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Inmigración

La llegada masiva de menas a Mallorca obliga a acogerlos en una residencia de ancianos

El Consell habilita de urgencia una planta de la residencia La Bonanova ante el colapso de los centros de acogida

En lo que va de año ya son 225 los menores llegados en patera a la isla, un 25% más que en 2023

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El aluvión de menas llegados a Mallorca en lo que va de año, a fecha de hoy 225 frente a los 180 de 2023, ha obligado de nuevo al Consell a habilitar la planta octava de la mayor de las residencias públicas de ancianos de la isla, en concreto, la de La Bonanova de Palma.

En las últimas 72 horas ya son más de 140 los inmigrantes ilegales que han llegado en patera a aguas de Baleares, parte de ellos menores no acompañados, si bien, Delegación del Gobierno nunca concreta la cifra. Ante el colapso ya permanente que padece la red social de acogida insular, el Consell no ha tenido más opción que habilitar de emergencia habitaciones en esta residencia para su cuidado, tutela y manutención por tiempo limitado.

No es la primera ni la última vez que esto sucede este año récord en la llegada de inmigrantes ilegales a Baleares. A falta de tres meses para cerrar el año, las Islas han recibido 3.600 inmigrantes en 220 pateras, cifras que sobrepasan en un 55% las llegadas en todo 2023 con 128 embarcaciones y 2.278 inmigrantes.

Ante la falta de plazas de acogida, va siendo una práctica cada vez más común su traslado puntual a esta residencia de ancianos de la capital balear como sucedió el pasado mes de julio, ubicándolos en esta planta cerrada y en desuso, pendiente de su reforma.

Si tenemos en cuenta que la media de edad de estos menas que llegan a Baleares se sitúa entre los 14 y 17 años y que la mayoría son argelinos y algunos subsaharianos, no parece que éste sea el espacio más adecuado, sino una respuesta de urgencia ante la falta de recursos y de ayudas por parte del Gobierno central de Pedro Sánchez, que sigue mirando para otro lado en la peor crisis migratoria que está padeciendo Mallorca y el resto de las Baleares.

El colapso en el que está inmersa la red de atención y acogida de menas en Mallorca se seguirá incrementando, al igual que el notable gasto de dinero público para su atención y cuidado, que este año de récord de llegadas también superará todo lo conocido hasta la fecha.

Por ahora, el Consell de Mallorca tiene fijado en diferentes ampliaciones presupuestarias realizadas para este fin a lo largo del año hasta 16 millones de euros. Una cantidad que ahora tendrá de nuevo que incrementar, si se cumplen las previsiones, y llegan los tres centenares de menas previstos para este año.

Mallorca tiene diez centros de menas

Si esas estimaciones se confirman, el golpe a las arcas insulares puede ser de órdago, ya que dado que el coste diario de la manutención y cuidado de cada mena es de 239 euros, por lo que el coste anual superará en 2024 los 26 millones de euros.

El esfuerzo del departamento que dirige el conseller ejecutivo de Bienestar Social del PP, Guillermo Sánchez, está siendo sobresaliente si tenemos presente que desde que tomó posesión del cargo en julio de 2023 y hasta el día de hoy, ha creado 102 nuevas plazas residenciales para niños y adolescentes extranjeros no acompañados.

Mallorca ha pasado de tener seis a 10 centros de acogida, mientras está pendiente aún de habilitar otro en un inmueble en obras cedido por el Obispado. También está sobre la mesa el abandonado cuartel de Son Tous y su posible destino a centro de acogida.

Pero la crisis migratoria no la padece sólo Mallorca, sino que es extensiva al resto de las islas, en especial Ibiza y en Formentera. Una isla esta última que carece de centros sociales para la tutela de menas y opta por su traslado a Ibiza y Mallorca. No obstante, la menor de las Pitiusas sí que tiene que hacerse cargo del coste de su manutención y cuidado.

Por ello, el presidente de Formentera, Llorenç Córdoba, ya anunció recientemente que devolvería estas competencias al Govern dada la imposibilidad material de hacerse cargo del millonario gasto que este servicio social supone para la isla. Baste indicar que el coste del cuidado de los 80 menores acogidos este año (el año pasado fueron apenas 11) roza los 8 millones de euros al año, cantidad más que considerable para un Consell cuyo presupuesto general para 2024 es de 43,5 millones de euros.