¿Cuáles son los trabajos más raros del mundo?
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Existen algunos trabajos que son muy comunes y bien conocidos por todos: dependiente, médico, transportista, albañil, enfermero… Sin embargo, hay otros que trabajos son muy raros, y que pocas personas ejercen en el mundo. A continuación hemos seleccionado algunos de ellos.
Testeador de olores
¿Te gusta como huele tu desodorante? El testeador de olores, tal y como su propio nombre indica, se dedica a hacer las pruebas de olor de productos de limpieza e higiene. El salario promedio anual es de 40.000 dólares.
Sexador de pollos
Un secxador de pollos puede ganar 60.000 dólares anuales, pero no hay demasiadas personas dispuestas a hacer este trabajo. Se necesitan tres años de formación para saber en apenas cuatro segundos el sexo de los pollos. El margen de error permitido es mínimo, de apenas un 3%.
Ufólogo
¿Sabes a qué se de dedica un ufólogo? Se trata de un profesional que investiga los informes sobre ovnis y las noticias acerca de los extraterrestres. Un trabajo cuanto menos curioso, y que genera una gran controversia.
Recogedor de pelotas de golf bajo el agua
Como resulta lógico, para poder dedicarse a esta profesión hay que ser un excelente buceador. Para poder trabajar de recogedor de pelotas de golf bajo el agua hay que desplazarse hasta Florida, donde cada año acaban miles de pelotas sumergidas.
Tirador de dados
Este es, sin lugar a dudas, uno de los trabajos más raros del mundo. Es muy importante en los casinos de las Vegas, y los tiradores tienen una gran responsabilidad. Trucar unos dedos en medio de tanta gente sería algo muy sencillo, así que ellos se encargan de lanzarlos y asegurar la fiabilidad del juego.
Ondeador de banderas
El hotel Rambagh Palace de Jaipuer, en La India, tiene a varios hombres contratados para que ondeen banderas junto a los clientes. Aunque pueda parecer absurdo, este trabajo tiene un objetivo muy concreto: alejar a los pájaros que acuden a beber a las fuentes situadas en los jardines.
Afilador de lápices
No son muchas las personas que se dedican a afilar lápices de manera artesanal, pero el cómico estadounidense David Rees es uno de ellos. Su trabajo consiste en garantizar la autenticidad de los lápices, consiguiendo que al cortarlos no se rompa. Está muy bien pagado, ya que el propio David Rees confesaba que recibía 35 dólares por lápiz.
Probador de camas
Y, por último, los probadores de camas, tal y como su propio nombre indica, se dedican a probar camas y emitir una valoración sobre ellas teniendo en cuenta diferentes criterios. Pueden llegar a ganar 35.000 dólares anuales.
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