El juicio por el asesinato de Romina Celeste se celebrará en junio por un jurado popular
Las sesiones comenzarán el 16 de junio en la Audiencia Provincial de Las Palmas
Encuentran una bolsa con restos orgánicos que podrían ser de la joven Romina Celeste
Sale de prisión sin juicio tras 4 años el presunto asesino que descuartizó y quemó a su esposa
La Audiencia Provincial de Las Palmas ha dictado un auto para celebrar el juicio oral por el asesinato de Romina Celeste por el procedimiento de jurado popular, un suceso ocurrido el 1 de enero de 2019 en el domicilio que compartía con su marido Raúl Díaz en Lanzarote. El día 2 de junio se seleccionará a los miembros del jurado y el 16 de junio a las 9 y media de la mañana comenzarán las sesiones del juicio con un único acusado, su marido Raúl que ahora se encuentra en libertad.
El 10 de abril habrá un sorteo en la Audiencia Provincial de Las Palmas para escoger a los 36 candidatos a formar parte del jurado popular que se escogerán definitivamente el 2 de junio. El procedimiento fue instruido por el Juzgado de Instrucción número 1 de Arrecife, no sin polémica, ya que Raúl Díaz tuvo que ser puesto en libertad el pasado 13 de enero tras permanecer cuatro años en prisión provisional, el máximo permitido por la ley, aunque es cierto que ha acudido todos los lunes a un juzgado madrileño para firmar tal y como tiene prescrito.
Relato estremecedor
La fiscal de Lanzarote que ejerce la acusación en el asesinato de la joven paraguaya Romina Celeste Núñez, de 25 años, a manos, presuntamente, de su marido Raúl Díaz, dice en su escrito acusación y de petición de apertura de juicio oral que su marido «puso su cadáver (Romina) sobre una barbacoa de gas marca (…) colocando la cabeza y el tronco del cuerpo de Romina encima de la parrilla y (…) encendió el gas y prendió fuego al cuerpo». Durante los días 2 y 3 de enero «desmembró el cuerpo de Romina (…) utilizando para ello sus propias manos y la barbacoa que empleó como instrumento de disección (…)». Por estos hechos y otros pide 20 años y dos meses de prisión para el único imputado, el marido Raúl Díaz.
El relato de los hechos es estremecedor de principio a fin en todas sus páginas. Explica la fiscal en su escrito de acusación ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Arrecife (Lanzarote) que durante el matrimonio entre Romina y Raúl «con total desprecio por la integridad física y estabilidad emocional de Romina, tanto en el domicilio como fuera de él, la agredió en distintas ocasiones, además de tratarla con menosprecio, lo que generó en ella un estado de angustia y miedo insoportable». El marido siempre ha declarado que la encontró en casa ya muerta y arrojó su cadáver al mar.
La familia de la joven asesinada, representada en España por el bufete Zaballos Abogados, se adhirió a la petición fiscal y solicita la misma pena, además de la práctica de varias pruebas testificales, periciales y documentales y 900.000 euros como responsabilidad civil. La acusación popular ejercida por el Instituto Canario de Igualdad se ha sumado a estas peticiones, aunque califica los hechos de asesinato.
La Fiscalía relata que el calvario de Romina culminado con su asesinato el 1 de enero de 2019 comenzó «entre los días 27 y 29 de diciembre de 2018, cuando se encontraban ambos en el domicilio familiar, Raúl propinó distintos golpes por todo el cuerpo a Romina, que le causaron importantes heridas y hematomas en zona torácica, cuello, pecho y brazos». Está probado que la joven paraguaya acudió al servicio de Urgencias del Hospital Insular de Lanzarote, pero se marchó del mismo sin ser atendida porque su marido la recogió del lugar y se marcharon juntos. Hasta que el 1 de enero de 2019, de madrugada, «cuando Raúl y Romina se hallaban en la planta de arriba del domicilio familiar, Raúl Díaz golpeó a Romina en distintas partes del cuerpo y le dio muerte, sin que se hayan determinado los mecanismos de causación», además explica la fiscal en su escrito que «el acusado mató a Romina al considerarla un ser inferior con el que podía desatar su rabia».
Tiró el cuerpo al mar
Tras matarla y durante dos días el escrito de acusación estima que tras desmembrar su cuerpo «durante dos días estuvo introduciendo en bolsas de basura el cuerpo de Romina», luego las trasladó hasta la zona de los Ancones de Costa Teguise, «donde detuvo el vehículo, sacó las bolsas y arrojó parte del cuerpo de Romina al mar».
Lejos de acabar la tragedia el día 4 de enero «Raúl regresó a su casa donde permanecía parte del cuerpo de Romina que no se había quemado, en concreto, la zona de la cadera hasta los pies y al llegar a casa empleó las bridas que había comprado el día anterior para agarrar las piernas y la cadera (…) en la madrugada del cinco de enero introdujo en el maletero del coche la parrilla con parte del cuerpo de Romina y se trasladó hasta la zona de los Hervideros en Costa Teguise, estacionó el vehículo y arrojó al mar el resto del cuerpo (….) de forma que tan solo apareció el día 5 de enero de 2019 un pulmón de la víctima».
Según el auto dictado este lunes, «todas las acusaciones consideran que el acusado mató a Candelaria al considerarla un ser inferior con el que podía desatar su rabia, y ello por el hecho de ser una mujer joven, extranjera y sin recursos que ejercía la prostitución para mantenerse económicamente».
Romina Celeste Nuñez Rodríguez llegó a España en el año 2010 para instalarse en la localidad madrileña de Alcobendas junto con su tía y su primo. En su Paraguay natal dejaba a su hijo de entonces dos años al cuidado de la abuela, Miriam Rodríguez, y de su padre, un joven paraguayo llamado Christian. Romina se crió en Ñemby, una pequeña ciudad de 190.000 habitantes enclavada dentro del Gran Asunción Central, un distrito que rodea la capital paraguaya. Lo hizo en el seno de una familia muy humilde, con apenas recursos. Con 18 años tuvo ya su primer hijo y con 20 vino a España en busca de un futuro mejor, como tantos otros inmigrantes.
Romina Celeste conoció en España a un joven ecuatoriano. Formaron una pareja y Romina tuvo otro hijo, aunque poco después se separó. Una noche del invierno de 2017 conoció a Raúl Díaz, trece años mayor que ella, divorciado y padre de dos hijas. Raúl, ingeniero industrial especializado en tecnologías de energía, residía por motivos laborales en Lanzarote. Poco después de conocerse Romina se trasladó a vivir con él a Lanzarote, se instalaron en la localidad de Costa Teguise, en un residencial de lujo llamado El Palmeral.
El 8 de agosto de 2018 Romina Celeste interpuso una denuncia por malos tratos en la comisaría de Arrecife. Sin embargo, Romina se arrepintió en la misma comisaría y la retiró. Se casó sólo tres días más tarde con Raúl. Romina había comprado un billete de avión para ir a Paraguay el 15 de enero de 2019 y regresar con sus hijos el 18 de enero, pero no pudo cumplir su sueño, quedó truncado el año nuevo de 2019.
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