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Las características más destacadas de la ciudad del Danubio

Los 5 rincones imprescindibles para una escapada a Budapest

Budapest se ha convertido en uno de los destinos preferidos por los europeos en los últimos años. Una ciudad en la que poder encontrar desde la mejor vida nocturna hasta los más impresionantes rincones para realizar turismo de aprendizaje. Por eso desde Okdiario queremos ponerte las cosas fáciles y hemos creado una lista con los emplazamientos fundamentales de la capital húngara. 

Parlamento de Budapest

Parlamento de Budapest

Definido como el edificio más representativo de la ciudad húngara, el Parlamento de Budapest se enmarca como una verdadera obra de arte. Un lugar al que los turistas acuden por millones que fue construido entre 1884 y 1902. Cabe destacar que esta obra arquitectónica presume de ser el tercer parlamento más grande del mundo con 268 metros de longitud y un total de 691 habitaciones.

Entre sus numerosos puntos clave destaca una impresionante escalera, la sala principal del Parlamento y la Sala de Joyas de la Corona Húngara. El Parlamento de Budapest se enmarca como la representación más auténtica del poder económico húngaro durante el siglo XX, un enclave en el que se recomienda contratar una visita guiada para que puedas escuchar con atención las impresionantes historias que ocurrieron entre sus gruesos muros.

Castillo de Buda

Castillo de Buda

Una de las características más peculiares de Budapest es que se encuentra dividida en dos partes por el Danubio. Algo impropio de las grandes ciudades que hace de la capital de Hungría una localidad especial. Pues bien, el mejor lugar para poder apreciar esta curiosa separación se encuentra en lo alto de una colina, hablamos del Castillo de Buda.

Esta construcción histórica siempre ha estado relacionada con la zona más señorial de Budapest. Vivienda de innumerables reyes del pasado, el Castillo de Buda destaca por la excelsa sabiduría de la Biblioteca Széchenyi, el Museo de Historia de Budapest y la majestuosa Galería Nacional Húngara. Un enclave menos conocido que, sin duda, deberías marcar en rojo en tu hoja de visitas.

Puente de Cadenas

Puente de Cadenas

Junto al Parlamento de Budapest, el Puente de Cadenas se enmarca como uno de los símbolos de la capital de Hungría. Una impresionante estructura conformada por ocho puentes que conectan las orillas del Danubio creando así un paisaje digno de ver. Lamentablemente los puentes originales fueron derribados por los alemanes en 1945 pero es necesario destacar que las labores de reconstrucción por parte del Gobierno húngaro han sido más que satisfactorias.

La exactitud de sus formas, los detalles en sus fachadas y el reflejo que son capaces de provocar las aguas del Danubio consiguen crear un paisaje mágico único en el mundo. Sin duda, es uno de los enclaves a los que que imprescindible realizar una visita nocturna para poder captar todo el potencial de una ciudad que parece cobrar vida. Durante el recorrido podrás encontrarte con multitud de zapatos a las orillas del río, una iniciativa que surgió como homenaje a los judíos que fueron arrojados al río durante la Segunda Guerra Mundial.

La Ópera de Budapest

Ópera de Budapest

Denominado como uno de las construcciones renacentistas más significativos de Hungría, la Ópera de Budapest representa uno de los edificios más bellos de toda Europa. Un emplazamiento que fue construido durante el siglo XIX con una única condición: ser más pequeña que la Ópera de Viena. 

El causante de tal obra arquitectónica fue Francisco José I, Emperador de Austria y Rey de Bohemia que pidió expresamente una fachada en la que figuraran los 16 compositores más importantes del mundo. Y así se hizo. Una acústica extraordinaria y la decoración renacentista son los rasgos más potentes de un edificio que merece la pena visitar.

Basílica de San Esteban

Basílica de San Esteban

Subir a las torres de la Basílica de San Esteban se ha convertido en una obligación para todo turista que quiera visitar Budapest. Un emplazamiento en el que destaca un espectacular mirador desde el que puede observarse toda la ciudad. Cabe destacar que es una construcción inmensa en la que tienen cabida un máximo de 8.500 personas. Dedicada al primer Rey de Hungría, esta basílica posee un espectacular mosaico sobre el altar principal que hará las delicias de todos los aficionados al arte.

Sin olvidarnos que en una de las capillas de este recóndito lugar se conserva uno de los tesoros mejor guardados de toda Hungría: la mano momificada de San Esteban. Toda una reliquia.