Curiosidades
Casa

El precio del escenario del crimen: esto cuestan las casas donde se han cometido asesinatos en España

Si estás buscando casa ya sea de alquiler o de compra, quizás hayas dado por casualidad con una de las llamadas «casas del crimen», casas donde se han cometido crímenes terribles por lo que una vez vuelven a estar vacías ya sea para la venta o para alquilar es posible que tengan precios bastante bajos. Conozcamos ahora cuánto cuestan las casas donde se han cometido asesinatos en España.

El precio del escenario del crimen: esto cuestan las casas donde se han cometido asesinatos en España

Ha sido gracias a un programa de televisión, pero que se ha viralizado gracias a TikTok que hemos podido saber cuánto cuestan las casas donde se han cometido asesinatos en España, algunos de ellos, crímenes que en su día ocuparon horas y horas de los programas de actualidad e informativos.

Es el caso por ejemplo de una casa en Ruzafa Valencia que cuenta con 120 metros cuadrados y que está completamente lista para entrar a vivir. Sin embargo, es la casa en la que en 2017 Pierre Danilo Larancuent ciudadano sueco de ascendencia argentina mató a Alberto Ferrer, de 42 años. Un crimen que además se llevó la vida de un policía cuando los agentes intentaban detener a Larancuent, y también la del propio asesino. Desde entonces lleva esperando a que la alquilen, algo que no se ha conseguido todavía y eso que «solo» cuesta 580 euros al mes.

También por muy poco precio podemos encontrar el chalet de Pioz (Castilla La-Mancha) en el que Patrick Nogueira mató y descuartizó a sus tíos y los hijos de estos en 2016. Se vende por poco más de 100.000 euros pero nadie lo quiere y la inmobiliaria que gestiona su venta considera que aunque se pidiera por la casa 70.000 euros, nadie querría vivir en el escenario de un crimen tan atroz.

Otro chalet, esta vez en Majadahonda, no encuentra propietario a pesar de que su precio tampoco alcanza los 310.000 euros. Se trata de la casa en la que vivía el descuartizador de Majadahonda, Bruno Hernández, junto a su tía y a una inquilina. A ambas las mató y descuartizó en el sótano de la vivienda.

El caso de la finca Las Quemadillas (Córdoba) en la que José Bretón mató y quemó a sus dos hijos es uno de los más claros en lo que respecta al hecho de que a nadie le interese vivir en un lugar en el que se ha cometido un asesinato. En su día, antes del brutal filicidio , llegó a tener un cartel de venta por 576.000 euros. Tras cometerse el crimen, se anunciaba por 180.000 euros. 

Por último, la finca de Rosario Porto quien mató a su hija Asunta en 2013, se vendía antes del  asesinato de la niña por casi un millón de euros, actualmente se vende por 400.000 euros pero nadie ha hecho ni tan siquiera una oferta por ella.