Locura en Valdebebas. El Real Madrid Castilla venció a un gran Navalcarnero en un partido muy complicado para los de Raúl González, que remontaron al líder en los minutos finales gracias a los tantos de Hugo Duro, Gila y Carlos Dotor. Huracán madridista en cinco minutos a partir de la expulsión de Fratelli, que dejó a los suyos con diez cuando el Navalcarnero iba por delante en el marcador.
Recibía el Madrid Castilla al líder en Valdebebas con la necesidad de sumar los tres puntos después de dos derrotas consecutivas. Enfrente de los madridistas, un Navalcarnero que llegaba como primero de este subgrupo A del Grupo 5. Los de Luis Ayllón han formado un gran grupo y son ese tipo de equipos que tanto cuesta ganar en Segunda División B: con las ideas muy claras, se las saben todas y tienen jugadores de mucha experiencia en la categoría. Rival muy duro en un día en el que una derrota podría alejar al Castilla de los puestos altos de la tabla.
El encuentro comenzó con dominio de los de Raúl González, que empezaron con muy buen ritmo y llegando con peligro al arco rival. De hecho, Arribas tuvo una muy clara apenas cinco minutos después del inicio de partido en una pérdida muy peligrosa de la defensa visitante que el canterano no supo aprovechar. El guion del partido ya se desvelaba a poco del inicio en Valdebebas: el Real Madrid dominando, con un Navalcarnero muy bien posicionado en el campo y esperando errores del rival para salir con fuerza al contragolpe.
Y los hubo. Con un Madrid sin ideas y bastante errático en la circulación de balón, el Navalcarnero se fue sacudiendo del dominio inicial local y cada vez se sentía más cómodo en el terreno de juego. De esta forma, las ocasiones más claras de los primeros 45 minutos fueron del conjunto visitante, que pudo ponerse por delante a la media hora de juego después de otra pérdida más del centro del campo merengue. El Castilla no estaba cómodo, los Hugo Vallejo, Hugo Duro y compañía no eran capaces de entrar en juego y Raúl González se desgañitaba desde la banda. Muy activo desde el banquillo estuvo la leyenda del Real Madrid, viendo cómo su equipo no era capaz de meterle mano a un Navalcarnero que estaba muy cómodo en el césped.
El Castilla seguía sin reaccionar
Consciente de que el equipo no estaba bien, Raúl González movió ficha en el descanso. Hugo Vallejo, que no estuvo nada acertado en el primer tiempo, dejaba su sitio a César en un intento del entrenador blanco de darle algo más al equipo. Pero el Madrid siguió sin carburar en la reanudación del partido, tan sólo un acercamiento por mediación de un Blanco que estuvo a punto de adelantar a los suyos.
El Navalcarnero seguía con su plan de partido y en el minuto 61 llegó el premio. Tras una gran presión que ocasionó la pérdida de César, Calarge entró en el área poniendo un gran balón atrás a Gonzalo Saiz, que conectó el envío a las mil maravillas para poner el primero en Valdebebas. Una vez más, los rivales aprovechaban un error del Castilla para hacer daño arriba y esta vez lo aprovechaban para castigar a un Castilla que seguía sin encontrarse en el partido.
Locura final en Valdebebas
La reacción del Castilla se hizo esperar hasta los minutos finales. Antes, tan sólo una arrancada de un Hugo Duro que fue derribado en el área. El banquillo blanco y Raúl González protestaron la acción, pero Pozueta Rodríguez consideró que la acción no era punible. La que sí vio fue una entrada de Fratelli que le costó la segunda amarilla al defensa central del Navalcarnero: los rivales se quedaban con uno menos a falta de más de diez minutos de juego en la Ciudad Deportiva Real Madrid. Apenas un minuton después de la expulsión, Hugo Duro remató un gran centro de Guillem para poner el empate en el marcador.
El tanto de Hugo Duro tan sólo fue el inicio del huracán del Castilla, que en cinco minutos anotó tres tantos de cabeza para dejar atrás la racha negativa de dos derrotas consecutivas. Por mediación de Gila y Carlos Dotor, los de Raúl González completaron cinco minutos de ensueño para encarrilar la victoria. Los rivales no se lo podían creer: en un abrir y cerrar de ojos, el Madrid estaba con dos goles de ventaja en el marcador para llevarse los tres puntos y dejar atrás la racha negativa de resultados.