A juicio por atropellar borracho a un motorista cuando iba a otro juicio por conducir ebrio
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El Juzgado de lo Penal nº 5 de Granada celebra este lunes el juicio contra un conductor ebrio que atropelló mortalmente a un motorista en Granada cuando se dirigía a un juicio rápido después de que el día anterior fuera sorprendido por la Guardia Civil conduciendo también bajo los efectos del alcohol.
El acusado, que se encuentra en prisión provisional por estos hechos, se enfrenta a una petición fiscal de cinco años de cárcel por un delito de homicidio por imprudencia grave, otro de conducción temeraria y por conducir bajo los efectos de bebidas alcohólicas, por los que además de la pena de cárcel la Fiscalía pide que sea condenado a la pérdida definitiva de la vigencia del permiso de conducir y a la privación de pilotar vehículos a motor.
El juicio oral contra esta persona ha arrancado a las 11:00 horas, según consta en una reciente diligencia a la que ha tenido acceso Europa Press.
Detalles del suceso
El accidente tuvo lugar el pasado 3 de octubre de 2021. La víctima, F.M., de 54 años, se dirigía aquel domingo en su motocicleta al gimnasio, sobre las 9:30 horas, cuando fue arrollado por este conductor en la autovía GR-30 a su paso por Armilla (Granada); estaba casado y tenía dos hijos. La familia, que ejerce la acusación particular en la causa y ha solicitado una condena de seis años de prisión, reclama que se haga «justicia» en este caso, así como un endurecimiento de las penas cuando haya una reincidencia flagrante del consumo de alcohol y drogas al volante como a su juicio ha ocurrido en este caso.
Según el relato de la Fiscalía, el acusado, de 53 años, se incorporó a la GR-30 en sentido Jaén sobre las 9:15 horas con su vehículo tras haber ingerido bebidas alcohólicas que «limitaban sus facultades para una correcta conducción», lo que propició que condujera «de manera irregular, distraído, dando bandazos de uno a otro carril», lo cual fue observado y «sufrido» por otros usuarios de la vía. De hecho, a dos de ellos se aproximó de «manera sorpresiva» lateralmente y estuvo a punto de provocar una colisión.
El fiscal precisa que este tramo de circulación es recto, existe una limitación específica de 90 kilómetros por hora y había buena visibilidad y condiciones atmosféricas. En un momento dado, a la altura del kilómetro 16 de la vía, el investigado superó un carril de aceleración y se incorporó a la circulación colocándose en el carril derecho y «dada la manera de conducir descrita, su falta de atención en la conducción y la omisión más elemental del deber de cuidado propiciada por su ingesta de bebidas alcohólicas», no se percató de que por su lado izquierdo circulaba correctamente la motocicleta de la víctima.
Así, y sin realizar maniobra evasiva alguna ni de frenado, invadió el carril izquierdo y embistió la parte trasera de la motocicleta, saliendo el casco que usaba el motorista desprendido por la violencia del impacto. Tanto la motocicleta como el motorista, que cayó al suelo, quedaron enganchados por el vehículo del acusado.
Los arrastró durante bastantes metros y pasó por encima del motorista, hasta que finalmente paró porque la motocicleta le dificultaba la marcha. Después de parar y en las maniobras que realizó para retirar su vehículo, dio marcha atrás y volvió a atropellar por el brazo el cuerpo de la víctima, que yacía malherido en el suelo. El hombre fue auxiliado por varias personas y por una ambulancia que pasaba por el lugar, pero nada pudo hacerse por salvar su vida, dado el grave traumatismo craneoencefálico que sufrió.
Expone el fiscal que el acusado «presentaba síntomas claros de ir bajo la influencia de bebidas alcohólicas, tales como agotamiento, cansancio, olor a alcohol, rostro enrojecido, tartamudea y tenía los ojos brillantes», por lo que la dotación de la Guardia Civil que se personó en el lugar le practicó la prueba de alcoholemia, que arrojó un resultado positivo de 1,04 y 1,13 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. El acusado se negó a contrastarlo con un análisis de sangre.
«Se da la paradoja de que esa mañana se dirigía al Juzgado de Guardia ya que estaba citado para las 10:00 horas para la celebración de un juicio rápido por alcoholemia, ya que el día anterior conducía por la N-432 y fue parado por la Guardia Civil, que al apreciarle síntomas externos de embriaguez le sometió a la prueba de alcoholemia y dio positivo de 1,13 y 1,05 miligramos de alcohol por aire espirado», según expone el Ministerio Público en su escrito de acusación.
La familia de la víctima solicita que el acusado sea condenado a seis años de prisión como autor de los delitos de conducción temeraria, conducción bajo los efectos de bebidas alcohólicas y homicidio por imprudencia grave, por los que también reclaman que se imponga al acusado la privación del permiso de conducir y del derecho a pilotar vehículos de motor.
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