El Real Madrid está terminando de perfilar la que será su primera plantilla en la última década que no estará a las órdenes de Pablo Laso. Con los fichajes ya cerrados, incluso presentados en el caso de Dzanan Musa, y a la espera de una poco probable llegada de Facundo Campazzo, el equipo que se pondrá a las órdenes de Chus Mateo cuenta con un denominador común: la altura.
La apuesta por el físico y los jugadores aposicionales, capaces de defender y atacar en varias posiciones, se dobla con las llegadas de Mario Hezonja, que se hará oficial en los próximos días, y Dzanan Musa, ya a todas luces jugdor del Real Madrid. Ambos son los dos fichajes principales del proyecto 2022-23 del conjunto blanco, aleros, por encima de los dos metros de altura y con posibilidad de defenderse como ‘2’, ‘3’ y ‘4’ en el caso del croata ex del Barcelona.
Los otros dos fichajes cerrados –por oficializar– del Madrid son un viejo conocido como Sergio Rodríguez, que no suma demasiado en términos de físico pero sí sube algo la altura en comparación con su antecesor, Thomas Heurtel, y un Petr Cornelie que desde sus 2,11 completará el trío de torres junto a Walter Tavares y Vincent Poirier, aunque en su caso desde la posición inicial de ala-pívot, que compartirá con un Guerschon Yabusele que compensa su falta de centímetros con 123 kilos –según la página oficial del Real Madrid– de pura potencia.
De los 16 jugadores que formarán la primera plantilla del Real Madrid la próxima temporada –quitando de la ecuación a los canteranos Ndiaye y Núñez–, hasta nueve llegan o superan los dos metros de altura, quedando Gaby Deck como décimo elemento con un 1’98 más que suficiente en su caso para rendir en calidad de ala-pívot si se cree necesario. Además, ningún miembro del roster de Chus Mateo bajará del 1’90, siendo Llull, justo con esta estatura, el más bajo del plantel.
Más allá de las cifras, que podríamos incluso dejar en casuales, la causalidad sí nos obliga a retrotraernos al modo en el que el Madrid ganó la última Liga y en el que basó un final de temporada más que positivo. El físico se impone a lo posicional y la defensa cobra sentido en base a las posibilidades físicas de una plantilla reforzada de cara a la 2022-23 para ser si cabe más potente y versátil que la anterior.
Un Real Madrid descomunal
Los puestos interiores tienen un marcado en rojo en el Real Madrid desde la explosión, ya lejana pero mantenida en el tiempo, de Walter Tavares. El equipo cuenta con una dupla de pívots sin parangón con el de Cabo Verde y un Vincent Poirier que es un auténtico lujo desde el banco, y en el ‘4’ Yabusele, la estrella, se verá correspondido con un perfil tirador como el de Cornelie, que también aportará rebote y posibilidad de jugar de ‘5’ desde sus 2,11 de estatura. Deck y Hezonja ayudarán a jugar con cuatro abiertos y más cambios defensivos, algo que ya puede hacerse con Guerschon, si Chus Mateo lo ve necesario.
Sin embargo, es la batería de aleros y escoltas, liderada precisamente por los propios Hezonja y Deck, la que hace del proyecto del Madrid una combinación explosiva para cualquier rival que les haga frente en Europa. Ambos ocuparán muchos minutos en el puesto de ‘3’, donde también están dispuestos para la batalla dos aleros de formación, caso de Abalde y Hanga, que tendrán la posibilidad de ser muy importantes como escoltas e incluso como base, en el caso del húngaro, ‘1’ titular en la final de la ACB. Rudy, en un papel secundario, también será alero o escolta cuando sea necesario, mientras que Musa es otro comodín que puede ocupar cualquier posición exterior y que si explota, como se espera en el seno de la sección, será más titular que ninguno.
Posibilidades infinitas
El puesto de base queda menos definido, con Williams-Goss y Alocén de baja por lesión y el Chacho como único director puro de la plantilla. Con 36 años y de regreso a la capital, Sergio Rodríguez no puede llevar solo el peso del equipo, por lo que contará con la ayuda inestimable de otra leyenda como Sergio Llull y los relevos de Hanga, ya contrastados en el Palacio de los Deportes.
Si Chus Mateo quiere más defensa, podrá alinear a un quinteto con Hanga, Abalde, Deck, Yabusele y Tavares, sin parangón a nivel defensivo y de versatilidad posicional en Europa, pero la diferencia la marcaría que, después de unos minutos, podrían saltar a cancha, junto con Llull o el Chacho en el base, un 2,05 como Musa de escolta, con Rudy en el alero, Hezonja como falso ‘4’ y Poirier poniendo el tope en el ‘5’. Causeur, el único ‘2’ puro del equipo, Cornelie o Williams-Goss y Alocén, cuando se recuperen, quedarían en la recámara de una plantilla de infinitas opciones y altura y físico para condicionar los partidos.
