Al Barça no le estafó Negreira
Escuchamos recurrentemente, por parte de aquellos que aún defienden que no hay nada turbio en el caso Negreira, que no se podrá demostrar la influencia del ex vicepresidente de los colegiados en ningún árbitro y, por tanto, en ninguna decisión de los trencillas. Con esto parecen dar por cerrado el asunto y como mucho lo despachan con un reconocimiento de que el comportamiento del Barcelona fue poco ético.
Cabe recordarles que el delito de corrupción deportiva, igual que el de cohecho, no precisa que se materialice un resultado para su consumación. Como todo delito de actividad, la mera intención en influir con un pago en la competición deportiva, consuma el delito. Es decir, si se puede deducir que el Barça pagando a Negreira tenía la intención de influir, sería culpable. Es por ello por lo que resulta una defensa pésima de la causa blaugrana apuntar a que el Barça fue estafado por Negreira. Si fue estafado es porque esperaba obtener algo más que informes, ya me entienden.
En cualquier caso, y más tras las revelaciones de OKDIARIO, no resulta demasiado complejo concluir cómo podía influir Negreira en las decisiones de los árbitros. Se ha sabido que Javier Enríquez acompañaba a los árbitros al Camp Nou. Recibía, por cierto, un bonus del Barça por esa labor. Javier Enríquez también se reunía con los evaluadores que determinaban la nota de cada árbitro y por tanto condicionaban su carrera profesional. Una vez llegaban esas evaluaciones, Negreira, junto a Arminio, aplicaban el índice corruptor ascendiendo o descendiendo en el ranking a los diferentes árbitros. Negreira lo reconoció ante Hacienda y lo han corroborado bastantes árbitros dejando en ridículo la versión de Medina Cantalejo.
Negreira Jr. era pieza clave
Estar arriba implicaba ascender, ser internacional y arbitrar los mejores partidos. Estar abajo suponía perder mucho dinero. Los árbitros no tenían por qué saber que los Negreira cobraban del Barcelona, pero sí sabían el ambiente que había en el CTA y las consecuencias que había con sus decisiones. Un árbitro le daba un gol con la mano a Messi y le nominaban para la final de la Copa del Rey una semana después. Otro árbitro le señalaba un penalti inexistente a favor a Pepe y era reprendido públicamente por Arminio. Muñiz Fernández pronto descendió tras esa decisión.
Yo creo que la mayoría de árbitros salen a hacer su trabajo lo mejor posible a cada partido. Digo la mayoría porque no se puede poner la mano en el fuego por todos. El caso es que cuando deben tomar una decisión complicada en décimas de segundos, la mayoría probablemente sabía cuál era la zona de confort y cuál era la decisión peligrosa para sus carreras. Sería humano, en esos casos, ir a favor de la línea editorial del CTA. Además muchos veían a Javier Enríquez y sus cursos de coaching como un lugar refugio para asegurar el buen destino de sus carreras. Era el hijo del jefe.
No, no hace falta para la consumación de delito que Negreira influyera, pero resulta difícil creer que no lo hiciera. Aunque fuera de forma indirecta.
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