatar.
Ya en la segunda mitad apretaron más las londinenses, que comenzaron con un doble cambio. No tuvieron sus mejores minutos en la primera parte, pero sí que consiguieron asustar en los primeros compases del segundo acto. Además, al Real Madrid se le torcía su solidez en el centro del campo con la lesión de Leupolz. La germana abandonaba bastante dolorida el terreno de juego, dando entrada a Irune, que se estrenaba en la máxima competición con solo 16 años.
No sería hasta que Toril quitó a Linda y Bruun, que se habían hinchado a correr, cuando mejoró el equipo. Athenea y Feller entraron para darle frescura al ataque y tratar de castigar a un Arsenal cansado, pero que gozaba de su mejor momento en el partido. Y lo consiguieron. Contragolpe de las blancas, Athenea que encara hasta encontrar el hueco y fusiló a Zinsberger, que llegó a tocar pero sin ser suficiente para sacar el balón.
El triunfo permite al Real Madrid sonreír en esta Champions e ilusionarse de nuevo, tras una semana complicada. Una victoria que deja encarrilada la eliminatoria, a expensas de lo que suceda en el Emirates la próxima semana. Tocará sufrir, pero las madridistas tienen ya parte del trabajo hecho.
