Sergio Ramos: un brazalete hecho a medida

Sergio Ramos no ha podido cerrar mejor la temporada. Marcó el gol de la final de Champions League frente al Atlético de Madrid y también acertó en la tanda de penaltis. Héroe de la Décima y de la Undécima, el sevillano ya es parte de la historia del Real Madrid. 

Pese al gran final de campaña del central blanco, no ha sido un año fácil para él en algunos momentos. El de Camas sufrió una lesión en el hombro en noviembre que le impidió rayar a su nivel durante varios meses. Pese a que en un principio parecía algo leve, la dolencia se alargó en el tiempo y empeoró tanto que tuvo que perderse varios partidos.

Además, cuando jugaba, se notaba que no estaba al máximo. Ramos es un jugador que se caracteriza por darlo todo en el campo, pelear con todo por cada balón en cada disputa, en cada salto… Y el hombro no le dejaba. A esto había que sumar la difícil situación del equipo, la durísima derrota en el Bernabéu contra el Barcelona y la falta de conexión con Rafa Benítez, al que el club acabó cesando.

La llegada de Zidane supuso un impulso

La llegada de Zidane al banquillo del Real Madrid dio un impulso tanto a Ramos como al resto de la plantilla. Los jugadores no estaban del todo a gusto con Benítez, y el francés supo conectar con el vestuario desde el primer momento.

El central fue cogiendo confianza conforme pasaban los partidos, y el conjunto merengue entró en una espiral positiva que permitió luchar por la Liga hasta el último partido y ganar la Undécima en Milán. Con la lesión del hombro olvidada, se volvió a ver al mejor Ramos sobre el césped, sobre todo en las eliminatorias de Champions contra Wolfsburgo y Manchester City. 

Una temporada al borde del sobresaliente de un Sergio Ramos que es leyenda viva del Real Madrid y que ha cumplido su sueño de levantar la Copa de Europa como capitán blanco. Ahora, el zaguero llega a la Eurocopa en su mejor momento de la temporada y también quiere hacer algo grande con España.