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No hay discusión: mantequilla o margarina, ¿cuál es más saludable?

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La mantequilla y la margarina, aunque se usan de manera similar, difieren notablemente en su composición. La mantequilla, un producto lácteo, se obtiene de la grasa de la leche, mientras que la margarina se elabora a partir de aceites refinados y aditivos. La margarina surgió como una alternativa económica a la mantequilla, especialmente durante la guerra franco-prusiana. La mantequilla, sobre todo de vaca, puede variar según la leche de origen y su procesamiento. Aunque tiene un alto contenido en grasas saturadas, estudios no han mostrado una clara relación con problemas de salud como se creía.

La percepción negativa de las grasas saturadas impulsó el consumo de aceites refinados, que resultaron ser más perjudiciales. Las diferencias en el aumento de peso entre ambos productos son mínimas. Ni la mantequilla ni la margarina son alimentos ideales en una dieta saludable, pero no es necesario eliminarlos si se consumen con moderación. La calidad de la mantequilla depende de la dieta del ganado, siendo mejor la de animales alimentados con pasto. La margarina ha sido comercializada como nutritiva gracias al marketing, aunque no necesariamente es más saludable.

Mantequilla V.S. Margarina

Elegir entre mantequilla y margarina no es sencillo, ya que cada una tiene sus ventajas y desventajas. La mantequilla, alta en grasas saturadas, ha sido un alimento básico durante siglos. Sin embargo, a mediados del siglo XX, la margarina comenzó a reemplazar a la mantequilla debido a la percepción de que todas las grasas eran perjudiciales, especialmente las saturadas.

Según Nita Forouhi, profesora de nutrición de la Universidad de Cambridge, la creencia de que las grasas saturadas son malas y deben ser reemplazadas por grasas poliinsaturadas, presentes en la margarina, se fortaleció desde la década de 1950, tal y como recoge la BBC.

La margarina, al principio, contenía grasas trans, que resultaron ser más perjudiciales que las grasas saturadas de la mantequilla. Las grasas trans aumentan el colesterol LDL y disminuyen el HDL, incrementando el riesgo de enfermedades cardíacas. Aunque la margarina moderna tiene un mejor perfil nutricional, sigue siendo un alimento ultraprocesado, asociado con obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas.

El contenido de grasas y su tipo es crucial. La OMS estima que las grasas trans pueden causar 540.000 muertes al año. Las dietas altas en ciertos alimentos ricos en grasas, como frutos secos y aceite de oliva, muestran efectos beneficiosos.

Sin embargo, Forouhi señala que no todas las grasas saturadas son iguales. Las de la carne y la mantequilla aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas más que las del pescado o productos lácteos fermentados.

La margarina tiene menos grasas saturadas y más poliinsaturadas, pero su perfil varía entre países. Lo importante es el consumo global de grasas saturadas y la calidad de la dieta. Comer mantequilla ocasionalmente no es problemático si la dieta general es saludable. Optar por alternativas menos procesadas como el aceite de oliva, que contiene grasas beneficiosas, puede ser una mejor opción. La decisión entre mantequilla y margarina debe basarse en las necesidades personales y considerar el contexto de toda la dieta.

Análisis de la OCU

La mantequilla ha sido valorada desde la antigüedad. Se obtiene batiendo la nata de la leche, y contiene un 15-20% de agua y un 80-85% de grasas. La más común es la de vaca, aunque puede obtenerse de otras especies. En el mercado hay diferentes tipos de mantequilla, como la batida, baja en calorías o salada. Las versiones fáciles de untar y bajas en grasa contienen menos materia grasa y suelen incluir gelificantes, aromas y colorantes. La mantequilla aporta lípidos, vitaminas A y D, y colesterol.

La margarina fue inventada en 1869 por H. Mege Mouries como un sustituto económico de la mantequilla, originalmente hecha de sebo de vacuno. Hoy se elabora principalmente con grasas vegetales a través de procesos industriales como la hidrogenación y la transesterificación, que convierten aceites líquidos en sólidos.

La hidrogenación aumenta la saturación de las grasas y puede formar ácidos grasos trans, que se comportan como grasas saturadas en el cuerpo. Sin embargo, estudios recientes no han detectado altas cantidades de grasas trans en margarinas. Ambos productos son ricos en grasas y aportan nutrientes importantes para el correcto funcionamiento del organismo. Aunque tienen similitudes, también presentan una serie de diferencias:

  1. Contenido calórico: la grasa de la mantequilla y la margarina aporta la misma cantidad de calorías. En España, la margarina 3/4 tiene un 60% de grasa, comparado con el 80% de la mayoría de las mantequillas, lo que la hace menos calórica. También hay mantequillas con menor contenido de grasa (hasta el 50%).
  2. Ácidos grasos: las margarinas, hechas con grasas vegetales, son más ricas en ácidos grasos mono y poliinsaturados que la mantequilla, que contiene principalmente grasas saturadas de origen animal.
  3. Colesterol: las personas que necesitan controlar su colesterol deberían optar por margarinas vegetales, ya que la mantequilla aporta cerca del 10% de la cantidad máxima recomendada en una porción de 10 gramos.