El bajón de James Rodríguez divide a Colombia

¿Debe seguir James Rodríguez en el Real Madrid? Lo crean o no ese es el debate que se plantea en estos momentos en cualquier tertulia de Colombia. Ni la paz que persigue el presidente Santos, ni el fenómeno del Niño, ni el virus del Zika. Nada importa más actualmente en el país de la salsa y la cumbia que el futuro de James, el hijo predilecto tras sus dos exhibiciones con la Selección. Sus polémicas declaraciones tras el partido contra Ecuador han servido para que el aficionado ponga en cuestión la razón de su mal nivel. La mayoría del país cafetero coincide: La culpa es del Real Madrid.

«Juego bien porque juego y todos me apoyan». Esas palabras de James, que incendiaron los despachos del Bernabéu de madrugada, son ahora el argumento principal de los seguidores cafeteros, que hasta antes del parón de selecciones lo acusaban de falta humildad. Dos son los motivos de este cambio radical. Su posición en el campo y la confianza que se le ha dado. Frente a Bolivia y Ecuador, James se situó de ‘10’, incrustado en la mediapunta. Lugar en el que se siente en su salsa, ya que ahí goza de la libertad que pretende para aparecer en los sectores donde hace daño, con el añadido de que es más indetectable para el radar de los defensores rivales. Una posición que en estos momentos es inviable en el Real Madrid. Zona acotada por la BBC, Kroos y Modric. Demasiado gallo en el corral, esgrime ahora prácticamente todo el aficionado tricolor.   

Con Colombia James Rodríguez es el líder. Director de orquesta y capitán de la manada. Desde el mismo Pékerman hasta el más novato de los jugadores lo defienden como su paladín. Tanto en los partidos donde se pudieron ver numerosos gestos de cariño hacia él tras sus grandes jugadas, como en las declaraciones posteriores en los que lo protegieron a capa y espada. La famosa confianza a la que se refería James en zona mixta. La confianza que la mayor parte de seguidores colombianos considera que ahora no le pueden dar en el Real Madrid.

Hablamos de un país que sigue a su figura de la misma manera en la que los españoles lo hacemos con Gasol o Alonso. James es capaz de paralizar ciudades enteras para las grandes citas como la que sucederá este sábado en el Clásico. Es pionero y estrella en un deporte en el que apenas han tenido alegrías. Ha recogido la estela de Falcao, insignia de Colombia los últimos años hasta su fatídica lesión. Pero ni siquiera El Tigre había llegado a cotas tan altas como las de su compatriota de Cúcuta. No es de extrañar que cualquier niño en Colombia vista ahora la camiseta blanca con el 10 a la espalda. Gran movimiento del plan marketiniano de Florentino, todo sea dicho.

Los ex jugadores apoyan a James Rodríguez

«A James hay que darle cariño», señaló el otro día el Tino Asprilia, icono representativo de la mejor generación de jugadores que ha tenido Colombia hasta la actual. Reconocida por su enorme calidad, pero también por su falta de profesionalidad y su gusto por la rumba. Factores que se han encontrado en el 10 blanco de esta temporada. Y que sorprenden, ya que junto a Falcao, James representa esta nueva terna de futbolistas cafeteros mejor guiados profesionalmente.

El Pibe Valderrama, otro díscolo jugador de esa generación de los 90, mostró su confianza en la categoría de James al mismo tiempo que arremetió con la manera de haberle manejado de Zidane. «El otro día lo vi en la Champions metiendo un gol y al partido siguiente ni lo montaron al bus para jugar contra Las Palmas. Entonces ¿qué pasa? Si yo meto un gol y juego 80 minutos y después no viajo, algo está pasando».

No faltan los críticos, como Maturana o Freddy Rincón, que ven también «falta de actitud» en el James de esta temporada. Pero a pesar de ello, Pacho, el mítico seleccionador de Colombia también técnico del Atlético, coincide en la opinión del resto de sus compatriotas sobre la escasa importancia del ‘10’ en el esquema blanco: «Su selección arma el equipo entorno a él, cosa que no sucede cuando juega en el Real Madrid. Hoy por hoy el Madrid tiene una BBC intocable y James lo tiene muy complicado, no es que el Madrid no lo quiera, pero no cabe en su estructura».