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El truco del ‘tercer día’ que utilizan los hoteles para sacarte una pasta

Alojarse en un hotel es algo habitual para prácticamente cualquier persona, ya sea de forma más o menos frecuente, pero aunque sea una escapadita de fin de semana al año siempre cae, lo que hace que sea muy importante tener claras las tretas que muchos establecimientos practican para que gastes más. Te desvelamos cuál es el truco del tercer día que utilizan los hoteles para sacarte una pasta y así ganar mucho más dinero con tu estancia, una información que te vendrá de perlas la próxima vez que te vayas a alojar en uno.

El truco del tercer día en los hoteles Todo Incluido

Cuando se elige un hotel en un destino de vacaciones, suele optarse por un Todo Incluido, sobre todo cuando la intención es tirarse al sol en la piscina del hotel y ver los días pasar hasta que toque volver a casa. Y si de Todo Incluido se trata, a la gente normalmente le encanta este tipo de opción, poder comer y beber todo y más, en cualquier momento del día o de la noche, una opción que suele salir por un pastizal y que erróneamente la gente cree que realmente compensa… pero no.

El Todo Incluido es una estrategia de los hoteles que les hace ganar una pasta a costa de los clientes, que se creen que realmente están ahorrando al tenerlo todo pagado, pero al descubrir el truco del tercer día en los hoteles te das cuenta de que no es así. No cabe duda de que resulta una opción muy práctica si no tienes pensado salir mucho del hotel, pero si echas cuentas, en la gran mayoría de las ocasiones te saldrá mejor elegir otro régimen y pagar el resto de comidas.

Cuando se llega a un hotel en el que lo tienes todo incluido, el primer día es un auténtico festín, comiendo y bebiendo de todo porque «es gratis» (lo has pagado, pero bueno…). Los expertos hoteleros saben que el primer día de una persona con todo incluido es una pérdida de dinero, ya que tanto en desayuno como en comida y cena se va a poner un montón de comida para probar de todo y comer como si no hubiera un mañana. Y también beber.

El segundo día se pone también mucha comida en los platos, pero se come menos, quizás aún llenos del banquete del día anterior. Y aquí es donde empieza una dinámica psicológica por la que pasan todas las personas que se alojan con este tipo de régimen, o al menos la inmensa mayoría. Cuando llega el tercer día, el cliente normaliza toda la comida que hay y tiende a alimentarse mejor, comiendo algo más que si estuviera en casa sí, pero sin esas exageraciones de comida del primer día.

Comer y beber de todo sin control durante una semana que pueden durar tus vacaciones no es viable, muy pocas personas, pero muy poquitas, seguirán a partir del tercer día comiendo la misma barbaridad que el primer día. La mente hace que te vuelvas más sano a partir del tercer día, y es ahí en donde el hotel va a ganar mucho dinero, ya que te habrá cobrado un dineral por tenerlo todo a tu disposición cuando realmente la mayoría de los días vas a comer lo normal, sin exageraciones.