Te mostramos todos los detalles de este don natural

¿Por qué vuelan las aves?

Por qué vuelan las aves
Los únicos seres vivos con la capacidad de surcar los cielos son las aves, pero, ¿cómo lo hacen?

Todo ser humano ha soñado alguna vez con poder volar. Un don que solamente pertenece al reino de las aves, los únicos organismos con el privilegio de surcar los cielos. Dejarse llevar por las corrientes cálidas, planear cerca del agua o caer en picado desde una altura temible son rasgos que solo pueden permitirse los pájaros más ágiles. Un regalo de la naturaleza del que siempre se ha planteado una pregunta ¿Por qué vuelan las aves? 

Ganar la partida a la gravedad

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La fuerza de la gravedad es su mayor enemiga

Volar es mucho más que un simple ejercicio corporal. Surcar los cielos depende de muchos factores que tienen que mantenerse de una forma continua para que el pájaro pueda mantenerse en el aire. La fuerza de la gravedad es uno de los enemigos principales de toda especie voladora. Una batalla el reino de las aves ha ganado desde el inicio de los tiempos. La adaptación de estos seres vivos al medio en el que habitan permite a los mismos ignorar las leyes de la gravedad y mantenerse suspendidos entre las diversas corrientes. 

Para ello, necesitan una serie de rasgos entre los que destacan los huesos huecos, cuerpos delgados, y por su puesto las plumas. Sin olvidarnos de que las aves no tienen vejiga, un órgano que solo incluiría un mayor peso en su cuerpo que solo opondría una gran resistencia a movimiento por el aire.

Características de las alas

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Águila con las alas extendidas

Como todos sabemos, la parte del cuerpo más importante que consigue que las aves puedan volar son las alas. Unas formaciones corporales que pueden soportar el peso del cuerpo por medio de unos músculos más que destacados. Asimismo, el recubrimiento de las mismas por medio de las plumas permite a estos organismos controlar de forma adecuada las distintas corrientes de aire. Un mecanismo perfecto que se completa con una cola que se enmarca como el timón de un navío volador.

A la hora de echar el vuelo, la forma de las alas permite a las aves alcanzar los niveles de presión perfectos para poder levantar su cuerpo en el aire y salir despegadas. Un mecanismo que tienen en cuenta los ingenieros en la construcción de los aviones y que se define por una fuerte propulsión inicial seguida de la búsqueda de las corrientes y el planeo constante. Todo un hito de la naturaleza que aún sigue generando mucha curiosidad en la comunidad científica.

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