Esta es la forma correcta de lavar las fresas para deshacerte de los restos de pesticidas y suciedad

En los últimos años, las redes sociales sirvieron de escaparate para mostrar diversas prácticas relacionadas con la limpieza de frutas y verduras. Entre ellas, las distintas formas de lavar las fresas han protagonizado múltiples vídeos virales donde se observan pequeños insectos saliendo de su superficie.

Este fenómeno generó cierto rechazo hacia su consumo, especialmente tras la aparición de estas imágenes en TikTok. Sin embargo, según explican expertos, la presencia ocasional de insectos es algo normal en los productos cultivados al aire libre. Lo importante es aplicar un proceso de limpieza eficaz que elimine residuos de tierra, químicos y organismos vivos.

¿Cuál es la forma correcta de lavar las fresas para deshacerte de la suciedad?

Una de las técnicas más eficaces y populares en redes para la limpieza de fresas incluye el uso de sal común. Esta solución permite desprender posibles larvas u otros organismos presentes en la fruta.

La sal crea un ambiente osmótico que deshidrata y elimina bacterias y otros microorganismos, además de ayudar a que los insectos o larvas que puedan estar en la fruta salgan a la superficie.

A continuación, estos son los pasos a seguir para usar la sal al lavar tus fresas:

1. Mezclar 1 cucharada de sal por cada taza de agua templada.
2. Esperar a que el agua se enfríe para no alterar la fruta.
3. Introducir las fresas y dejarlas en remojo durante 15 minutos.
4. Enjuagar bajo el grifo con agua fría y secar con papel de cocina o un paño limpio.

Este procedimiento fue respaldado por la Universidad de Cornell, que señala su efectividad para expulsar pequeños insectos que, a veces, son difíciles de detectar por el tamaño de las semillas.

Otras alternativas caseras para lavar las fresas

Otra alternativa es utilizar vinagre blanco o vinagre de manzana, por su contenido de ácido acético, con propiedades antibacterianas.

1. Mezclar 1 parte de vinagre con 4 partes de agua fría.
2. Remojar las fresas entre 10 y 20 minutos.
3. Enjuagar bien con abundante agua para evitar que quede sabor ácido.
4. Escurrirlas antes de su consumo o almacenamiento.

Este método es útil no sólo para eliminar organismos, sino también para reducir la carga de pesticidas presentes en frutas no orgánicas.

Otra opción a tener en cuenta es una solución con bicarbonato de sodio. Cabe recordar que el bicarbonato es otra opción para lavar las fresas sin alterar su sabor. A continuación, el paso a paso:

1. Disolver 1 cucharadita de bicarbonato en 4 tazas de agua.
2. Sumergir las fresas durante 5 minutos.
3. Enjuagar con agua fría y secar con cuidado.

Este método es útil para eliminar suciedad, restos de químicos y otros residuos de forma segura y sin dejar ningún sabor.

¿Por qué es importante lavar las fresas?

Las fresas ocupan un lugar recurrente en la lista conocida como dirty dozen, que incluye a los productos con mayores niveles de residuos de pesticidas, según estudios de organismos internacionales.

Al no contar con una cáscara gruesa, como sí ocurre con frutas como los plátanos o las naranjas, quedan más expuestas durante la producción, manipulación y distribución.

Además, crecen cerca del suelo, donde están en contacto constante con tierra, bacterias e insectos. En este entorno, es habitual que pequeños organismos, como larvas de mosca de la fruta (Drosophila suzukii), se alojen en los orificios o imperfecciones de la fresa.

Estos detalles, aunque no siempre visibles, hacen que lavar las fresas sea una medida básica de higiene antes de consumirlas.

Qué dicen los expertos sobre la presencia de insectos en las fresas

Según el entomólogo Greg Loeb, en declaraciones recogidas por CNN, la presencia de insectos en productos frescos es natural y no representa un riesgo significativo para la salud.

«Si accidentalmente te los comes, sólo estarías añadiendo algo de proteína», declaró el especialista. Aun así, recomendó lavar las fresas siempre para evitar el consumo no deseado de tierra, pesticidas o insectos.

Por su parte, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) admite ciertos niveles de presencia de insectos en alimentos frescos, lo cual se considera legal y habitual dentro de los estándares agrícolas. No obstante, el uso de técnicas adecuadas puede reducir al mínimo estas trazas.