La dirección de Vox convoca una reunión para intentar aplacar la rebelión en algunos pueblos de Mallorca
Concejales de los pueblos amenazan con pasarse al Grupo Mixto si no hay cambios en la dirección del partido
Denuncian que se sienten "ninguneados y abandonados" y que no recibieron ninguna ayuda para la campaña electoral
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La dirección regional de Vox en Baleares intenta aplacar la rebelión que se ha desatado en diversos pueblos de Mallorca donde el partido cuenta con representación municipal. Son al menos una quincena de concejales que han amenazado con abandonar la formación y pasarse al Grupo Mixto si no se producen cambios drásticos en la cúpula directiva que preside la ibicenca Patricia de las Heras. Estos concejales afirman que «se sienten ninguneados y abandonados por la dirección».
En los próximos días, probablemente el martes o miércoles, todos los coordinadores de zona de Vox serán convocados a una reunión por la dirección con al finalidad de intentar poner fin a la revuelta. Representantes de Vox en diversos pueblos de la Part Forana de Mallorca han comentado a OKDIARIO que la situación ha llegado a un punto límite, que no reciben ningún apoyo desde la dirección y que se ha marginado por completo a la mayoría de coordinadores. La dirección del partido no ha querido pronunciarse de momento sobre este conflicto.
Un ex alto cargo orgánico de Vox explica que las quejas se dirigen directamente contra las personas que ahora llevan el partido y que son Pedro Bestard, vicepresidente del Consell y teniente de alcalde en Marratxí, y Santiago Rodríguez, diputado en el Parlament. También arremeten contra Agustín Buades, Marta Vidal y María José Verdú y, en menor medida, contra la presidenta de Vox en Baleares, Patricia de las Heras.
Todo empezó antes de las elecciones autonómicas del pasado mes de mayo cuando algunos coordinadores de zona ya se quejaron del escaso apoyo que recibían de la dirección para implantar el partido y afrontar la campaña electoral. «Gastamos tiempo y dinero de nuestro bolsillo en poner carpas para transmitir el mensaje de Vox y luego no recibimos ningún apoyo para realizar la campaña electoral».
Otros concejales han insistido en que se sienten abandonados por la dirección regional de Vox a la que acusan de actuar de forma dictatorial. Igualmente denuncian que después de todo el trabajo realizado para implantar el partido y conseguir un buen resultado electoral no han visto ninguna compensación y lamentan que se hayan repartido cargos a gente que no ha trabajado para el partido o que incluso militaba en Ciudadanos.
La revuelta de Vox en la Part Forana se ha extendido a la mayoría de municipios aunque hay cuatro que permanecen fieles a la actual dirección del partido y son Palma, Llucmajor, Marratxí y Bunyola. Donde más han arreciado las protestas contra la cúpula directiva del partido son Inca, Calvià, Campos, Sa Pobla y Manacor.
La gota que ha colmado la paciencia ha sido el nombramiento de Fulgencio Coll como vicepresidente de Vox Baleares en sustitución de Idoia Ribas. «No tenemos nada contra Coll pero no es presentable que nos hayamos enterado del nombramiento por la prensa», afirman concejales rebeldes que este mismo domingo han celebrado una reunión para debatir la estrategia a seguir.
Estos concejales insisten en criticar las decisiones de carácter dictatorial que toma la dirección del partido y señalan en este aspecto el nombramiento de cargos o la marginación que han sufrido personas que han trabajado intensamente para implantar Vox en los pueblos de Mallorca. También mencionan el despido de una trabajadora por haber escrito una carta a Santiago Abascal solicitando cambios en Baleares.
El que permanece totalmente al margen del conflicto es Jorge Campos, ex líder de Vox en Baleares y ahora diputado en el Congreso. De hecho, algunos concejales han comentado que el partido funcionaba mejor bajo el liderazgo de Jorge Campos.
La crisis interna en Vox ha estallado cuando ha surgido el primer encontronazo con el PP por el proyecto de ley de creación de la Oficina de garantía de la libertad lingüística en Baleares. «Es un texto ni pactado ni consensuado y que atenta contra el Estatuto de Autonomía de las Islas Baleares», sostiene el PP.
No obstante, fuentes de Vox ya han asegurado que no van a retirar esta iniciativa, contemplada en el acuerdo programático que le ha dado al PP el gobierno en solitario en Baleares y que esta semana ha sido registrada para su tramitación parlamentaria. «Podrán realizar las enmiendas que crean necesarias», han zanjado desde la formación presidida por Santiago Abascal.
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