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FÚTBOL SALA

Tomaz, de portero en el cole a defender la portería en Son Moix

Nuevo ejemplo de profesionalidad del capitán del Mallorca Palma Futsal

El Mallorca Palma Futsal cierra la mejor primera vuelta de su historia

6-3. Una goleada para despedir el año

Minuto 25 de partido frente al Jimbee Cartagena con 2-1 en el marcador para el Mallorca Palma Futsal. Con Carlos Barrón expulsado, Luan Muller nota un pinchazo y se tiene que retirar del partido. El cuadro balear tiene quince minutos por delante y no tiene más porteros. Problema. Toca buscar soluciones entre los jugadores que hay en la pista o en el banquillo a la espera de ver si lo de Luan es puntual o si como parece, no va a poder continuar. Y es cuando Tomaz levanta el brazo para ser el portero de emergencia. El capitán de un equipo es capitán para casi todo, incluso, para jugar de portero si hace falta.

“Íbamos a poner a Eloy Rojas para que fuera portero-jugador pero le dije a Vadillo que me ponía yo porque sé que tengo cojones y a ver si salía bien” reconoce el segundo capitán del equipo. Por eso Tomaz Braga es un jugador diferente, que trasciende lo normal y cuyo sacrificio y entrega al club en sus diez temporadas ha sido ejemplar. Dentro y fuera de la pista.

Hasta para ponerse de portero para debutar como profesional en una posición que no era del todo desconocida para él y que le devolvió a sus orígenes de cuando era infantil jugando en el colegio Batista de Fortaleza, su ciudad natal, donde una temporada jugó de portero por la lesión del niño que era el habitual bajo palos. Apenas tenía doce años pero Tomaz aprendió lo que significaba ser portero aunque apenas jugó media docena de partidos en esa posición.

Veinte años después aquel recuerdo le sirvió para ponerse bajo palos de una portería profesional en la mejor liga del mundo. “De niño jugaba de portero, tengo un poco de noción pero es muy difícil. Lo único que hacía era rezar para que no dispararan o que se fueran fuera. El equipo ha estado muy bien” aseguraba Tomaz tras finalizar el partido y tras escuchar como la grada coreaba su nombre nada más terminar el partido por ese gesto de valentía.

Y no era para menos ya que del 2-1 que reflejaba el marcador en el minuto 25 cuando Tomaz se puso la camiseta de portero se pasó al definitivo 6-3 con el que terminó el encuentro, todo un ejemplo de profesionalidad en una de las imágenes que nos dejó el último partido del año.