Comunidad Valenciana
PSOE

Ximo Puig adelantará las elecciones a enero si ERC y PNV tumban los Presupuestos a Sánchez

  • Ignacio Martínez y Joan Guirado
  • VALENCIA | MADRID

La posibilidad de que los Presupuestos Generales del Estado no superen ni tan siquiera el trámite de las enmiendas a la totalidad ya se contempla como real en Moncloa y en Ferraz. Los socios de Pedro Sánchez, especialmente ERC y el PNV, sopesan la opción de registrar en el Congreso sendas enmiendas que pondrían fin a la tramitación parlamentaria de las cuentas el próximo 27 de octubre. Un auténtico descalabro para la coalición socialcomunista.

El equipo de la ministra de Hacienda y Función Pública María Jesús Montero, la encargada de pilotar las negociaciones, transmiten confianza en lograr un acuerdo que permita como mínimo dar recorrido a las cuentas en las Cortes. Pero admiten que «algunas peticiones, sobre todo de ERC, son inasumibles». Si antes del día 27 no hay un principio de acuerdo, los socios catalanes y vascos sentenciarían no sólo el proyecto de Ley de los Presupuestos si no también la legislatura.

Es ahí donde el barón más crítico en la actualidad con Sánchez, Ximo Puig, buscaría distanciarse todo lo posible de su secretario general. Pulsando en las siguientes horas el botón de la convocatoria electoral que llevaría a los valencianos a las urnas a principios de 2023. Con un panorama electoral en esta comunidad, con Compromís y Podemos sin candidato, y con la ex vicepresidenta Mónica Oltra que pretende ser otra vez presidenciable todavía inmersa en un proceso judicial, muy favorable para los intereses del socialista. Con permiso del popular Carlos Mazón.

La posibilidad de que Ximo Puig adelantase la convocatoria electoral de mayo del año próximo se ha barajado en la Comunidad Valenciana en los últimos meses, pero es ahora cuando en círculos políticos se maneja con mayor intensidad. Y ello, pese a que la situación de Puig no es fácil.

En el último debate de Política General presentó una batería de medidas que en teoría formaban parte de lo que anunció como una reforma fiscal en toda regla. Sin embargo, apenas 48 después de esos anuncios, esas iniciativas ni siquiera formaban parte del literal de ninguna de las propuestas presentadas. Tenía que negociarlas con sus socios. Y es posible que ninguna de ellas adquiera la textualidad que él utilizó en la tribuna de las Cortes Valencianas porque no pase el filtro de 2 de las 3 patas que componen el Gobierno valenciano -PSOE, Compromís y Podemos-.

Puig tampoco ha abierto la boca ante la discriminación que suponen para la Comunidad Valenciana los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de Pedro Sánchez. Y ello, a pesar de que tanto los empresarios como el PP han anunciado movilizaciones.

En ese estado de las cosas, el presidente de la Generalitat Valenciana puede argumentar que no llega a un entendimiento con sus socios para cerrar los que serían los últimos presupuestos de la legislatura en suelo valenciano y convocar a continuación elecciones. Ahora mismo, gana enteros ya que Ana Barceló ha ganado las primarias socialistas para la candidatura de la Alcaldía de Alicante a la sanchista María José Adsuar. Otro escenario en el que Puig se jugaba mucho.

Incluso en el peor de los casos, el de la derrota, que ahora auguran muchas de las encuestas y sondeos en la Comunidad Valenciana, convocar elecciones no sería una mala salida para él porque reduciría daños en las filas socialistas y se distanciaría de los malos resultados que esos mismos sondeos auguran a Compromís y Podemos. Pero, además, le permitiría marcar distancias con Pedro Sánchez para evitar el efecto cada vez más contrario que genera el presidente del Gobierno.