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La verdad sobre los efectos de la radiación ultravioleta en la piel

La radiación ultravioleta puede tener efectos dañinos en la piel si no se toman medidas preventivas adecuadas. Toma nota.

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Algunos mitos sobre la protección solar

  • Francisco María
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que la radiación ultravioleta es la principal causa de cánceres de piel. Este se presenta en varias modalidades como el melanoma, el carcinoma epidermoide y el carcinoma basocelular.

Así mismo, se ha indicado que la exposición al sol contribuye al envejecimiento prematuro de la piel y puede causar daños en los ojos. Las quemaduras en la infancia son especialmente peligrosas, ya que aumentan significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de piel en la edad adulta.

Daños en la piel

El sol puede causar importantes daños en la piel. A continuación, se detallan algunos signos de daño solar, adicionales al cáncer.

Arrugas

Las arrugas suelen obedecer al daño solar acumulado. La radiación ultravioleta (UV) del sol destruye el colágeno y la elastina. Estas son proteínas esenciales que mantienen la piel firme y flexible. Este tipo de daño, conocido como “fotoenvejecimiento”, es más evidente en las áreas expuestas al sol, como la cara, y es menos común en zonas menos expuestas, como las nalgas o los senos.

Vasos sanguíneos agrandados

Las venas rojas, similares a arañas, alrededor de la nariz y las mejillas, suelen ser causadas por la exposición al sol. Se trata de vasos sanguíneos están agrandados debido a la ruptura de las fibras de elastina que normalmente los mantienen tensos. Cuando estas fibras se dañan por la radiación UV, se dilatan y se vuelven visibles.

Manchas marrones

Las manchas marrones o pecas suelen desarrollarse como resultado de la exposición al sol. Los dermatólogos diferencian entre “efélides” (pecas) y “lentigos solares” (manchas más grandes de color canela). Estas manchas pueden fusionarse y formar áreas más extensas de pigmentación marrón.

Hiperpigmentación

La hiperpigmentación se manifiesta en la piel como áreas manchadas o moteadas. Pueden verse como parches oscuros, claros o incluso como una decoloración roja. Esta condición es una preocupación cosmética frecuente y suele ser causada por la exposición al sol.

Melasma

El melasma se presenta como manchas oscuras en la piel del rostro, especialmente en los pómulos. Su aparición está principalmente relacionada con la exposición crónica a los rayos ultravioleta. Aunque las hormonas pueden agravar el melasma, el principal desencadenante es la inflamación de la piel causada por la exposición repetida al sol.

Puntos negros

Los puntos negros relacionados con el sol no deben confundirse con los que se asocian con el acné. En este caso, los puntos negros se presentan como acumulaciones oscuras en las sienes y mejillas. Son resultado de una disminución en la elasticidad de la piel por exposición solar crónica.

Cuello rojo

El enrojecimiento del cuello persistente, y que puede tener una apariencia en forma de red o manchas, es un fenómeno conocido como poiquilodermia. Se caracteriza por un enrojecimiento permanente en los lados del cuello y el pecho central. Es frecuente en personas que tienen exposición prolongada a la luz ultravioleta.

Mitos sobre los efectos del sol

Los negacionistas afirman que la radiación solar no causa cáncer, argumentando que todo es una invención de la industria para vender productos como cremas solares y suplementos alimenticios. Promueven la idea del “callo solar”, una supuesta protección natural que se desarrollaría con la exposición al sol.

Sin embargo, la ciencia dice que cuando los rayos UVB penetran las capas superiores de la epidermis, pueden causar daños significativos. Inicialmente, la piel se broncea, pero si la exposición es excesiva, se inflama y enrojece, pudiendo causar quemaduras solares. Si esto se repite con frecuencia, puede llevar a lesiones cutáneas crónicas y, eventualmente, a cáncer de piel.

Los negacionistas también dicen que los protectores solares contienen ingredientes tóxicos, más peligrosos que la propia radiación solar. Sin embargo, no hay evidencia científica que avale esas afirmaciones. De hecho, el uso de protectores solares es una de las principales recomendaciones de los dermatólogos para prevenir el cáncer de piel.

Cómo es la radiación ultravioleta

Existen tres tipos de radiación ultravioleta: UVA, UVB y UVC. La radiación UVA tiene una longitud de onda más larga y puede penetrar más profundamente en la piel, causando daños a nivel celular y contribuyendo al envejecimiento prematuro de la piel. Por otro lado, la radiación UVB tiene una longitud de onda más corta y es la principal responsable de causar quemaduras solares y daños en el ADN de las células de la piel. Por último, la radiación UVC tiene una longitud de onda aún más corta y es filtrada por la capa de ozono, por lo que no llega a la superficie de la Tierra en cantidades significativas.

Cómo proteger la piel de la radiación UV

Para proteger la piel de los efectos dañinos de la radiación ultravioleta, es importante seguir algunas medidas de prevención, como:

  1. Aplicar protector solar: utilizar un protector solar con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30 y reaplicarlo cada dos horas o después de nadar o sudar.
  2. Usar ropa protectora: cubrir la piel con ropa de manga larga, sombreros de ala ancha y gafas de sol para protegerla de la radiación UV.
  3. Evitar la exposición al sol en las horas pico: limitar la exposición al sol entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, cuando los rayos UV son más fuertes.
  4. Buscar sombra: buscar sombra en áreas cubiertas o utilizar sombrillas para protegerse del sol.
  5. Realizar exámenes de la piel: realizar autoexámenes regulares de la piel y visitar a un dermatólogo si se observan cambios sospechosos en lunares o manchas.

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