Séptimo anillo del quarterback

Brady vuelve a hacer historia: guía a los Bucaneers al título en la Super Bowl

Los Tampa Bay Bucaneers se llevaron el anillo de campeón de la NFL después de imponerse en la Super Bowl LV (9-31) a los Kansas City Chiefs. Tom Brady aleccionó a Patrick Mahomes y guió la paliza de su equipo en el día D

Brady Super Bowl
Tom Brady celebra el título. (Getty)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

La vida es aquello que pasa mientras Tom Brady escribe la historia del fútbol americano. La superestrella de la NFL volvió, a sus 43 años, a conquistar el anillo de campeón con su nueva franquicia, unos Tampa Bay Bucaneers que celebraron en su momento la decisión del quarterback de asumir el reto de llevarles a ser campeón, y lo cumplió, meses después, con honores de campeón y una paliza sobre el vigente, los Kansas City Chiefs, que no pudieron sino aplaudir el paseo de la franquicia de Florida.

La Super Bowl LV tomaba condicionantes especiales debido a la lógica situación excepcional provocada por la pandemia, pero también por lo que podíamos ver sobre el terreno de juego. El duelo entre los dos quarterbacks de moda en la NFL marcaba todas las previas, y todo apuntaba a que sería igual en el partido. De las manos de Patrick Mahomes, director de juego de los Kansas City Chiefs y vigente MVP, partirían las opciones de arrebatarle el trono al rey del fútbol americano, un Tom Brady que en su primer año con los Tampa Bay Bucaneers y ya con 43 en su DNI, quería el séptimo anillo de campeón.

Mahomes buscaba su segundo título consecutivo y Brady convertirse en el mayor activo –jugador o franquicia– en cuanto a entorchados en la NFL. Dispuestos a hacer de la táctica y la muñeca elementos diferenciales, ambos comandantes salieron dispuestos a todo al Raymond James Stadium de Tampa, donde por primera vez una franquicia podía proclamarse campeona en su estadio. Todo estaba de cara para los Bucaneers en lo escénico, pero en los pronósticos, los Chiefs ganaban a los puntos el papel de favorito.

Los primeros puntos, vía field goal, fueron para los de Mahomes, pero esa iba a ser su única ventaja en todo el partido. Con una maquinaria defensiva bien engrasada y Brady tejiendo pases a su antojo, los Bucaneers sumaron el touchdown de estreno del partido, obra del siempre fiel Gronkowski, un gigante que es conocedor de que, bajo el cobijo de Brady, puede lograr resultados inimaginables.

Brady y Gronkowski encargan el anillo

Los 198 centímetros del gigante de Nueva York iban a volver a ponderar en el marcador, con una ventaja que se construía antes del descanso y sin que los Chiefs pudieran responder. La defensa de los rojos no funcionaba y, a cambio, los Bucaneers habían convertido el partido en una batalla de golpe en el que la ofensiva de unos chocaba con la inoperancia de los de Kansas, esperando a un Mahomes desubicado y desasistido por sus compañeros.

Vistas las ventajas de Bucaneers, el espectáculo pasó del balón al escenario, eclipsado por un decorado de órdago para la actuación de The Weekend. Se esperaba a Rosalía como sorpresa pero el canadiense salió solo, y murió solo en un acto del que quizá se esperaba un poco más al descanso.

Una reanudación sin historia

Ya en la reanudación, Antonio Brown volvía a aprovecharse de la visión del abuelo Brady para hacer que la ventaja creciera y creciera sin que los Chiefs pudieran sumar con otra fórmula que no fuera la del Field Goal. Ante la decepción, un dato. Nunca en la historia con Mahomes de titular, Kansas City se había quedado sin anotar vía touchdown en un partido. Para todo hay una primera vez y por desgracia para el heredero, fue en la Super Bowl LV. ¿Los artífices? Los perros de presa de los Bucaneers, absolutamente claves para la suma del anillo.

Llegado el cuarto cuarto, el juego ya estaba descafeinado, entre la necesidad imperiosa de los Chiefs de sumar una puntuación imposible, y la calma de los Bucaneers, con un ojo ya en la celebración del título. Ni Mahomes, por nervios, ni Brady, ya con el trabajo hecho, estuvieron demasiado incisivos en los últimos minutos de un partido que vuelve a coronar a Tom Brady como el rey de reyes y permite la conquista del segundo anillo en la historia de los Tampa Bay Bucaneers. 

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