La cupera Boya reta al juez Llarena: «Esto es un juicio político, la sentencia está escrita»
La exdirigente de la CUP, Mireia Boya, ha retado al magistrado del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, que le ha notificado este martes su procesamiento por un delito de desobediencia. Boya ha afirmado al juez que la causa contra el proceso independentista «es un juicio político», que la «sentencia está escrita y que el juicio real se llevará a cabo en instancias internacionales».
Boya estaba citada junto a los exconsellers de la Generalitat de Cataluña Meritxell Borrás, Carles Mundó y Santiago Vila, todos ellos procesados por desobediencia y malversación, que se han negado a declarar.
Según las fuentes consultadas por OKDIARIO, la exdirigente de la CUP ha cuestionado la imparcialidad del instructor y ha asegurado que no debería existir «el delito de desobediencia». Boya ha llegado a realizar un juicio comparativo con el resto de procesados, concretamente con las acusaciones que pesan sobre la expresidenta del Parlament encarcelada, Carme Forcadell. Tras sus palabras, el magistrado Llarena le respondía que si cree que debe ser acusada por rebelión «sólo tiene que decirlo».
A la salida de la declaración, Boya ha insistido en sus «sospechas de parcialidad» en la causa contra el ‘procés’ que ha calificado de «pantomima política» y ha señalado que «la única violencia la cometieron la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado el 1 de octubre». Por su parte, Santi Vila ha afirmado a las puertas del Supremo que ya respondió a todas las preguntas que le hicieron en su día en la Audiencia Nacional y que la acusación de malversación «es infundada».
La acusación popular que ejerce VOX ha valorado las palabras de Boya como «una soflama política» y han criticado que la cupera anteponga el derecho de autodeterminación por encima de normas imperativas como «la indisoluble unidad de España». Además, el vicesecretario jurídico de la formación Pedro Fernández ha asegurado que Borràs, Mundò y Vila han desaprovechado «una oportunidad de oro» para demostrar que no hubo malversación en el proceso independentista.
Ayer fue el turno de Lluis María Corominas, Lluis Guinó, Anna Simó y Joan Josep Nuet, todos ellos miembros de la Mesa del Parlament cuando se aprobó la Declaración Unilateral de Independencia (DUI). Los cuatro dirigentes solicitaban al magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena que les levantara las medidas cautelares impuestas en la causa contra el independentismo catalán.
A excepción de Nuet, el resto de exmiembros del Parlament apenas comparecía unos minutos ante el instructor y sólo respondían a las preguntas de sus abogados. Todos han apelado a la “inviolabilidad parlamentaria” para defenderse de la acusación de desobediencia.
Ramona Barrufet, que también había sido citada ayer, pidió conocer su procesamiento por videoconferencia, que el alto tribunal ha fijado para el próximo día 21 a las 10:30 horas.
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