Cinco claves de la Final Four de Vitoria
Vitoria vivió una fiesta del baloncesto con la celebración de la Final Four de la Euroliga donde acabó reinando el CSKA Moscú.
Vitoria se lo merecía. Tras 18 años persiguiendo el sueño de albergar la Euroliga, la localidad vasca se ha convertido durante este fin de semana en el epicentro del baloncesto europeo. Después de que en 2001 se quedara sin ser anfitriona después de que la FIBA le retirara la potestad (se la llevó París), la historia le pagó la que le debía a Vitoria y la ciudad respondió con una organización que roza el sobresaliente.
El Buesa se llenó los dos días
El Fernando Buesa Arena rozó el lleno durante los dos días de competición y buena parte de culpa de ello la tiene StubHub, la ticketera oficial de la Euroliga que estableció una alianza con la competición a comienzos de esta temporada con el objetivo de hacer más fácil la vida a los aficionados. Porque ahora comprar entradas por internet es seguro, rápido y sencillo… incluso se pueden adquirir billetes a pocas horas del partido a través de la reventa legal.
«Nosotros combinamos la venta tradicional de entradas con el market place. En esta Euroliga sacamos mejores resultados de lo esperado». Estas palabras salen de la boca de Andrés San José, account manager de StubHub y que ha sido una de las figuras clave para que el Buesa rozara el lleno impoluto durante los dos días.
«Uno de los nuestros puntos fuertes es que ofrecemos a nuestros clientes una venta segura y rápida a través de internet. Gracias a este acuerdo, las aficiones no han tenido que comprar las entradas sin saber si su equipo jugaría, ahora se pueden adquirir incluso minutos antes del partido a través de una forma segura», relata a este periódico. Porque la fórmula es sencilla, StubHub ha tenido en esta Euroliga dos funciones: una, servir como distribuidora oficial de la competición y otra, hacer de mercado secundario (la reventa de entradas de forma legal) para que los aficionados pudieran hacerse con un ticket durante en cualquier momento del fin de semana.
Explicado de forma más sencilla: aficionados que en su día se hicieron con su ticket y su equipo se quedó fuera de la Final Four, han podido vender sus abonos y recuperar su inversión económica. Y esto a la vez ha hecho que los fans que hayan acudido al mercado a última hora pudieran estar sentados en el Buesa. Fácil, sencillo… y seguro.
Un impacto de 50 millones
Los estudios realizados en los días previos a la Final Four de la Euroliga estimaron que la celebración de esta competición generaría una alrededor de 50 millones de euros tanto en la ciudad como en las zonas limítrofes. Aquí hay que sumar el beneficio obtenido por las plazas hoteleras ocupadas, desplazamientos y demás gasto realizado por los aficionados en la ciudad.
Las aficiones, ausentes en Vitoria
Este impacto económico nos lleva a uno de los grandes debes de Vitoria en esta Final Four. Paseando por las calles, se podía comprobar que faltaba ambiente baloncestístico. Vitoria es una de las ciudades de baloncesto por antonomasia pero los altos precios en los hoteles hicieron que las aficiones se cobijaran tanto en Bilbao como San Sebastián y eso ha repercutido en las calles. Además, el tiempo no ha acompañado lo suficiente. Teniendo en cuenta que en la pista habrían 15.000 espectadores en una ciudad de algo más de 200.000 se contaba con tener unas calles llenas de aficionados rusos, turcos y españoles… pero al final no fue para tanto. En las calles se respiraba baloncesto, pero no empapaba.
Ganó el mejor
El CSKA Moscú acabó sentándose en el trono de la Euroliga y con todo merecimiento. En las semifinales supo reponerse y remontar contra un Real Madrid que tenía el partido en la mano y dejó escapar su ventaja. Y en la final siempre estuvo por encima de Anadolu Efes. El equipo de Sergio Rodríguez cogió ventaja desde el inicio y la supo mantener a pesar de que el equipo turco, que fue último el año pasado y que este consiguió llegar a la final, dio la cara y estuvo dentro del partido hasta los segundos finales.
Vitoria por fin tuvo su Final Four
Lo dicho: la Euroliga le debía una Vitoria después de que en el año 2001 le quitara el sueño porque la máxima competición Europea se dividió en dos y la localidad vasca se quedara compuesta y sin novio. Desde ese día, el objetivo de Josean Querejeta, dueño del Baskonia y el Alavés, fue recibir a los cuatro mejores equipos de Europa en el Buesa Arena y para ello se construyó uno de los mejores pabellones de Europa en la zona de Zurbano. Casi dos décadas después, a Vitoria le llegó el momento y la ciudad cumplió.
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