Walter Tavares es el jugador más determinante del baloncesto europeo. Esa es una de las pocas máximas que ningún entrenador de la Euroliga pondría en duda si se le preguntara al respecto. Inmerso en su séptima temporada con el Real Madrid, el africano lleva mucho tiempo dominando el juego interior del continente, pero cada día que pasa es más incierto si seguirá haciéndolo la próxima temporada. El propio jugador ha vuelto a sembrar dudas son su porvenir, dejando claro que está más en el aire que nunca.
«Mi objetivo es pelear por quedarme en el Real Madrid, pero el futuro no se sabe. De momento tengo que estar lo más preparado posible para ayudar al equipo a conseguir títulos y luego ya se verá», manifestó Tavares en su comparecencia ante la prensa, previa al duelo de este viernes que enfrenta a su equipo con el Estrella Roja.
«Tenemos que terminar de la mejor forma, prepararnos para el playoff y mantener el nivel competitivo en lo más alto para llegar preparados para los encuentros difíciles. Es un partido trampa, pero hay que ganarlos todos y utilizarlo para seguir en buena línea e intentar coger tono para el futuro. No hay preferencias en el rival para el playoff. Hay que estar preparados y concentrados para jugar con el que nos toque. Todos se van a jugar la vida y no habrá rival flojo», añadió.
El Real Madrid tiene un auténtico rompecabezas por delante para componer su plantilla de la próxima temporada, ya que un total de ocho jugadores acaban contrato el próximo 30 de junio y varios tienen un papel muy importante en la plantilla como Sergio Llull, Dzanan Musa o Mario Hezonja, que sigue escuchando cantos de sirena procedentes del Panathinaikos. Sin embargo, ninguno llega al grado de importancia suprema que ostenta Tavares.
La NBA en el horizonte
Hace tiempo que Tavares lo ganó todo con el Real Madrid y, con 32 años recién cumplidos, sabe que se le acaba el tiempo para intentar una nueva aventura en la NBA. Es ahora o nunca. Han pasado casi nueve años desde que se enroló en la mejor liga del mundo con Atlanta Hawks, pero no llegó a consolidarse en Estados Unidos y, tras pasar por varios equipos, en 2017 volvió a Europa para fichar en el Real Madrid y convertirse en el pívot intimidante y decisivo que es hoy en día.
El club blanco lógicamente echará el resto por tratar de retener al caboverdiano, pero también sabe que el dinero que puede ofrecerle para renovar está muy lejos de lo que puede poner encima de la mesa una franquicia de la NBA. La partida sigue abierta y probablemente no se resolverá hasta que acabe la temporada.
Mientras tanto, Tavares quiere aspirar al triplete esta temporada con el Real Madrid, con la Copa del Rey ya dentro de las vitrinas del club. Su complicidad con Chus Mateo es total y la afición blanca adora a su gigante, pero a nadie escapa que el embrujo de la NBA, y la posibilidad de redención que le brindaría volver a la mejor liga del mundo, tienen un atractivo difícilmente igualable. Toca cruzar los dedos en Valdebebas para que no llegue una oferta irrechazable desde el otro lado del charco.
